JJK

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in the night, i lie and look up 2 u

Había una vez un universo en el que las miradas eran palabras silenciosas y los corazones susurraban melodías inaudibles. En ese mundo singular, dos almas, Jeon JungKook y Kim TaeHyung, habían estado destinadas a encontrarse desde el inicio de los tiempos. Desde temprana edad, JungKook había sentido un vínculo inexplicable con TaeHyung, como si sus destinos se entrelazaran en un ballet celestial.

JungKook, con sus ojos como espejos del océano, contemplaba a TaeHyung en la distancia, como un faro que guiaba sus pasos por el sinuoso sendero de la vida. Era como si cada clase, cada día, cada aliento, fuese una oportunidad para acercarse más a la divinidad encarnada en su ser amado. Y así, sin pronunciar una sola palabra, JungKook entrelazó su vida con la de TaeHyung, como si fueran dos planetas que giran en armonía alrededor del sol.

Cada mañana, en el silencio de los pupitres alineados, JungKook tejía palabras invisibles en el aire, buscando capturar la atención de TaeHyung. Sus ojos se encontraban furtivamente, como mariposas danzando en un jardín de flores. Pero las palabras, ah, las palabras que anhelaban volar libres, permanecían atrapadas en la jaula dorada de sus labios sellados.

Las estaciones avanzaban con gracia, como si el tiempo mismo bailara al son de una melodía secreta. JungKook, paciente y decidido, alimentaba su amor clandestino con la esperanza que crecía en su corazón. Cada sonrisa fugaz, cada mirada cómplice, era un pétalo en el jardín de su devoción. La vida se convertía en un poema hecho realidad, donde las metáforas cobraban vida en cada paso que JungKook daba, llevándolo hacia su amor prohibido.

Pero fue el día de la graduación de preparatoria cuando JungKook decidió que era tiempo de desplegar las alas del valor y alzar su voz hacia el cielo estrellado. Ese día, vestido con el traje de su determinación, caminó hacia TaeHyung con la firmeza de un equilibrista en el alambre de la incertidumbre.

"Kim TaeHyung", susurró JungKook, con su voz temblorosa pero llena de coraje, "he sido un espectador silencioso de tu vida, una sombra que te ha seguido en cada amanecer. He sido el eco en la vastedad de tus días, y hoy, en este instante efímero, deseo que sepas que te amo más allá de las palabras que nunca te dije".

Las palabras flotaron en el aire, como mariposas al viento, mientras TaeHyung, con sus ojos resplandecientes, abrazaba el eco de la confesión. Los corazones vibraban al unísono, como dos notas musicales que se encontraban en una sinfonía cósmica. Y en ese instante mágico, los dos amantes se dieron cuenta de que su amor era eterno, que había trascendido los límites del tiempo y espacio.


JungKook y TaeHyung, ahora juntos en la danza de la vida, dejaron que sus palabras encontraran refugio en los labios del otro. Y en cada suspiro compartido, en cada abrazo entrelazado, descubrieron que el amor verdadero no necesitaba ser hablado, sino sentido en el latido de dos corazones que latían al unísono.

Así, su historia de amor floreció como un jardín en primavera, llenando el mundo con su resplandor. Y mientras caminaban juntos, unidos por un hilo invisible pero inquebrantable, inspiraban a otros a mirar más allá de las palabras y a encontrar la belleza en los silencios que hablan más que cualquier discurso.

Porque en cada encuentro fortuito, en cada mirada furtiva, en cada corazón que late al ritmo de un amor no dicho, existe la posibilidad de que dos almas se encuentren y se fundan en una danza eterna. Y así, en este vasto y maravilloso universo, Jeon JungKook y Kim TaeHyung encontraron su propio infinito en un amor que nunca necesitó palabras para existir.

universe «2 SHOT taekook»Where stories live. Discover now