Una pareja de novios se está despidiendo al atardecer en la puerta de la casa de ella.
Al irse él, Mónica entra en casa y le da la impresión de que está acompañada. Siente que hay alguien más en la casa a pesar de vivir sola.
Recorre el pasillo que lleva a su habitación y escucha la risa de un niño detrás de ella.
Atemorizada, se va a meter en su cama, pero sobre ella encuentra una nota en la que pone
"SOY PETER,
TU NOVIO TE ENGAÑA"
Al otro lado de la ciudad y llegando a su casa Joe, está aparcando el coche.
Después de hacerlo, se dirige al ascensor que le lleva a su piso y ve a un pequeño rubio de ojos azul brillante como el cielo, que le mira fijamente.
Se acerca al zagal y le pregunta
- ¿Hola, chico, te has perdido? -
-Soy Peter, tu novia te está engañando. -
Le contesto la criatura la cual, sonrió grotescamente y salió corriendo.
Mónica ardía de rabia.
Maldecía y rompía cosas en su casa mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.
Joe, encolerizado, volvió a su coche para encarar a Mónica y descubrirla in fraganti.
Golpeaba el volante y se saltaba semáforos mientras gritaba para desahogarse.
Mónica escucho una frenada en frente de su casa y al ir a comprobar que pasaba, vio a Joe saliendo del coche y dirigiéndose hacia ella como un tornado.
Ella no iba a ser menos y se lanzó a por él clavándole las uñas en la cara.
Los dos rodaron dentro de la casa pegándose e insultándose.
- ¡ERES UNA ZORRA! - Bramaba Joe.
- ¡Y TU UN PEDAZO DE MIERDA! - Respondía Mónica.
Entre esa vorágine de ruidos y voces se oía la risa de un niño.
Mónica extendió la mano y cogió un cenicero de cristal grueso grande.
Debería pesar dos kilos por el tamaño.
Con él le propino un golpe en la cabeza a Joe y se lo quitó de encima.
Joe estaba aturdido en el suelo, sangrando por la cabeza y Mónica se puso en pie.
Joe acertó a poder cogerle del pie y tirarla de nuevo.
Al caer, ella se golpeó en la nuca y comenzó a sangrar.
Los dos aturdidos en el suelo, escucharon una risa ensordecedora acompañada de unos aplausos.
Y ya no querían pegarse o insultarse, se sentían extraños y al verse el uno al otro como habían quedado, intentaron ayudarse desesperados.
Se cogieron de las manos y lloraron.
La risa continuaba y con su mirada borrosa miraron de donde provenía.
Pudieron ver como una figura de niño de piel roja como la lava, pelo rubio, ojos azul cielo y unos pequeños cuernos en la frente acompañados de unas alas en la espalda y una cola que se movía de izquierda a derecha mientras se reía.
-Soy Peter, el duende rojo del puto infierno jajaja- Se presento.
-Sois unos buenos juguetes, lástima que no vayáis a durar mucho más, ji,ji,ji-
Mónica y Joe se abrazaron mientras perdían sangre y poco a poco se fueron apagando sus vidas.
Peter se quedó hasta el final riéndose y cuando exhalaron su último aliento, se puso en pie de un brinco y se dijo a sí mismo.
-Voy a por otros-
Y por ahí sigue, en busca de parejas felices y enamoradas para romperlas.
En los crepúsculos del atardecer cuídate cuando oigas la risa de un niño.
FJ
