María desconecta el implante y sale rápidamente de la habitación

–¿A dónde vamos? –preguntó mientras toma a Adam en brazos

–Sígueme

Ambos bajan del edificio rápidamente, encontrándose con que todas las calles eran un completo caos, papeles volando por todos lados, tiendas siendo saqueadas y gente peleando entre sí

–Suban al auto –dijo mientras abría la puerta del conductor

–Mami tengo miedo

–Todo va a estar bien amor, lo prometo –dijo en un tono dulce y calmado

María abre la puerta y sienta a Adam en la parte de atrás, después ella entra en la parte del copiloto

–Adam –dijo Ron –agáchate y por nada del mundo te levantes, no importa lo que escuches ¿Ok? Solo mira el techo

–O-ok –respondió Adam con miedo

Adam se acuesta en los asientos de atrás mirando fijamente al techo del auto, gritos y gritos y más gritos, solo eso, el sonido chirriante de las llantas tallando el suelo, solo eso, gritos y más gritos, el no entiende que pasa, solo escucha gritos ¿Que hay allá afuera? Se pregunta una y otra vez, la curiosidad invade cada rincón de su cuerpo, quería asomarse, pero sabe que no debe hacerlo.

María voltea a ver a Adam y lo toma de la mano para calmarlo

–Todo va a estar bien Adam, solo no mires a afuera –dijo en un tono dulce

María se voltea de regreso, Adam levanta la mirada hacia la ventana tratando de ver el actual cielo nocturno, pero en su lugar solo logra ver la gigantesca e inconfundible silueta oscurecida de la muralla. Las enormes compuertas comienzan a cerrarse lentamente acompañada del estruendoso sonido del mecanismo moviéndose

–Sujétense –advirtió Ron.

De un segundo a otro pisó el acelerador con fuerza que parecía que su pie iba a atravesar el pedal. El espacio entre las compuertas disminuye a cada segundo... No se detendrán

–¡Ron no lo vamos a lograr! –Exclamó María al tiempo que se sujeta de la cabecera de su asiento

Ron solo apretó más el volante

El velocímetro llegó a la velocidad tope del auto y el motor sonaba con fuerza. El auto entró en el pequeño espacio entre las enormes placas de metal y la lámina del auto chilló mientras tallaba contra las paredes aún en movimiento, luego hubo silencio.

Lograron cruzar

10 años después...

Un ligero hilo de luz logra colarse por la ventana y se arrastra lentamente por el suelo, esquivando ropa y zapatos hasta llegar a la base de la cama, comienza a trepar lentamente la pared de la base pasando por las sábanas arrugadas color azul hasta iluminar el párpado izquierdo de un joven el cual reacciona con un gesto de molestia girando inmediatamente en dirección de la pared

Toc Toc Toc

–¡ADAM BAUER YA LEVÁNTATE! –exclamó María furiosa detrás de la puerta

–Hmmmm... cinco minutos más

La puerta se abre de golpe y María entra rápidamente para arrebatarle las sábanas a Adam

–¡¿QUE NO PIENSAS IR A LA ESCUELA O QUE?! ¡LEVÁNTATE DE UNA VEZ!

–E-es muy temprano –dijo adormilado

–¡Son las 8 DE LA MAÑANA JOVENCITO!

–¡¿Q-QUE?! –dijo Adam exaltado al darse cuenta de la hora mientras pega un brinco de la cama sin fijarse provocando que se resbale con una playera que estaba tirada en el suelo

Powers: GenesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora