príncipe

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El pequeño omega subió lo más rápido posible las escaleras, estaba la posibilidad de que se tropezara pero poco le importaba, ¡Tenía que contarle a su noona lo que había pasado!

Llegó sano y salvo (también muy cansado) hasta el segundo piso, recorrió el largo pasadizo lleno de cuadros y fotografías de su familia hasta llegar a su habitación.

Sana estaba doblando algunas prendas recién lavadas del menor pero dirigió toda su atención hacia el castaño cuando entró al cuarto.

—Min, por qué saliste corriendo, no te pusiste las zapatillas. — la pelirosa le dirigió una mirada desaprobatoria que no duró mucho.

—Lo siento noona, ¡Lix había llegado! — saltó hacia su cama y se tapó el rostro con una almohada. —también vino uno de sus amigos.

Sana alzó ambas cejas y dejó de doblar la pijama de gatitos para ir a sentarse junto al omega. Minho siguió hablando.

—Cuando me saludó mi corazón hizo pum pum muchas veces, fue una sensación extraña, creo que me voy a enfermar noona.

Sana dejó escapar una risita de sus labios al ver la expresión confundida de Minho, se acercó un poco más y le tocó la frente tratando de tomarle la temperatura.

—Yo creo que estás muy bien Min, ¿te agradó mucho el amigo de felix?

—Y-yo no le respondí el saludo, me sentí nervioso. —contestó apenado.

—No te preocupes cariño, ya tendrás la oportunidad de hablar con él en otra ocasión. —le dió suaves caricias en su cabello.

—Tal vez piensa que soy un maleducado, ¡pero yo estaba sin zapatillas! y hyunjin es como un príncipe que tiene un aroma muuuy rico. — se levantó de la cama y fue hacia su escritorio para seguir desarrollando su libro de lectura.

Sana lo miró con un poco de tristeza, había pasado apenas una semana desde que llegaron y el castaño ya se la pasaba haciendo tareas cuando otros niños de su misma edad estaban jugando en el parque o saliendo con sus familias de paseo.

La omega pelirosa aún recuerda el primer día en que empezó a trabajar para los Lee.

Por cuestiones laborales los padres del castaño no pasaban mucho tiempo en casa entonces Sana fue contratada para cuidar al pequeño bebé de 2 años, los primeros días fueron difíciles ya que el pequeño lloraba mucho al no tener a su mamá cerca pero sana siempre soltaba de sus feromonas para calmarlo, gracias al cielo que si funcionaba, ella estuvo junto al castaño en su primer día de jardín, también cuando Minho aprendió a manejar bicicleta y se golpeó tan fuerte la rodilla que le quedó una pequeña cicatriz, ella lo curó y le cantó canciones de cuna antes de dormir.

Sana quiere a Minho como a un hermano menor al que debe proteger siempre.

—Honnie, vamos al parque. — se limpió una pequeña lágrima que caía sobre su mejilla y agarró su bolso.

—Pero noona aún no he terminado la tarea.

—Yo te ayudaré a terminarla después ahora hay que ir a divertirnos.

Minho la vió con emoción y tomó la mano de la mayor para luego salir corriendo hacia la sala.

—¡No tan rápido Min!
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—¡No tan rápido Min! ㅤㅤㅤㅤ

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besos de miel | hyunhoWhere stories live. Discover now