–¡RECOGE TODO Y CAMBIATE YA! ¡NO QUIERO VOLVER A VENIR!

–Si si, está bien –gruñó Adam fastidiado mientras recoge la ropa tirada

María sale de la habitación mientras Adam recoge toda la ropa tirada, la hace bola y la hecha en el contenedor de ropa sucia en su armario, toma una playera y pantalón nuevos, un par de zapatos y una chaqueta color negro larga hasta las rodillas, va al baño y se moja la cara, se peina rápidamente y sale hacia la cocina donde su madre está preparando rápidamente su desayuno

–¿Planeas comer algo? –Preguntó, terminando de untar mayonesa sobre uno de los panes

Adam mira a su alrededor buscando algo rápido para comer

–Solo me comeré esta fruta –contestó tomando una manzana del frutero –no me da tiempo de más

María frunció el ceño mientras soltaba un largo suspiro en señal de molestia

–En serio Má, no tengo hambre –respondió tratando de tranquilizar a su madre –comeré algo en la escuela

–¿Vas bien abrigado? Está haciendo frío afuera

–Si, traigo mi chaqueta térmica

–Bien, ya vete o perderás el tren

Adam toma su mochila y se la cuelga sobre el hombro, camina hasta la puerta y toma la perilla para abrirla pero su madre lo detiene

–¿Aún tienes dinero?

–Eh... déjame ver –respondió, mirando el implante en su antebrazo el cual proyecta al instante un holograma mostrando su saldo. 5.75 Crecents

–Creo que necesitaré 5 Crecents más –afirmó Adam mientras levanta la mirada hacia su madre

–Bien –respondió María –te daré

Ambos se toman del antebrazo haciendo que ambos implantes entren en contacto, el holograma aparece proyectando la cantidad transferida

–Listo, que tengas un buen día –dijo María con la sonrisa dulce que tanto la caracterizaba

–Gracias mamá

Adam sale del departamento cerrando la puerta detrás de él, se colocó sus audífonos y suelta un largo suspiro para comenzar a caminar por el pasillo hasta llegar a las puertas del elevador, presiona el botón para bajar, la puerta se abre, el elevador vacío como de costumbre. Adam entra y la puerta se cierra. Suspiró, presionó el botón de la planta baja y dirigió la mirada hacia el espejo del elevador viendo la cicatriz al costado de su rostro.

Pocos minutos después el elevador se detuvo y la puerta se abrió, Adam retira sus audifonos y sale del elevador hacia un recibidor bastante amplio y lujoso, con paredes de marmol color negro, un candelabro enorme en el techo y una alfombra dorada que llevaba hasta la recepción y a la puerta de salida. No había ventanas, por lo que la única iluminación era gracias al candelabro y a unas líneas de luz a los costados de la alfombra

–Buen día Adam –dijo un señor regordete vestido con un saco y corbata de color negro y una camisa blanca

–¡Hola Tony! –respondió Adam –¿Llegó mi pedido?

–¡Ah sí! Aquí está –dijo colocando una pequeña caja plástica color blanco sobre la mesa –llegó anoche

–Gracias por recibirlo Tony ¿Puedes subirlo a mi departamento?

–Con gusto Adam –respondió bajando la caja al suelo –la subiré en seguida

–Va, ¡Gracias Tony! –dijo comenzando a caminar hacia la salida

Powers: GenesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora