Un amor como el fuego, ardiente pero destinado a extinguirse.
Dejo de ser la belleza de circasia a ser la sultana más poderosa.
Aquella que hizo a todos temblar y pedir perdón de rodillas.
Para el sultán Gaia era " una joya en el palacio"
Y para otr...
—¿Estas bien? - muy madura para su edad y muy refinada, aquellas eran las frases que siempre le repetía su hermana Mahşa —Deja te ayudo - la otra persona se alejo bruscamente.
—¡No me toques! - Raziye frunció su seño y se alejo, grosera, aquel fue su pensamiento —No toques a Hafsa.
—Ni quería tocarte, mi madre me enseñó a ser amable con todos, pero si te comportas así tendré que ser grosera también -la niña de nombre Hafsa se giro avergonzada —¿Quieres un dulce? ¿De qué parte del harén vienes? Traes ropas finas y joyas.
—Mi tía me la regalo - Raziye asintió —La tía Hatice siempre me da regalos, los mejores.
—¿Hatice? - Raziye dudo, pero luego lo dejo de lado, había miles de Hatice en Estambul —Ven prueba estos dulces Hafsa. -la nombrada tomó uno sin delicadeza alguna y se lo llevó de inmediato a la boca, Raziye arrugó un poco su rostro y negó.
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Firuze observo de forma molesta a las criadas, habían perdido a su hija en el peor lugar, el palacio era peligroso y más estando las consortes del sultán ahí.
—¡Deben encontrar la! - pronto bajo su irá, si gritaba más se vería descubierta —Rápido, no pierdan tiempo.
La sultana Hatice soltó un suspiro molesta y negó.
—Te dije que era mejor que su majestad fuera a verla a mi palacio.
—El insistió.
—¡Sultana! - Gülfem se acercó rápidamente —Esta en el jardín con Raziye sultan -Hatice asintió, al menos no era Mahşa o Aytaç ambas tenían el mismo carácter terrible de Nükhet.
—Yo iré - aviso Firuze — Dire que una hanim la dejo aquí...
—No, Gülfem ve tu, si la niña te ve te dirá madre, y si me ve a mi será peor - Gülfem corrió directamente al jardín en donde Hafsa y Raziye se encontraban.
