16. [Revelaciones]

Začít od začátku
                                    

— Ella es mi vida ahora y tú pronto terminarás tu carrera, conseguirás novia y te irás de la casa, Adeline es lo único que me queda y...

— No la mantendrás a tu lado si te sigues comportando así. — Le advertí, aunque quería que ella lo olvidara y me escogiera a mí, si a papá le hacía feliz de verdad, me apartaría de su camino.

— Dejaré a Norma, intentaré conquistar a Adeline para que me complazca en la cama y tú no te meterás más en nuestras vidas — La bilis se me subió por la garganta, la idea de Adeline con mi papá en la cama me quemaba, no quería que él la conquistara, no quería que ella dejara de sonreírme a mí.

« Solo yo merecía conquistarla »

« Solo yo merecía desearla »

— ¿Y si alguien le da lo que tú no? ¿Y si alguien la conquista? ¿Qué harás? ¿No la dejarás ser feliz con otro?

— Será feliz conmigo y solo conmigo. Ya te lo dije y esta es la última vez, es mi mujer por lo tanto le debes respeto.

— No es mi madre.

— Mientras vivas bajo mi techo, la respetarás y si no...

— ¿Me estás echando de mi propia casa? ¿Por ella?

— No, solo digo que espero que madures ya. Te considero una amenaza, estás poniendo mi matrimonio en peligro, tú provocas que discutamos.

— ¡Porque la apoyo! ¡Tiene toda la razón! ¡No merece estar llorando por un tipo que va de flor en flor! ¡Papá, nunca cambiarás!

— ¡Deja a mi mujer tranquila! — Con esas últimas palabras, papá entró en su vehículo y se fue, la idea de ellos dos viviendo solos y juntos me tenía con la cordura prendiendo de un hilo, tenía miedo de que Adeline lo llegara a amar, que me olvidara a mí.

Jamás me iría de la casa, no mientras mi madrastra viviera allí.

« Papá no la merecía »

« Y a veces yo tampoco »

Con los pensamientos de ellos dos juntos, haciendo lo que nosotros hicimos ayer, mi corazón dolía, así que mientras intentaba pensar en otra cosa, subí a mi auto y empecé a buscarla, tenía que encontrarla primero.

« Tenía que decirle muchas cosas »

(.........)

Las horas pasaban y Adeline no estaba por ninguna parte, busqué en todos los sitios públicos, me detuve en varios parques y aún no había rastro de ella.

Papá fue hacia la carretera que conducía a su granja y se enteró que allí no pasaba el autobús, así que la única manera de que Adeline volviera a su granja era pagando un taxi y ella no llevaba dinero.

Estaba preocupado porque no sabía nada de ella, no pudo  desayunar y no llevaba efectivo consigo.

Decepcionado por no haberla encontrado aún, me regresé a casa, esperaría que ella llegara, lo deseaba de verdad.

Sin mucha demora me prepare un taza de café y esperé en el sillón, sabía que ella volvería, tenía que regresar por sus cosas.

El cerrojo de la puerta principal sonó y solo pude mirar fijamente el punto  esperando ver su rostro; gracias al cielo no era papá quien entraba, si no Adeline.

Rápido corrí a su lado y la abracé, besé su frente muchas veces para luego bajar a sus labios, cuando iba a besarla en la boca; me rechazó.

— Me asustaste tanto ¿Estás bien? — Pregunté, quería disimular el dolor que me causó su rechazo.

Entre dos placeres © Kde žijí příběhy. Začni objevovat