Capítulo 9

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Fluke se despertó de madrugada y oyó que Ohm mantenía una conversación tensa por teléfono. Parpadeó, se dio la vuelta y lo miró a la tenue luz del amanecer mientras él dejaba el teléfono y se sentaba.

– Ha habido un incidente en la frontera durante la noche – Ohm suspiró y se pasó los dedos entre el pelo despeinado. – Dispararon a un hombre, pero, afortunadamente, no lo mataron. Pasaré todo el día reunido para intentar calmar los ánimos, pero antes tengo que volar allí para saber qué ha pasado.

Le dio un beso en la frente y le animó a que se durmiera otra vez. Unas horas más tarde, Fluke se levantó de la cama con su energía habitual, pero se paró en seco cuando sintió náuseas y tuvo que ir corriendo al cuarto de baño para arrodillarse bochornosamente y vomitar. Luego, se sintió débil y tembloroso y tardó unos minutos en atreverse a levantarse de nuevo. Intentó convencerse de que no podía haberse quedado embarazado tan de prisa y se metió en la ducha para sentirse limpio de los pies a la cabeza. Earth le había contado que, como media, se tardaba seis meses en quedarse embarazado, pero que podía tardarse mucho más. No, lo más probable era que hubiese cenado algo que le había sentado mal o que tuviese una gastroenteritis. En cualquier caso, le pareció que lo sensato sería consultarlo con el médico del palacio. Se secó el pelo y se vistió mientras se preguntaba si Ohm estaría ausente tanto tiempo como se temía.

Independientemente de su orden del día, solía desayunar con Ohm y él se había acostumbrado a disfrutar esos momentos tranquilos que pasaban juntos.

Entonces, con repentina reticencia, se acordó de que llevaba una semana sintiéndose extraño, pero no le había dado importancia porque lo había atribuido al clima y al cambio de dieta. Además, el mes anterior tuvo muchos cambios de hábitos y era posible que su cuerpo se hubiese alterado para compensarlo.

Hayat lo esperaba en la antesala con una lista de llamadas telefónicas y correos electrónicos clasificados por orden de importancia, según el criterio de Hayat. Era elocuente que la llamada de Earth, su hermano, estuviese al final de la lista. Se enteró de que había recibido una invitación para inaugurar un ala nueva del hospital de Kashan y le pidió a Hayat que le organizara una cita con el doctor Wasem.

– ¿Te sientes mal? – le preguntó Hayat con el ceño fruncido.

– No, solo quiero consultar con él – contestó Fluke.

Después de media hora de pruebas y reconocimientos con el doctor Wasem, Fluke supo que estaba embarazado. Se quedó atónito, porque la despreocupación de Ohm y su confesión de que Ferah era estéril, sumado a que él había dado por supuesto que tardaría unos meses en quedarse embarazado, habían hecho que la paternidad le pareciera una posibilidad remota.

Sin embargo, se había convertido en una realidad de repente.

– Es un honor inmenso para mí darle esta noticia – le comunicó el doctor Wasem con una sonrisa de alegría sincera.

– Se lo diré a Ohm esta noche, así que le agradecería que se mantuviera en secreto – le pidió Fluke con tacto.

Fluke sabía que lo más probable era que el buen doctor quisiera gritar la noticia a los cuatro vientos.

– Naturalmente – contestó el médico.

Fluke salió flotando de la modernísima consulta que había en la planta baja del palacio.

Un bebé ... El bebé de Ohm ...

Se quedaría encantado y muy aliviado. Había vivido la presión de un matrimonio sin hijos y todas las pruebas de fertilidad que lo habían acompañado, y él sabía que era un proceso estresante y que podía llegar a ser desastroso. Ya podría relajarse y dejar de preocuparse. Sonrió de oreja a oreja mientras empezaba a trazar planes para el resto del día.

El dueño de su amorWhere stories live. Discover now