ꞋꞌꞋ Chaipunk / One-shots ꞋꞌꞋ

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Una vez que estuvo lo suficientemente calmado y libre de sangre, volvió a la tina y se concentró en lavar el resto del cuerpo de Pavitr, pasando la tela por su estómago, sus caderas, la uve de su pelvis. Se mantuvo profesional y superficial mientras limpiaba el área entre sus firmes muslos, demasiado nervioso para sentir siquiera una chispa de interés, demasiado preocupado y enojado como para siquiera intentar hacerle una broma al hombre silencioso. Luego pasó a sus piernas, poderosas extremidades flojas y maleables en sus manos mientras las lavaba, sintiéndose como un devoto caballero arrodillado a los pies de su príncipe, inclinándose para besar el arco de cada tobillo recién lavado, luego las pantorrillas, luego las rodillas. Suplicándose como un adorador, como Eros arrodillado a los pies de Psique. Orfeo lavando el cuerpo de Eurídice, suplicando y rezando por un último te amo-

Rechazó violentamente ese pensamiento incluso antes de que pudiera formarse, sacudiendo la cabeza para disiparlo, enfocándose en la carne aún caliente de Pavitr, el suave subir y bajar de su pecho, el latido de su corazón dorado apenas visible en el punto de su pulso. Pavitr estaba vivo, vivo y seguro en los brazos de Hobie, y haría cualquier cosa para asegurarse de que siguiera así. En realidad, era un poco preocupante lo lejos que estaría dispuesto a llegar Hobie para mantener a salvo a Pavitr, las cosas que estaría dispuesto a hacer. Pero si Hobie hizo bien su trabajo, entonces nadie tendría que saber qué límites cruzaría o en qué estaría dispuesto a convertirse.

Con la mitad inferior de Pavitr ahora libre de sangre, Hobie bajó suavemente las piernas y empujó su forma inerte hacia adelante para descansarla contra su pecho, permitiéndole acceder a la extensión roja de su espalda. Lo abrazó suavemente, una cosa preciosa e irremplazable acunada contra él mientras lavaba esa espalda musculosa, manteniendo su toque obediente incluso cuando arrastraba la felpa perfecta de su trasero, manteniendo su atención en la tarea que tenía entre manos y no en el cálido aliento que le recorría el rostro, suave y uniforme y tan aterradoramente preciosa para Hobie.

Había otro conjunto de huellas de botas justo debajo de sus omóplatos, moretones que no había notado mientras se limpiaba los hombros antes, y Hobie podía decir con solo mirar que alguien que no estaba preocupado por ser amable lo había pisoteado varias veces. Habían tenido a Pavitr en el suelo y se habían aprovechado, claramente no tenían reparos en matarlo. Pavitr tuvo suerte de haber escapado y fue inteligente por haberlo hecho solo. No impidió que Hobie se enfureciera por dentro.

Y con eso, Pavitr estaba limpio, todo rastro de sangre se lavó como si nunca hubiera estado allí, y todo lo que quedaba era cerrar el baño y levantarlo suavemente de la bañera manchada de rojo, envolviéndolo con las toallas más suaves. Hobie podría encontrarlo y secarlo. Secó el pelo con la toalla lo mejor que pudo antes de tomar en sus brazos al hombre recién destripado y levantarlo, llevándolo fuera del pequeño baño empañado y hacia el aire más fresco de la habitación, presionando un beso sobre su cabeza antes de dejarlo suavemente sobre la cama, sin importarle la mancha húmeda que se formó inmediatamente en la almohada. Lo metió debajo de su manta de retazos y luego lo dejó brevemente para sacar su suéter negro más suave y un par de pantalones de pijama sueltos, un tono de verde oscuro que sabía que a Pavitr le encantaría.

"Sabes, Pav, cuando te imaginé usando mi ropa, este no es exactamente el escenario que tenía en mente". bromeó débilmente mientras lo vestía, con el corazón desgarrado cuando Pavitr permaneció en silencio como la tumba, el subir y bajar de su pecho era la única indicación de que estaba vivo, "Ah, bueno, habrá muchas oportunidades más tarde, ¿sí? He estado fantaseando con meterte en mi chaqueta, lo he hecho. Solo la chaqueta, si sabes a lo que me refiero."

El silencio fue su única respuesta, y Hobie trató de no dejar que eso lo afectara mientras terminaba de deslizar la ropa sobre la forma inerte de Pavitr. Sabía que debía informar a O'Hara, pero la idea de dejar a un lado a Pavitr le repugnaba. En cambio, envió un resumen de las lesiones de Pavitr junto con una solicitud (demanda) de que no los molestaran y luego tiró el comunicador a un lado. La decisión de meterse debajo de las sábanas con Pavitr fue apenas consciente, al igual que el acto de jalar al hombre entre sus brazos, con cuidado de sus heridas, y volver a acomodarse en el suave colchón, la cabeza de Pavitr descansando pesadamente sobre su pecho y la nariz de Hobie en su cabello

Y luego hubo silencio.

