𝟬𝟬𝟰. ILLICINT AFFAIRS

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CHAPTER 004
BLOOD DYNASTY

CHAPTER 004BLOOD DYNASTY

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❝ ASUNTOS ILÍCITOS ❞




















FALTABAN sólo tres días para el torneo y, cuando llegara y se iniciaran los festejos, se notificaría al reino un nuevo compromiso matrimonial, uno que uniría a dos grandes Casas. Era un acuerdo que beneficiaría a todos los implicados, un acuerdo que sería recordado para siempre por el reino.
      
Alysanne Lannister iba a convertirse en Princesa Consorte. Iba a unir su gran Casa con la dinastía gobernante de la Casa Targaryen.
      
Iba a casarse con Aemond Targaryen.
      
Se sentó en silencio en la pequeña e íntima mesa ocupada por su padre, la Reina, y Aemond, que estaba sentado a su izquierda, con la cabeza gacha y el plato vacío. Ninguno de los dos se había dirigido la palabra desde que llegaron a primera hora de aquella hora, ni tampoco desde que descubrieron el día anterior lo que planeaba la reina.
     
El padre de Alysanne llamó a su hija a su despacho para hablar de algo importante. Le explicó en un tono muy tranquilo y cuidadoso que la reina se le había acercado esa mañana con una oportunidad. Al principio, Alysanne no había entendido a qué se refería, no hasta que la llevó hasta su escritorio y le mostró la prenda que descansaba sobre el.
      
Era una capa nupcial dorada. Era la capa nupcial dorada de su madre, que le fue entregada sobre los hombros el día de su boda con el padre de Alysanne. En ese momento comprendió lo que su padre quería discutir, pero no se había dado cuenta de quién era la otra parte, no hasta que llegó a la pequeña cena organizada por la reina.
      
Cuando vio a Aemond sentado a la mesa, con los hombros tensos y la barbilla baja, lo comprendió. Se le hizo un nudo en el estómago mientras cruzaba lentamente la sala y tomaba asiento junto al príncipe, con los ojos muy abiertos y una sonrisa tensa. Había escuchado en completo silencio cómo la reina le explicaba que se casarían al final del torneo. Fue un noviazgo corto, dijo, pero con la grandiosidad del torneo, era el momento perfecto para una celebración así.
     
Alysanne no pudo evitar recordar cómo su padre siempre le había dicho que tendría una opción en el asunto de su matrimonio. Le había prometido toda la vida que podría elegir a su marido para tener un matrimonio largo y feliz, como el de sus padres.
      
Entonces, ¿por qué, ahora, revocó esa promesa? ¿Por qué le quitaba la elección a Alysanne? No odiaba la idea de casarse con Aemond, ya que lo conocía y, por supuesto, tenía su edad, pero aun así, el anuncio le había revuelto el estómago. No había probado bocado desde que un criado le llenó el plato hacía una hora.
     
La comida estaba fría y el vino intacto, mientras la reina y Tyland conversaban en voz baja y de vez en cuando miraban a sus hijos. Estaban preocupados por la falta de reacción de ambos adolescentes, pero ninguno dijo una palabra. El compromiso no era negociable.
     
Al cabo de un rato, Aemond se adelantó y se llevó el cáliz a los labios. Alysanne observó con el rabillo del ojo cómo se bebía todo el cáliz de un trago. A la reina Alicent se le entrecortó la voz y miró con recelo a su hijo mientras éste bebía de un trago el vino especiado que el padre de Alysanne le había proporcionado aquella noche.
     
Dejó el cáliz sin hacer ruido, con los nudillos blancos al apretar la copa en la mano. Alysanne no estaba segura de si estaba enfadado o no, a juzgar por su extraña reacción. No sabía por qué iba a enfadarse. Después de todo, era el príncipe obediente. Había estado dispuesto a casarse con su propia hermana sin oponer resistencia, así que ¿por qué estaba tan afligido por este acuerdo?
     
El insulto hirió el corazón de Alysanne. No quería casarse con ella, comprendió con un suspiro, y sus ojos se posaron en su regazo. Sus manos se apoyaron en el regazo y empezó a morderse el labio inferior. Dentro de una semana estaría casada. Ya no sería una Lannister, sino una Targaryen.
       
Princesa Alysanne Targaryen. Ese sería su nuevo nombre, su nuevo título. Princesa.
       
La mano de Aemond cayó sobre su regazo, y el movimiento sacó a Alysanne de sus pensamientos. Cuando miró en su dirección, se sorprendió al ver que él ya la estaba mirando. Él no apartó la mirada cuando ella la encontró, aunque su mandíbula se tensó de forma imposible. Con un trago grueso, Alysanne se inclinó más hacia el príncipe y le ofreció una débil sonrisa. —¿Estás bien?
       
Su ojo se estremeció. —No. —Su voz era grave y áspera, y aunque Alysanne trató de ocultar la forma en que sus palabras la hirieron, sabía que él vio la forma en que sus labios se adelgazaron y su expresión cayó. No sabía por qué Aemond se oponía tanto al compromiso, pero le dolía. Se preguntó si sus sentimientos tenían algo que ver con la razón por la que había roto su amistad de toda la vida...

BLOOD DYNASTY ━━ aemond targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora