—Puedo prometerte que haré la mierda que deba hacer para mantenerte a mi lado — su glande por fin se posiciona en mi entrada, y jadeo cuando no duda en penetrarme hasta el fondo.

—Ragnar — gimo su nombre es su oído. No me aparto de sus brazos y él no parece querer cambiar esta íntima posición mientras me folla lentamente. Mientras sus manos me hacen el amor, sus labios marcan cada pedazo de mi piel y su miembro me hace suya incesantemente.

Gimo en su oído y él hace los sonidos más excitante y varoniles contra el mío, empapando mi sexo, que se contrae a su alrededor mientras me balanceo sobre su regazo, siendo dirigida por él. Me hunde y empala en su miembro hasta que los dos, en una sorprendente sintonía, explotamos en un orgasmo abrazador que me llena de su semen a desbordar y de una emoción que me oprime la garganta

—Te amo — jadeo.

Su cuerpo se tensa en mis brazos, y entonces me doy cuenta de lo que dije. Escondo mi rostro en su cuello, avergonzada. Pero Ragnar no me lo permite. Tira de mi cabello con suavidad y me obliga a mirarle. Sus claros y hermosos ojos están oscurecidos por la lujuria y algo más. Su expresión es seria y me pongo muy nerviosa mientras saca su pene de mi interior con un gruñido.

—Ahora dilo sin estar ida por el clímax— ordena, y frunzo el ceño, porque parece estar seguro de que no lo diré de nuevo.

—¿Crees que solo te dije que te amaba porque me hiciste venir así de fuerte? — quiero reírme por lo estúpido que suena eso, pero me obligo a mantener la seriedad cuando veo en la mirada de Ragnar que está hablando en serio, que realmente no cree que lo ame.

—Repítelo — exige y parece estar desafiándome, como si no creyera que realmente volveré a decirlo.

—Te amo, tonto — le agarro de los lados de su hermosa cara sorprendida para que no pueda apartarme la mirada —. No voy a mentirte y decirte que lo hago desde aquel primer día -porque en serio quería golpearte las pelotas la primera vez que te vi-, pero te puedo asegurar que te has alojado tan rápido en mi corazón que da miedo. Me he estado muriendo de miedo por ello, por admitirme a mí misma que esto que nos une es tan magnifico, que estar contigo sería tan bueno. He tenido miedo de adentrarme tanto en ti y luego... perderte. De que todo termine de la nada y me deje rota — admito.

Un peso abandona mis hombros. Y se siente tan bien por fin abrirme a Ragnar. Sobre todo, porque su mirada adquiere el brillo más asombroso por mis palabras. Su respiración parece agitada y parece querer comerme entera mientras me mira como si hubiera colgado la luna.

—Adara — dice con una ternura que hace explotar mi corazón. Va a decir algo más, pero la puerta de nuestro dormitorio suena con fuerza y la voz de Ryker, el hermano pequeño de Ragnar nos saca completamente de la burbuja.

—¡El avión está preparado, y mamá y papá están ya en Rusia, Ragnar! ¡Ya dejen de follar y salgan de ahí! — su grito se escucha frustrado y mis mejillas se vuelven rojas, porque está claro que todos los habitantes de la Villa D saben lo que hemos estado haciendo aquí adentro.

—Voy a cortarle las pelotas.

**

Rusia.

Me estremezco cuando siento algo frío en mi dedo anular, y bajo la mirada para ver cómo Ragnar pone un anillo que me quita el aliento. Mi paso se detiene al instante. Sus ojos brillan de diversión porque mi mandíbula fácilmente podría estar en el suelo. El anillo es impresionante, imperdible.

En el medio, un rubí del más rojo intenso con forma redonda corona sobre una base de plata en forma de pequeños pétalos que tienen incrustaciones de diamantes, haciendo parecer al anillo como una flor imperdible al ojo humano. Incluso a cien millas de distancia. Es enorme, pero hermoso.

Ragnar [3]Where stories live. Discover now