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╰┈➤ capítulo uno: rosa
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POPPY ADORABA COMPLETAMENTE EL ROSA.
Amaba el encantador rosa pálido de sus zapatillas de ballet y adoraba el dulce algodón de azúcar y la forma en que se derretía en su lengua. Sus flores favoritas eran las peonías, su metal favorito para joyería era el oro rosa, su cristal favorito era el cuarzo rosa, su sabor favorito para macarrones era la fresa, su bebida favorita era el té de flor de mariposa azul con leche de coco.
Ese último no era rosa, pero entendiste la idea.
Ningún otro color tenía una paleta tan suave pero elegante. Ningún otro color trajo tanta alegría a Poppy. Incluso lo convirtió en un componente clave de su traje de araña. Entonces, ¿por qué Poppy deliraba una y otra vez sobre su amor por el color rosa?
Fácil explicación, a Hobie no le gustaba.
Poppy admiraba a Hobie. Admiraba su pasión por el activismo, su sentido del estilo, su amor por la música, cómo nunca dejaba que nada lo molestara y su dedicación para ayudar al bien común. Toda su admiración se fue por la ventana cuando él se sentó y le dijo esas palabras.
Love, Hobie y Poppy se sentaron en un restaurante en la Tierra B-1833, el tío de Love, Benjamin, le había dado su tarjeta de crédito para pasar el rato con amigos, por lo que Love decidió invitarlos a almorzar a todos en su universo. Poppy había estado escuchando atentamente la opinión muy fuerte de Love sobre el color naranja, cuando Hobie intervino.
―Entiendo cómo te sientes―, dijo arrastrando las palabras, recostándose en su silla mientras mantenía su actitud relajada habitual, ―No me gusta mucho el rosa―. De repente, sacar el queso cottage de su ensalada de semillas de amapola y fresas ya no era tan interesante. Las cejas de Poppy se fruncieron.
―¿Qué quieres decir con que no te gusta el rosa? ―Poppy escupió, con su voz empapada en su fuerte acento francés.
Hobie sonrió ante su repentina agresión, ―Quiero decir que no me gusta especialmente el rosa, cariño.
―¿Pero por qué? ―Hobie se encogió de hombros y robó una patata frita del plato de Love.
―No es lo mío. Honestamente, creo que es el peor color que existe.
La gente tenía derecho a sus propias opiniones, incluso si estaban terriblemente equivocadas. Poppy lo sabía, pero sintió que él estaba diciendo esto solo para enojarla. Le gustaba mantener una actitud muy tranquila. Entonces, en lugar de luchar, pasó el resto del almuerzo mirando al hombre al otro lado de la mesa.
―¿Estás molesta cariño?
―No molesta, solo confundida.
―Te ves molesta.
―¡Yo no...
―Tú sí ―intervino Love mientras tomaba un sorbo de su limonada. Poppy rodó sus grandes ojos marrones.
―¿Por qué estaría molesta por un color? ―Poppy murmuró tomando un bocado de su ensalada.
―Te enojas por las cosas que amas―. Dijo como si fuera la información más obvia que se presentaría.
―Tú no me conoces.
―No lo hago. Pero quiero hacerlo.
A HOBIE LE GUSTABA EL ROSA.
Hobie ni siquiera odiaba ningún color. El rosa era un color precioso. Pero ver la expresión tranquila de Poppy convertirse en una de pura molestia le trajo mucha alegría. Se veía adorable enojada. Tal vez pensó que se veía intimidante, pero entre sus grandes ojos de gacela y su cara suave y redonda, se parecía más a un conejito bebé levemente agitado.
Sin embargo, logró que su actitud tranquila y perfecta flaqueara, aunque solo fuera por un segundo. E incluso si fue solo por un segundo, Hobie pudo acercarse a ver a la verdadera Poppy Parker.
Cosas sobre la verdadera Poppy Parker que nadie sabría:
