014; te quiero

443 54 7
                                    

CHAPTER FOURTEEN
te quiero

Verónica andaba por las calles de Nueva York, en su mano una caja de bombones, se dirigía al hospital, donde estos dos días había pasado mucho tiempo, y solo salió cuando las dos hermanas insistieron en que se duchara en casa y se cambiara de ropa.

Sí, se había duchado en el hospital, pero su ropa era unos pantalones cortos pegados y una sudadera que compró en el propio hospital, y no le gustaba oler a hospital.

No quería marcharse del hospital ya que no quería dejar solo a Chad, pero Mindy le aseguró que ella lo cuidaría durante ese tiempo.

Después de ducharse, hacerse dos trenzas pequeñas y unirlas por encima del resto del pelo suelto, vestirse con un top color azul oscuro de manga larga donde sus hombros estaban a la vista, y unos pantalones vaqueros normales.

No hacía calor, así que ella llevó una de las sudaderas que había en su cuarto de Chad, él se las había dejado, haciendo que Verónica se las pusiera con frecuencia. Le encantaba el aroma que tenían

—Hola, ¿en qué la puedo ayudar? — preguntó la chica de la recepción del hospital cuando vio que Verónica se apoyaba un poco en la mesa, esta le dedicó una pequeña sonrisa.

—Hola, venía a ver a un paciente — contestó Verónica, para la recepcionista no pasó desapercibido que ella llevara una gran mochila donde guardaba algunas mudas de ropa y su cargador, supuso que se quedaría a dormir.

—¿Me diría el número de habitación, por favor?

Verónica asintió antes de contestar —. Claro, la 326.

La recepcionista tecleó unas cosas antes de volver a mirar a la joven —. Chad Meeks Martin.

—Sí.

La mujer le dio una indicación para que pasara y la joven sonrió antes de gesticular un "gracias". Estaba algo nerviosa cuando se metió en el ascensor, quería decirle a Chad de una vez lo que sentía, y esperar ser correspondida de la misma forma.

Lo había visto casi muerto 2 veces, y no iba a dejar que una tercera pasara, y si pasase, aunque sea le había dicho todo lo que sentía, ya que el sentimiento de impotencia, sobre todo la primera vez, fue horrible para la chica.

Saludando con una corta sonrisa a las personas que pasaban por su lado, Verónica consiguió llegar hasta la habitación 326, antes de entrar respiró muy profundamente. Estaba nerviosa, pero feliz (dentro de lo que cabía), ya que se habían besado varias veces.

Finalmente tocó a la puerta dos veces antes de abrir, encontrándose a Mindy y a Chad hablando, pero se callaron al ver a la chica, ella miró a Chad que ya la miraba con la sonrisa más sincera que podía.

—Hablando de la reina de Roma, por la puerta asoma — se burló Mindy haciendo que Verónica soltase una pequeña risa y alzase las cejas, y Chad apretara sus labios cerrando sus ojos con fuerza.

—¿Podrías cerrar la boca por más de 10 segundos, por favor? — preguntó Chad mirando a su hermana irritado que intercalaba la mirada entre la pareja con su típica sonrisa burlona, Verónica sonreía dejando la mochila en la mesa, Mindy acabó mirando a su hermano antes de negar.

—Jamás, hermanito — sonrió inocentemente, Mindy se giró hacia Verónica y abrió sus brazos para abrazarla con fuerza, de verdad que quería mucho a Verónica, y se alegraba muchísimo de que por fin se hayan dado cuenta de sus sentimientos —. Te lo dejo Vero.

—Cállate, Mindy — repitió Chad haciendo que Verónica soltara una pequeña risa.

—Cómo si fuera la primera vez que lo tengo que aguantar — respondió Verónica con un tono falso, ambos hermanos sonrieron al entenderlo, Chad negó con su cabeza lentamente mientras Mindy dejaba un beso sobre la mejilla de su amiga.

𝐅𝐀𝐌𝐈𝐋𝐘 𝐋𝐈𝐍𝐄, scream ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora