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Aquella mañana, tan fresca que la mayoria se acostumbra, pues mirar tu alrededor notas que algunos en su forma humana andaban en ropas holgadas y finas, sin preocupaciones ante su salud.

Hay demás que se cuidan por el bien de las siguientes generaciones, a quienes tienen fe de que pronto tendrán más civilización y dejaran de ser simplemente un pequeño pueblo que busca sobrevivir ante los bajos recursos que tiene su hábitat.

Tenían la magnífica tradición de que Alfas y Omegas, e inclusos Betas puedan cazar y con aquella presa regalarlo como forma de pedir permiso al cortejo entre ambas partes. La mayoría de los Alfas lo hacía, queriendo sentirse honrados por Omegas.

Es por ello que es allí en ese instante que Jungkook negaba con miedo y timidez a uno de sus pretendientes, un Alfa que es más grande que él en varios aspectos, pero que no tiene ni el más mínimo interés de ser su pareja.

Por más varonil y fuerte que sea, no está interesado.

—Lo lamento, Yugyeom-ssi, pero no me gustas, y no quiero aceptar tu cortejo. —evitaba la mirada que se le era dirigida.

Ya se esperaba algún grito, pero jamás pensó que era tomado por la muñeca de manera brusca.

—¿Por qué no, Jungkookie? —el azabache no se daba por vencido, él jamás va a recibir un rechazo.

Ni por más que ame tanto a aquella para querer su felicidad, él era felicidad de otros.

—No me gustas, y sueltame que me vas a dejar una marca. —le susurra en voz baja, chillando al ser sacudido.— ¡Sueltame!

—No lo haré, será hasta que aceptes.

—No puedes obligarme, y si no me sueltas voy a gritar. Sabes que está prohibido éste acto agresivo. —le gruñe, sus bonitas orejas largas pero las puntas redondas se posan por detrás, en signo de advertencia y atento a algún ataque.

—No te atrevas.

—¡Namjoon hyung, ayúdame! —grito, tan fuerte como pudo que en menos de un minuto aparece un hombre fuerte y teton.

—Imbecil, deja ir a mi hermanito inmediatamente. —sus orbes antes negros se vuelven amarillentos, sus caninos dando a darse ver entre sus labios finos y dientes perfectos. Estando con su cola medianamente larga agitandose, preparado para atacar.

El Alfa menor gruñó, llevándose su presa consigo para botarla en alguna parte para que cualquiera lo quiera. Mientras que el de cabellos cenizas se acercaba al Omega rubio, mirando su aspecto para comprobar que no esté lastimado.

—Ya, Hyung. Me encuentro bien, solamente que ese Alfa estúpido se rehusaba a soltarme. —hace un puchero, viendo que el contrario suspira.

—Debiste venir con tus cuidadores. —le gruñe, no asustando pero sí recibiendo un gruñido del menor.

—En vez de cuidadores parece mis guardias, no me dejan ni respirar. —Bufa, cansado de lo mismo.

—Eres el próximo en la línea, y papá te está buscando algún Alfa tipo que sea de tu calidad.

—Pues que no lo siga haciendo, ¡Por dios, ya estoy viviendo solo pero ni aun así me deja de presentar Alfas idiotas y horribles! No estoy interesado en enlazarme...—murmura bajito, algo molesto por lo que está haciendo su padre.

—Pero aún así sigues siendo el heredero, yo ya tengo a mi lindo Omega, mi familia. Lo que menos quiero es dejar a mi pequeña manada.

—Pues bien idiota me dejas a mí. —le gruñe.

No está enojado ni nada de que su hermano mayor ya tenga familia, es más, adora a sus lindos sonbrinitos.

Pero él no quiere hacerse cargo del pueblo.

𝐙𝐎𝐑𝐑𝐀 𝐀𝐒𝐓𝐔𝐓𝐀.  ㅡᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏ 【🍓✔️】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora