Historia sobre Technoblade y Y/N.
Aventuras y drama, definitivamente, pero poco a poco acercándose al amor que ambos sienten. El enorme piglin con un sensible corazón que busca ser amado por la primera mujer que alguna vez captó su atención, ablanda...
Esta mañana estaba algo fría, te levantaste tarde como siempre, encontrando todo tu cabello desordenado y revuelto ¿Acaso paso un huracán? Resoplaste, y bajaste de la cama, tocando el helado piso de manera que te hizo sobresaltar para correr por tus pantuflas
Saliste de tu habitación, bajabas las escaleras con un aspecto somnoliento. Querías seguir durmiendo, pero había trabajo que hacer....
En la cocina se encontraba tu hermano, Quackity, dueño de Las Nevadas, y aveces le ayudabas un poco en ese terrirorio
"buenos noches" dijo Quackity mientras cocinaba el desayuno y tú frunciste el ceño al oírlo
"¡no es tan tarde!" miraste el reloj de la pared, y viste que eran las 12: 47 "oh... Tal vez sí" te reíste por lo bajo y te sentaste esperando el desayuno
Cuando el pelinegro termino de cocinar, puso los platos en la mesa. El olor al crujiente tocino y tostadas recién sacadas llenaba tus fosas nasales con deleite. Y querías comer ya "buen provecho, enana" él ni siquiera lo dijo en vos baja
"¡oye, no soy una enana!" gritaste levantándote de tu asiento, golpeando la mesa haciendo que las cosas saltaran un poco "enano tú, yo soy la menor y soy un poco más grande... Tsk"
"hey, eso no es cierto" se colocó una mano en el pecho, finjiendo y exagerando indignación "para que sepas, crecí dos centímetros más"
Tú solo te reíste y negaste sonriendo por lo ridículo de la situación. Ignoraste su comentario y empezaste a comer, disfrutando cada sabor qué se presentaba en tus papilas gustativas. Quackity era mejor cocinero del qué piensa, pero no ibas a decirselo nunca
Despues de desayunar, ambos salieron se casa hacia el casino, donde tú y Quackity trabajaban. Claro, él era el dueño pero tú eras su mano derecha, además de que eras la repartidora en algunos juegos. Te parecía intrigante, así que le pediste permiso a Quackity para serlo. Él dudo de ti, aveces era peligroso, ya que cuando las apuestas no terminaban como otros querían, se ponían agresivos incluso con el repartidor, si eran suficientemente inteligentes para pasar desapercibidos por la seguridad, metían algún tipo de arma al lugar
Esta noche, no habían demasiado problemas. El casino estaba iluminado con luz tenue y amarillenta, el lugar olía a perfumes caros y bebidas de todo tipo. Muchos gritos, muchos llantos, nada fuera de lo normal, era lo mismo de todos los días en este lugar. Tú estabas detrás de una de las mesas de poker, como repartidora, claro. Girabas y mezclabas las cartas en la mesa, asegurandote de que estuvieran bien repartidas, comenzaste a entregarlas a los jugadores que apostaron cantidades absurdas para un juego
Te sentaste mientras mirabas atentamente a todos debajo de tu mascara. Quackity puso una condición si querías entrar a este lugar, tenias que usar una máscara para no revelar tu identidad, como tu hermano estaba siendo sobreprotector, pero no te quejaste, solo era una máscara. Pero lo que le molestó esque siempre venias con una falda corta y reveladora, a ti te gustaba causar algunas miradas hacia ti, pero a él no le gustaba que te miraran así y por lo general terminaba obligando te a usar algo más tapado
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Las apuestas iban al cien, la adrenalina en los jugadores se notaba, algunos sudando por sus malas manos y otros tratando de ocultar sonrisas por lo que tenían escondido. Todo esto te encantaba, atravez de esa máscara, estabas sonriendo un poco
Uno de los jugadores tiro sus cartas, era la mejor de todas, así que él ganó. Te levantaste de tu asiento para darle el premio. Pero uno de los jugadores se levantó abruptamente, gritando incoherencias e insultos como un niño con una rabieta... «patético» pensaste
"oiga, siéntese señor, él gano de manera justa" dijiste, mirandolo fijamente, tu mascara solo revelaba tus ojos verdes, pero se podía ver que estabas frunciendo el ceño "no haga un escándalo, usted perdió" te cruzaste de brazos y lo miraste esperando que hiciera caso
Él estaba rojo de rabia, todos mirándolo con disgusto por lo enfadado y desesperado qué se veía "¡él hizo trampa!" exclamó, jalando al otro hombre de la camisa mientras escupía al hablar «patético» pensaste otra vez
"no lo volveré a repetir" dijiste con más severidad, empezando a frustrarte golpeaste la mesa y lo miraste directamente a los ojos "váyase, o llamaré a seguridad para que lo saque" irradiabas confianza y severidad, pero en el fondo estabas algo asustada de que se pusiera más agresivo contigo
Él, te miró con odio, arrugando su nariz mientras temblaba de ira "¡no lo acepto!" gritó, antes de sacar un arma de adentro de su chaqueta y apuntarla hacia ti
Tú corazón se detuvo por un momento, estabas realmente asustada, pero no dejaste que se viera y te seguiste parando estoica frente a él. No ibas a dejar que otro idiota te asustara, aunque ya lo estabas
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Holaaaa!!!
815 palabras
Perdón, ya no me da tanto tiempo para hacer largos, ahora tratare de sacar más seguido