Permanecieron allí durante al menos una hora, Hobie se concentró en la sensación de Pavitr en sus brazos, el cálido peso de su cuerpo, el suave sonido de su respiración, la dulzura de su cabello que se secaba lentamente. Una hora de aquietar su mente, de mantener su respiración uniforme, llenando sus oídos con el sonido de la respiración de Pavitr, su nariz con el olor de Pavitr, su mente con la presencia de Pavitr. Cayó en una especie de estado de meditación, el universo entero se derrumbó hasta que solo quedaron él y Pavi, sin nada ni nadie más existiendo.

Hasta que un maravilloso sonido rompió el silencio.

“¿…Ho…bie…?” La voz de Pavitr era ronca y débil, pero seguía siendo el sonido más hermoso que Hobie había oído jamás. Hobie dejó escapar un pequeño y estremecedor suspiro, agarró con más fuerza a Pavitr y presionó su cara contra su suave cabello, exhalando lentamente.

"Te tengo." dijo suavemente, dándole un apretón tranquilizador, “Estás a salvo. Estas conmigo."

“Y-yo… ¿Cómo… yo…?” Hobie lo hizo callar suavemente, comenzando un suave movimiento de frotamiento en su espalda, sintiendo que Pavitr se relajaba lentamente contra él mientras Hobie lo abrazaba. Uno de ellos estaba temblando y no estaba del todo seguro de que fuera Pavitr. Sólo hizo que se agarrara más fuerte.

"Te las arreglaste para llegar al cuartel general". Hobie deslizó un pulgar debajo del dobladillo de su suéter para frotar círculos relajantes en la cadera de Pavitr, “Lo hiciste bien. Llegaste aquí a salvo. Estabas... Estabas hecho un lío, amor. Pero estás bien ahora. Te atendi." Pavitr se acurrucó débilmente más cerca de él, metiendo su rostro en la garganta de Hobie mientras Hobie lo sujetaba con fuerza, sintiendo que lo último de la tensión finalmente abandonaba sus hombros al sentir las hermosas pestañas de Pavitr revoloteando contra su garganta, su voz suave amortiguada en el pecho de Hobie. sus manos cálidas y fuertes y acurrucadas entre sus cuerpos, enroscadas en la camisa de Hobie.

"No r... recuerdo mucho". Pavitr admitió, sus suaves labios rozaron su piel desnuda, “Estaba asustado. Entrando en pánico. Solo... yo solo..."

"Está bien, Pav". Hobie canturreó, pero Pavitr siguió adelante.

“Estaba en puro… modo de lucha o huida”. se acercó más a él, “No podía escapar, tuve que defenderme y ellos eran más fuertes que yo, y querían… pe-pero logré agarrar una de sus cuchillas y m-me balanceé y... Seguí balanceándome- “

"Está bien". Hobie le aseguró, rozando sus labios contra su sien, “No tienes que hablar de eso ahora, O'Hara tendrá más que suficientes preguntas para ti más tarde. Descansa por ahora. Te tengo, y nadie te va a molestar a menos que me atraviesen."

"No parece real". Pavitr murmuró: "Estoy realmente a salvo..."

"Puedes estar tranquilo". Hobie murmuró: “Yo te protegeré. Te mantendré a salvo. Pavitr tiró de él débilmente, y Hobie dedujo fácilmente lo que necesitaba, hizo rodar a Pavitr debajo de él y apoyó su peso sobre él, manteniendo sus brazos envueltos de forma segura alrededor de él y actuando como una manta con peso. Pavitr dejó escapar un pequeño suspiro soñador, relajándose debajo de él, y Hobie escondió su rostro en la garganta de Pavitr, olfateando el lugar justo debajo de su oreja.

“No tienes que preocuparte por nada.” Hobie murmuró, mordisqueando el lugar, sintiendo a Pavitr cálido y perfecto debajo de él, “No voy a dejar que nada te toque. Nada se acercará a ti, no mientras yo esté aquí. Eres mío, ¿recuerdas?"

"…Soy tuyo." sintió la cálida sonrisa de Pavitr contra su piel, como un rayo de sol, "Y tú eres mío, ¿verdad?"

"Maldita sea, y de nadie más". Hobie besó su sien, tratando de verter cada gramo de amor y devoción que sentía en el simple gesto, "Y sabes lo que eso significa, ¿verdad?"

“…Me protegerás.” Pavitr suspiró y Hobie asintió fervientemente contra él, "Me protegerás, ¿verdad, Hobie?"

"Siempre." susurró, un voto y una promesa y todo lo demás, “Lo juro. Siempre."