Prólogo

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Ya era tiempo de que Allison tomara vacaciones, el trabajo la tenia agotada y su última relacion no tuvo demasiado éxito ya que Peter la engaño durante toda su relación, ella no quiso admitir que en realidad le afecto demasiado, su mejor amiga Paula siempre le preguntaba por como se sentia pero siempre era la misma respuesta ''estoy bien, no te preocupes'', aunque solo fueron unos meses fueron lindos, Peter siempre la hacia reir, se divertian juntos y no habia ni un solo momento de aburrimiento, cuando Thomas le dijo que él la engañaba creyó que solo bromeaba pero el la llevo a casa de la otra chica de Peter, esa noche fue devastante, su amiga en otro pais muy lejos de ella y sin comunicación, con Franco no contaba ya que siempre peleaban y seguro esa noche estaba teniendo sexo con alguna rubia despampanante y Peter follandose a esa pelirroja con grandes pechos y de piel clara como el vampiro de Twilight.

Ella no se consideraba una mujer bella, siempre se vio como la patito feo de su grupo de amigas en el colegio, pero cuando maduro y descubrió el efecto que provocaba en los hombres se sintió como un cisne. El primer chico del que se enamoro fue a los 15 años de un italiano llamado Marchello que llego de visita con sus vecinos unos italianos raros pero divertidas personas, ese chico era tres años mas grande que ella y tenia el poder de engañar a las mujeres y ella no fue la excepción, la engaño solo para robarle su virginidad y así como si nada regresó de donde vino sin ni siquiera un adiós o alguna nota y a partir de ese dia desido nunca ir a Italia, los odiaba y he de ahí el odio hacia Franco. Un hombre que con su encanto Italiano engatusa a sus victimas para así llevárselas a la cama y a la mañana siguiente tratarla como una total extraña, hombres como el no merecían tener pene.

Viajando junto a Franco hacia la boda de su mejor amiga, desde Italia hacia México, el vuelo seria... interesante.

-Allison, Ali, Ali, A...

-¿Que quieres Bacchelli?- giro su cabeza mirando a Franco.

-Pensaba que estabas dormida, desde que despegamos no has dejado de mirar por la ventanilla.

-Solo pensaba, ¿Necesitas algo?

-Solo quiero disculparme por el comportamiento de mi hermano.

-Esta bien, no hay problema- regresó la mirada hacia la ventanilla.

-Regresare a Italia- al escuchar esas palabras Allison giro rápidamente la cabeza para mirarlo a los ojos.

-¿Que?

-Mi padre ya no puede estar dirigiendo la clínica y yo soy el único que soy medico.

-¿Que pasa con tu hermano?

-Mi hermano maneja la empresa que mi madre heredó, no puedo abandonar a mi padre y además no hay nada, ni nadie que me retenga en Londres- escuchar ese 'nadie' sintio como se le rompía el corazón en mil pedazos.

-Tienes razón- dijo con frialdad y regreso la mirada a la ventanilla -Espero que tengas un buen vuelo y una buena vida Bacchelli- unas fuertes ganas de llorar y golpear a Franco inundaron el cuerpo de Allison pero se reprimió, apreto los puños y siguio con la mirada perdida en esa ventanilla.

Franco capto la frialdad en su voz, se sintio mal por haber dicho 'nadie' , pero era cierto nadie lo retenia en Londres, Paula estaba felizmente casada y ella no lo necesitaría y mucho menos Alexander, Allison era la mujer que odio desde que Amy los presentó, una chica odiosa,mandona, enojona, gruñona, amargada y muchas cosas mas, pero era buena en su trabajo y necesitaría almenos una persona conosida en su nuevo personal de la clínica de su padre en Turín.

-Quiero que vengas conmigo- parecia que ella no le estuviese poniendo atención -¿Allison, me escuchaste?.

-Bacchelli no bromes, eso no funcionaria- ella no quiso voltear la cara, lo que acababa de escuchar la puso nerviosa.

-¿Por que no?, lo podemos intentar- el insistió.

-Digamos que aceptó, ¿para que me ocuparias?.

-Serias mi asistente, tendrias tu propio departamento y un buen sueldo.

-Bacchelli no pasa un minuto del día que no estemos discutiendo y aún asi quieres que sea tu asistente, estas loco- comezo a reír, ese tonto italiano la ponia nerviosa

-Lo sé, y lo pense créeme, en realidad necesito una asistente y alguien conocido conmigo, apoyándome, todo sera nuevo y no conozco al personal, me sera muy difícil encontrar alguien de confianza para ese puesto, por favor, te necesito Allison- volteo a mirarle.

-Tenemos que dejar de pelear Bacchelli

-¿Tanto te molestan nuestras peleas?.

-No, son muy graciosas- ambos comenzaron a reir.

-¿Eso es un si?- Franco la miraba con una sexy sonrisa de medio lado.

-Esta bien, ire contigo.

Franco al escuchar que ella aceptaba acompañarle a Italia se alegro demasiado, llamo a la azafata y pidio dos martinis para celebrar. No entendia el porque de su alegría, siempre se sentia incómodo con la compañía de Allison, su actitud mandona lo molestaba, no le gustaba que una mujer que no fuera su madre le diera ordenes, le gustaba tener el control, desde que tuvo suficiente edad fue dueño de su propia vida y nadie llegaria a dar ordenara y querer manejarlo a su antojo y es por eso que el siempre llevaba las riendas de sus relaciones, el decidía si queria mas o si solo seria cosa de una noche.

La azafata llego y sirvió los martinis que Franco pidio, Allison lo veía sonreír. Ella lo apoyaria como el se lo pidio, no seria algo fácil de hacer pero lo intentaría, su madre siempre le decia que no hullera de los retos, que los enfrentara y superara y eso haria en Italia.

Odiame ó ÁmameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora