Operación FCSNATC.

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• +18, lenguaje explícito.

Cuando conoció a Kaiser lo primero que pensó al verlo era que el tipo era imponente, su presencia pesaba sobre la de los demás, el aire de natural superioridad lo hacían parecer un hombre inalcanzable, deberías estar agradecido de que te dirija la mirada incluso si fue solo por coincidencia. El alemán tiene una belleza única y cautivadora, Isagi se puso tan nervioso como una colegiala de novelas románticas cliché cuando Kaiser se acercó a él con una sonrisa seductora, casi se olvidó de que era él quien había desviado su tiro, el nipón supo disimular bien su fascinación y agradecía a cualquier divinidad ahí arriba por eso, no habría querido ser como todos los demás que hablan con Kaiser por primera vez, el tipo resultó ser un imbécil, Isagi nunca había pasado de contemplar a alguien con encanto silencioso a mirarlo como si quisiera decapitarlo y tirar sus restos al basurero más cercano para luego prenderle fuego, su sonrisa de comemierda le daban ganas de agarrar una piedra para romper sus dientes con ella o simplemente patearlo en caso de no encontrar una.

Es por eso que, después de haber estado reflexionando tanto tiempo, se pregunta cómo terminó con el alemán detrás de él abrazándolo con fuerza mientras mantenía su rostro metido en el cuello de Isagi, sin señales de querer separarse pronto.

Sabe la respuesta, aún recuerda cuando después de terminar la NEL Kaiser se le confesó, fue una sorpresa que hasta día de hoy lo sigue teniendo desconcertado. Isagi lo rechazó, por supuesto, para él Kaiser seguía siendo el imbécil irritante que el único sentimiento que logra sacarle es odio. Kaiser parecía esperar esa respuesta, porque a pesar de que la tristeza consumió su expresión no dejó de sonreír en ningún momento, casi hace a Isagi sentirse un poco mal, pero él no estaba obligado a corresponder los sentimientos de nadie, mucho menos los de Kaiser.

Después de eso Kaiser no se rindió en absoluto, y en realidad estaba agradecido por la determinación que tenía su actual novio para lograr lo que realmente quiere.

Fueron cuatro largos meses desde que se fue a vivir a Alemania donde Kaiser le mandaba mensajes de buenos días siempre, lo invitaba a salir, le daba regalos, aunque se aseguraba de no hacerlo mucho pues a Isagi no le gusta que lo hostiguen demasiado con esas cosas, por lo que no insistió con eso a pesar de querer comprarle todo el centro comercial, muchas veces lo invitaba a cenar y para sorpresa del japonés era en casa de Kaiser en lugar de ser en un caro restaurante que sinceramente lo hacían sentir fuera de lugar casi siempre, Michael estaría en la cocina cocinando como si su vida dependiera de ello solo para satisfacer el apetito de Isagi, quien encontró esto muy lindo y cautivador.

Al inicio iban a zonas turísticas, el rubio se aseguró de enseñarle al nipón cada cosa que él mismo encontraba hermosas e increíbles, hablando sin parar de la historia detrás de cada una de ellas y el por qué lo fascinaban tanto, estando Isagi escuchando atentamente cada cosa que decía Kaiser.

Michael nunca le profesó su amor en palabras, probablemente sabía que a Isagi le incomodarían las alusiones de su amor teniendo en cuenta que rechazó los sentimientos del alemán, por lo que se dedicó a conquistarlo con acciones sinceras que venían desde lo más profundo de su alma, mirando a Isagi con afecto y anhelo cada vez que creía que él no le estaba prestando atención.

Pero Isagi lo hizo, se dio cuenta de cómo Kaiser lo miraba de forma sutil con intensidad, prometiéndole mil promesas llenas de un amor ferviente con esos intensos ojos cielo que tan hermosos le empezaron a parecer en algún momento.

Isagi no supo cuándo, pero un día simplemente empezó a notar cada vez más la belleza que poseía Kaiser en todo momento, tal como el primer día que lo vio.

Le encantaba el delineado rojo que se hacia todos los días, era tan delicado, meticuloso y perfecto que en algún momento quiso pedirle a Kaiser que lo maquillara, los labios finos tenían un pequeño tinte de rosa natural que los hacían ver suaves y tiernos, su brillante cabellera rubia de puntas azules le hacían resaltar en cualquier lado que estuviera, el tatuaje azulado en su cuello y que recorre toda la extensión de su brazo hasta la mano era nada más que atractivo a la vez que atrayente, a Isagi muchas veces le dieron ganas de besar y morder su cuello para dejarlo marcado.

• | KaiSagi OS | •Where stories live. Discover now