9.

184 20 36
                                    

Yelena.

Al escuchar la historia entre t/n y Kate Bishop no pude evitar sentirme mal, ahora sé lo que pasa y me siento horrible pero a la vez me siento confundida ¿Cómo pretendes acostarte con tu mejor amiga y después hacer como si nada hubiera pasado?.

- Kate Bishop llora, saca todo lo que te oprime, libérate.- la intento consolar, no ha parado de llorar, está acostada en mi pecho llorando amargamente.

- Ya no quiero.- se levanta y comienza a secar sus lágrimas. - Si la pierdo a ella lo pierdo todo.- intenta tranquilizarse.

- Yo nunca había podido elegir con quién relacionarme. Cuando estaba bajo el control mental de la red room no tenía voz ni voto, hacía lo único que mejor sabía hacer, recibir órdenes y matar.

Muchas veces llegué a tener sexo con hombres asquerosos, una parte de mi lloraba mientras la otra fingía placer y un orgasmo. Después mataba a ésos tipos.

Y éso no fué todo, desde que tenía diez... Ésos malditos abusaban de mí, recuerdo la primera vez que lo hicieron...- ahora la que está llorando soy yo. - La noche anterior a éso esa maldita gente me trató de maravilla, yo toda inocente creí que por fin se habían apiadado de mí y me dejarían ir con mi hermana.

Por primera vez en semanas dejaron que me aseara, y yo estaba muy contenta porque al fin me sentía limpia; me fuí a dormir, entrada la madrugada me levantaron de la cama, me llevaron a un cuarto y me dejaron sola con un asqueroso hombre, me tocó, me violó a pesar de que yo le gritaba y le suplicaba que se detuviera, me hizo sentir el ser más despreciable.

Después de él siguieron más y más, nunca pararon, mi vida desde los 10 hasta los 15 consistió en 16 horas de arduo entrenamiento, y las ocho horas restantes se dividían en complacer sexualmente a cualquier cerdo y si bien me iba podía dormir tres o cuatro horas.

Desde que fuí liberada nunca he intentado hacer amigos, o tener una relación con alguien, estoy más que molesta y alejada de mi hermana, es más ni siquiera me gustan los hombres, siempre me recuerdan a los asquerosos que me tocaban, aunque claramente no todos son así, pero yo no estoy para averiguar si son buenos o malos.- siento un nudo en mi garganta así cómo presión en mi pecho, me doy cuenta que lo segundo es gracias a la pelinegra que me abraza y llora audiblemente.

- No merecías nada de eso, ésos hijos de puta.- acaricio su cabello mientras intento calmarla.

- Con el tiempo aprendí que yo no tuve la culpa de nada, pero me es difícil encontrar una nueva vida, empezar de cero. Gracias por escucharme Kate Bishop.- si bien los hombres me dan asco no voy a negar que el último que intentó acercarse a mí y dió su vida por mí valía la pena.

- Hace aproximadamente un año atrás conocí a un hombre, lo recuerdo perfectamente, un hombre alto, blanco y muy británico, no salía si no tomaba su taza de té antes de la misión.- sonrío al recordar el día que me obligó a esperar a que terminara su taza de té estando en una misión de alto riesgo. - Inició como un compañero de misión, él era del SAS (Special Air Service), su experiencia en combate era ilimitada sirvió más de 40 años al ejército.

Era mayor que yo, tenía casi 60 años pero se movía cómo un adolescente de 16, él siempre procuraba que yo estuviera bien, siempre decía, "eres una letal widow, pero no eres inmortal", me trataba como a una hija y te juro que fué el único hombre que logré querer.

La última misión que tuvimos fué una extracción, nos contrataron para traer con vida al hijo de una legisladora quién había sido secuestrado por un grupo criminal de Sacramento California.

Estuvimos preparando la misión durante una semana, debíamos ser cuidadosos con nuestros movimientos.

El día llegó, y ya teníamos la información suficiente, era momento de actuar, la orden era clara, no dejar cabos sueltos.

Eres mi misión Where stories live. Discover now