Al borde

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Nate había sido desterrado por buenas razones.  Así como alguna vez intentó manipular a Octubre para apoderarse de Enchantress, así había estado sobre el hombro de Vita, susurrando, conspirando y llenándole la cabeza de ideas tentadoras.

Octubre decidió encerrarlo en el bosque oscuro cuando su hija comenzó a lastimar personas (no físicamente) pero si de forma grave. Lo preocupante del asunto era que indiscutiblemente, Vita lo disfrutaba, así que Octubre tuvo que hacer de su nueva conciencia. Por esta razón, ambas decidieron vivir juntas, a pesar de que los zorros no viven en manadas.

- ¿Donde estabas? - le pregunto Octubre, como si no lo supiera

- En el bosque - respondió alegremente

su madre trato de sonreírle

- ¿Cómo está Nate, querida?

- Extrañándote, como siempre - ambas compartieron una sonrisa sincera

-Es una pena, aveces me daba buenos consejos

- A mi también - esta vez a Octubre no le hizo gracia

Vita se acercó a la mesa larga donde su madre estaba trabajando

-¿Qué estás haciendo? - pregunto rodeandole el cuello con los brazos y apoyando la barbilla en su cabeza

- Creo que es un hechizo de suerte

-¿Crees?

Octubre suspiro cansada y dejo su material a un lado, después de un rato se giró para abrazar a Vita sin levantarse, su hija no tardo en corresponderle

-La verdad ya no sé lo que estoy haciendo.

Hace unos días, Emyl había partido al otro mundo en busca de Cían. Después de recuperarse del hilo del destino, Octubre tuvo que enfrentar la pérdida de su madre y su padre solo vivió lo suficiente para despedirse de ella... y Garreth... Bueno, esta vez el amor de su vida no estaría para consolarla. Tenía que ser fuerte por sus hijos.

-¿Por qué no vuelves a dar clases? Enchantress nunca a tenido mejor maestra que tú

La botica había sido muy importante para sus padres... Prácticamente fue lo que los unió. Trabajaron tanto en ella qué no se atrevía a abandonarla, así que renuncio a su puesto como directora de la escuela para atender el negocio familiar.

-Lo dices porque nunca fui tu institutriz

-Gracias al universo por ese favor

Lo decía para hacerla reír. La verdad es que nada le hubiera gustado más que ser su alumna, porque no le habría dado miedo levantar la mano para preguntar lo que no entendía, ni se avergonzaría por interesarse en hechizos tenebrosos y peligrosos. Las artes oscuras no se consideraban algo maligno o prohibido, pero si extremadamente peligroso... Obviamente no era bien visto que un personaje como ella se interesará en hechizos para revivir muertos y controlar mentes... Y aunque el interés de Vita en esas artes era genuino, las razones que tenía no eran las que el mundo entero le atribuía.

- ¿Lo has espiado hoy?

Sabía que se estaba arriesgando a ponerla aun más triste al preguntarle

- No - respondió con un suspiro y la soltó para volver a trabajar en lo que hacía - Hace un par de días que decidí no hacerlo más. No creo que sea bueno.

La vio secarse disimuladamente una lagrima y después, como si nada, se forzó a recuperar el buen humor para no poner triste a Vita.

- Supongo que debería terminar los otros hechizos medicinales, los clientes habituales de tu abuela aun necesitan ayuda y yo no puedo volver a decirles que vengan otro día - hizo un gesto, como si sintiera vergüenza - Le arruinare el buen nombre a su botica.

Su buen nombre. Vita casi se carcajea ¿desde cuando tenían ellas un buen nombre que cuidar? Siempre fueron las brujas del lugar, las cosas se disimulaban más ahora, por los sacrificios de Cían y Octubre... Pero quienes vivían en Enchantress seguían siendo la misma bola de bobos prejuiciosos de siempre.

- ¿Necesitas ayuda? - pregunto mientras le peinaba el fino cabello azabache con los dedos

- Sí, puedes ir preparando estos - le entrego una larga lista de hechizos, pero todos muy sencillos de hacer - Gracias - le sonrió al mismo tiempo que le frotaba la espalda - Por cierto - recién se estaba dando cuenta de que tenia dos hijos - ¿No habías salido con Karim?

- Tenía una reunión diplomática - respondió sin emoción

- Oh

El gesto pensativo de su madre le lleno de esperanza, con algo de suerte podría conseguir qué reprendiera a su hermano

-¿No te lo dijo? - utilizo su mejor tono de sorpresa - Las reuniones diplomáticas son importantes. Tú deberías estar ahí, después de todo... Aun estas al frente de la dimensión

Octubre asintió sin voz y por un momento Vita saboreo la victoria

- Es muy extraño que no te dijera nada,  siempre te toma en cuenta

-Debe tenerlo todo bajo control - le sonrió al mismo tiempo que se encogía de hombros restandole toda importancia.

-Sí. Seguramente. - no se molesto en disimular lo mucho que le fastidiaba la confianza plena de su madre en su hermano. Bajo al sótano pisando fuerte.

Por una vez, adoraría ver a Karim cometer un error, uno muy grande... -negó rápidamente - Esos eran exclusivos de ella. Como mandar por accidente el alma de su padre a la dimensión terrestre solo porque le gustaba demasiado la historia romántica de sus tíos.

Dejo la lista con los hechizos solicitados en la antigua mesa de trabajo de madera obscura, iba a ponerse  manos a la obra, pero el recuerdo de Garreth le removió cosas muy profundas. Su mirada se fijo en la antigua bola de cristal de su abuela, se acercó lentamente, como si valorará si debía hacerlo o no... -Coloco las manos sobre el cristal y después de visualizar lo que buscaba, la bola le mostró un breve resplandor para después dar paso a una imagen - Ahí estaba él. Sus mismo ojos combinados de verde y azul, su mismo cabello castaño claro casi rubio... Su misma alma... Y aun así no era él mismo. En la dimensión terrestre Garreth Vermel no existía, solo Brando Heck y Brando Heck no tenía ninguna esposa bruja de nombre extraño, mucho menos una hija extraña por la que preocuparse. Octubre tenía razón. Hacerse esto no era bueno.

Cuando descubrieron donde estaba el alma de Garreth, Vita le suplico a Octubre traerlo de vuelta, pero ella se negó. Dijo que traer el alma de su padre de vuelta era negarle un nuevo futuro en la dimensión terrestre, ademas, nuevamente irían en contra del destino y eso se pagaba muy muy caro. Le constaba.

- Te extraño demasiado - musito cerca del cristal

En la dimensión terrestre Brando Heck se puso la mano sobre el pecho con un gesto desconcertado en el rostro

-¿Te pasa algo amigo?- le pregunto su colega al verlo tan extraño

-No lo sé - respondió con sinceridad - siempre eh sentido que algo me falta pero... Últimamente se vuelve más constante.

Vita, princesa de la muerte Onde histórias criam vida. Descubra agora