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MARATÓN 3/3

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|Capítulo diecinueve: "Oh, God"|

Londres, Inglaterra.

22 de Agosto, 2022.

MELODY

Theo ya había bajado del escenario cuando llegué, con Alejandro a mi espalda. Él estaba abrazándose con los chicos, con su banda, pero parecía que quería escapar y vio hacia el lugar donde estaba yo antes. Me estaba buscando a mí y su semblante alegre pasó a ser una mueca cuando no me encontró. Tuve que esperar varios minutos para poder acercarme, todos lo estaban felicitando y yo no quería interrumpirlos.

Cuando quedó solo, supe que sí gritaba no me iba a escuchar porque todos estaban gritando sus felicitaciones y estaban eufóricos.

—Corre hacia él, sino nunca van a poder hablar de verdad—. Me dijo mi novio al oído y yo lo miré un tanto impresionada—. Sé que no lo mirarás como me miras a mí y que se deben una charla, está bien—. Me aseguró él y yo sonreí, porque estaba apretando la mandíbula y sabía que lo decía porque era lo correcto a pesar de que lo pusiera celoso.

—Bien—. Dije y él me señaló al rubio que estaba a menos de 5 metros de mí para que al fin vaya hacia él.

Corrí hacia Theo y me colgué de su cuello, sacándole la posibilidad de hacerlo a una chica que estaba ahí. Él me vio a la cara y me abrazó por la cintura muy fuerte. Susurraba "gracias" muchas veces en mi oído y me abrazaba más fuerte aún. Recordé la vez que me salió mi primer trabajo serio como modelo y él me abrazó de la misma manera, como sí estuviera orgulloso, como sí no importara nada más que este momento y dio un par de vueltas mientras me abrazaba, alegre, justo como lo estaba haciendo ahora.

—No puedo creer que estés aquí—. Dijo y su rostro reflejaba lo sorprendido que estaba—. Muchas gracias, significa mucho para mí—. Me agradeció y yo asentí con una sonrisa.

—En realidad, yo no sabía que hoy era un día importante para ti—. Su mirada cambió y su ceño se frunció.

—Ah, ¿No?—. Preguntó, curioso, y yo negué.

—No—. Respondí, segura—. ¿Podemos hablar en un lugar más privado?—. Le pregunté, nos debíamos una charla muy larga y no la podíamos tener en medio de un bar lleno de gente.

—Seguro—. Asintió él y me hizo seguirlo hacia detrás del escenario, donde detrás de las cortinas no había una pared sino un cuarto grande donde se guardaban las provisiones.

Ambos entramos y miré hacia la puerta para darme cuenta que Alejandro estaba a menos de cinco pasos de la puerta. Cerca para darme confianza, pero lejos para darnos privacidad. El silencio entre Theo y yo fue como un iceberg imposible de esquivar en medio del mar, me dejó un mal sabor de boca porque antes podíamos estar horas en silencio y no iba a ser incómodo.

—Estoy muy orgullosa de ti, Theo, te mereces todo lo bueno del mundo y sé que lo obtendrás—. Le dije, sincera, y él asintió con una sonrisa.

—Se siente raro verte después de tanto, no te veo desde que terminamos—. Dijo él y yo asentí—. Ya no estás tan rubia y te ves mejor—. Detalló y sonreí, porque sabía a qué se refería y también sabía que nunca diría en voz alta "Parece que ya no sos anoréxica".

—Si, tú sigues igual mientras que todo de mí cambió—. Él sonrió.

—Lo nuestro no funcionó porque yo quería una novia y tú querías cumplir tu sueño.

Falso | Alejandro Garnacho.Where stories live. Discover now