Ambos que estaban a punto de cruzar retrocedieron pero la energía del diamante se hacia mas fuerte, -hay que cruzar dijo amairani- -pero dijo Gabriel-

Si no lo hacemos tal vez nos ganen dijo amairani, -hay cruzar lo mas rápido posible dijo Gabriel tal vez por nuestra fuerza no nos pase nada, ambos se tomaron de la mano y comenzaron a correr….

La tarde estaba cayendo, ellos no dejaban de correr pero el cansancio los consumía, se detuvieron voltearon a ver por todas partes pero solo había flores rosas que cubrían el campo no se miraba otra cosa que no fuera flores rosas.

-quien diría que este campo estuviese tan largo dijo amairani notablemente cansada, quien se agacho para respirar Gabriel la vio una gota de sudor caía sobre su frente no podía negar que amairani se veía muy sexy, su cuerpo era bellísimo pero que estoy pensando se dijo para sí Gabriel, que sucede le dijo amairani, nada sonrió el, siguieron caminando.

De pronto una canción sonaba a lo lejos ambos prestaron atención a la canción que decía más o menos así:

Cuando veo tus ojos veo el amanecer

La Luz atrás de tu cara me ayuda a darme cuenta

Dormiremos y a veces nos amaremos hasta que la luna brille

Tal vez la próxima vez seré tuyo y tal vez tú serás mía

Tomaste mi cuerpo, ahora deseas mi alma

Ni siquiera lo pienses

Podemos Nosotros conocernos en este momento, esta vez

Debería ser yo, podría haber sido yo

Eres mía para siempre

La canción no dejaba de escucharse, sin tomarle mucha importancia siguieron caminando amairani cantaba la canción sonaba bastante bien, Gabriel que no le quitaba la vista de encima a amairani comenzó a tener flashes en su mente pequeñas visiones de ella desnuda con el sobre el campo, besándola y acariciándola, trataba de pensar en otra cosa pero aaaaa era tan difícil, cuando se torno insoportable el vio a amairani y ella lo vio a el ¿Qué sucede? dijo ella con tono preocupado –vuela dijo el- ya sin verla le grito QUE VUELES, amairani supo que algo malo sucedía así que de su espalda salieron dos alas grandes y preciosas de un color verde como el de sus ojos, alzo el vuelo con dificultad

-Aléjate de mi grito Gabriel-

Ella quiso saber que pensaba el pero no podía su mente se había bloqueado,

Se alejo lo mas que pudo, tal vez quiera matarme pensó, o algo malo pase con el recordó las palabras del hombre a caballo, cuál será su mas profundo deseo? Se pregunto.

Pensó en todo menos en lo mas obvio el quería poseerla.

Gabriel había cambiado sonreía como loco su mente estaba fijada en una sola imagen los ojos de ella, su cuerpo, sus labios que le gritaban que la besara, de su pecho rugió como una fiera, fue tan grande el grito que amairani lo escucho sabia que algo malo estaba pasando pero aun desde las alturas el campo parecía no tener fin.

Del cuerpo de Gabriel salieron dos alas como las de su padre completamente negras en los bordes parecían tener fuego, pego un brinco y tomo vuelo, volar no era difícil porque para amairani si lo era que importaba eso, quería encontrarla quería poseerla

Amairani volteo y vio que Gabriel se dirigía a ella con un aura tan negra, a ella se le helo la sangre descendió al campo y comenzó a correr, su mente de amairani estaba preocupada pero no dejaba de pensar en Cristian lo quería ver lo quería tener entre sus brazos, lo necesitaba. No es el momento para pensar en el se dijo ella pero su mente se enfocaba en los recuerdos en sus besos, en sus caricias de el.  Cristian dijo antes de ser atrapada por Gabriel quien la elevo hasta lo más alto ella pego un grito tan fuerte que la garganta le ardió, solo pudo verlo a los ojos pero no vio el rostro de Gabriel vio a Cristian, ella lo acaricio, Gabriel pensó que era momento para besarla pero antes de que lo hiciera ella lo saco de su transe solo con una palabra…. CRISTIAN

Gabriel volvió a la vida y se dio cuenta que ella amaba a otro, las imágenes fueron disminuyendo, se dio cuenta que de nada serviría poseerla si ella amaba a otro, así que solo voló con ella en brazos intentando encontrar el fin de ese campo infernal.

Las caricias que le daba amairani no le gustaban en absoluto porque sabía que se las estaba dando a otro, al FIN el campo terminaba el se apresuro, amairani quería besarlo pero el la esquivaba le desgarraba el alma, saber que toda esa locura que tenia ella la provocaba otro hombre.

La canción que aun sonaba termino el campo quedo atrás y Gabriel descendió dejando a amairani que reía como loca y no dejaba de pronunciar el nombre de su amado.

Amante de un corazón ajenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora