Prólogo

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La luz del sol comenzaba a ocultarse en la ciudad de Los Santos , lo que eran unos lindos tonos anaranjados , pasaron a ser unos azules y morados, dando finalmente pase a la luna, la cual pronosticaba ser llena el día de hoy . La mayoría de las personas ya estaban abandonando sus puestos de trabajo para poder ir a su casa y descansar después de una ardua jornada laboral ; y está no es excepción para nadie , a no ser que tengas algún turno extra.

Sin embargo ,Conway , un hombre que no aparentaba más de 40 años , que con tan solo verlo te inspiraba respeto o también algo de miedo , es el encargado de que la ciudad estadounidense no esté de cabeza y mantener todo bajo control , gracias a todo su esfuerzo , logró ser lo que es ahora, ganándose el respeto de mucho al igual que el odio de otros . Y si no has oído de el aún , debes saber que es bien conocido como el Superintendente de Los Santos , Jack Conway  .

Conway se encontraba abandonando la comisaría , su turno ya había acabado y quería ir a descansar un poco en su hogar  , a simple vista se notaba su cansancio, el día había estado tan ocupado que las jaulas subterráneas que poseía la comisaría estaban abarrotadas de diversas personas , incluso tuvo la libertad de mandar uno que otro a la Federal, y eso sí que se le hizo divertido.

Caminó un poco y pudo divisar al nuevo alumno que habían reclutado hace poco , este se encontraba en el parking, aparentemente esperando a alguien . El chico no pasaba los veinte años, siendo el oficial más joven que han tenido hasta ahora . De todas maneras , debía  decir que le agradaba el nuevo , se le veía un espíritu de la justicia que te contagiaba de hacer lo correcto , su alegría podía ponerte feliz con tan solo verlo, y a palabras de Conway, era  totalmente un sol.

—Buenas noches,  Pérez—Saludó Conway, mientras movía su mano a manera de saludo a la par que hacía una pequeña sonrisa

—¡Buenas noches Superintendente!— Le devolvió el saludo, con una sonrisa de oreja a oreja tan característica de el , mientras movía su mano energéticamente

—¿Qué le dije de cortarse la cresta?— Conway se acercó a el, hasta quedar frente a frente. Le sonrió con burla, mientras lo miraba con gracia  , movió su mano y sacudió el cabello rebelde del contrario , desordenandolo a su paso

—¡Ay! ¡Intendente!— El contrario se alejo un poco, soltó unas pequeñas risillas mientras se arreglaba los cabellos despeinados—¡Mire que gaste mucho en cremas para el cabello—

—No creo que haga falta decirmelo— Rió— Sin embargo creo que ya debes irte , ya es tarde— Añadió mirándolo fijamente —

— ¡Ay Supeeer!— Alargó de manera exagerada la última palabra — ¿Se preocupa por mi— Musitó , mientras pestañeaba repetidas veces , a la par que le hacía ojitos.

—Eso quisieras súper nena— El mayor volvió a mover los cabellos del otro, impidiendole poder mirar unos momentos.

—No se haga el duro— Horacio le sacó la lengua de una manera infantil, ya no tenía caso acomodarse su cabello, Conway se lo volvería a desordenar—

—Bueeno— Cortó Conway — ¿Te vas solo o quieres que te lleve? — Ofreció, mientras apuntaba a su vehículo color negro , el cual se encontraba detrás de ellos—

—Me siento privilegiado — Rió Horacio— Pero no se preocupe, agradezco su oferta— Miró por encima del hombro de Conway  la entrada de Comisaría, y logró ver a un hombre un poco más alto que el salir de ahí —Ya alguien ofreció llevarme—

— ¿Así? ¿Quién?— Cuestionó el Superintendente , manteniendo su mirada fija en Horacio—

—¡VOLKOV!— Horacio gritó , dando pequeños saltitos en su puesto mientras movía con energía sus brazos encima de su cabeza

2×1Where stories live. Discover now