A veces me pregunto si soy la única que sufre tanto por la ausencia de su madre. Lo sé, soy una adulta independiente, tendría que poder seguir con mi vida tras esto. Pero hay días en que siento que no puedo, en que no logro encontrar rumbo, palabras de contención o ese lugar seguro que significabas para mi, estés donde estés, esté yo donde esté.

Eras mi lugar seguro a pesar de la distancia.

Siento que estoy cumpliendo un sueño al llegar a este certamen, pero ahora todo está en juego. Y no me gusta sentir que quizás sea mi última semana aquí,

No sé qué sucedió estos días. Siento que me esforcé por poner toda mi atención en el desafío, pero a pesar de todos los esfuerzos que puse, no llegué al resultado que quería.

Temo que mi sentir haya influido nuevamente en mi objetivo. Pensé que lo había controlado, que realmente me había elegido por sobre los demás. Pero aun así la vida pareció jugarme en contra, o tal vez fui yo sola de nuevo.

Me cuesta tanto cuando se trata de sentir. A veces creo que siento demasiado y ese sentir me domina, me controla, me lleva... y termina perjudicándome.

¿Qué puedo hacer? ¿Dejar de sentir? No creo poder.

De verdad... no creo poder.

Te amo ma, perdón por esto, pero necesitaba descargarme... y siempre has estado ahí para escucharme y aconsejarme.

Ojalá estuvieras aquí, aunque sea para abrazarme un rato.

Prometo ser fuerte, lo mas que pueda. Prometo seguir esforzándome. Prometo encontrar la fuerza para seguir.

Una lagrima cayó sobre la hoja como poniéndole la firma a todas esas palabras que parecieron brotar desde el fondo de mi alma.

A pesar de que el llanto no había cesado, era mucho más tranquilo y mi cuerpo se sentía un poco más liviano. El aire ya ingresaba de manera correcta y mi pecho se sentía más liberado. Con aquella sensación, me permití ir a la cama para poder descansar.

Para mi suerte, logré dormirme bastante rápido, pero fue una noche intensa en cuanto a sueños.

—Amy, mi pequeña Amy. —Mi madre apareció primero con su voz. —Mereces ser feliz, mereces vivir tu vida con cada fibra de tu ser, mereces estar bien y eres tu quien tiene que permitirse cada una de esas cosas.

Estábamos en la playa, ese lugar que tanto disfrutábamos compartir juntas. Pero alrededor no había nadie. Estábamos solo ella y yo, frente al mar, en un profundo silencio.

—Mereces un amor sincero y puro, que te acompañe siempre. Mereces una vida en la que puedas amar libremente y con todo tu ser, sin límites. Y si el amor que sientes te limita, es porque no tiene pureza.

—¿Lo que siento no está bien?

—Estás enamorada, pequeña. No es amor. Eso es lo que tienes que entender. Te estas dejando dominar por sentimientos irracionales y pasajeros. Y ese sentir te puede llevar a mal puerto si no pones un freno.

—No me gusta poner freno al sentir.

—Y está bien, no debes hacerlo. Pero en ciertas ocasiones es necesario que puedas ponerte en primer lugar. Te lo ha dicho tu amiga muchas veces. Intenta redirigir ese amor hacia ti misma y hacia lo que hoy te mantiene en este concurso; tu arte y tu talento para la creación de vestidos.

—Te necesito.

—Estaré siempre.

—Pero ahora no estás.

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⏰ Last updated: May 01, 2023 ⏰

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Vistiendo a la realezaWhere stories live. Discover now