II

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N O,   D O N ' T   D O   T H I S   TO   M E

El tacón de los zapatos de cuero que portaba el rey resonaba por los extensos pasillos de aquel castillo, su mente estaba desconectada de sus alrededores, el corazón estaba guiando su camino, en busca de algo, en busca de alguien.

Mentiría si dijera que lo mejor de ser rey era la alabanza que tenía su pueblo en él, los grandes pero vacíos banquetes que llenaban su mesa en cada hora del día, la caliente cama que le cobijaba a pesar de la falta de amor en su propia habitación, no, ¡No! ni siquiera era alguna de aquellas desabridas cuestiones; No, lo mejor de ser rey era...

Poder presenciar esos ojos morados cada vez que se topaba con el guerrero en los pasillos.

El mismo amatista que ahora se encontraba buscando a la par que huía del incesante y cansino parlotear agresivo de su ahora marido, el cual juzgaba su forma de gobernar, su forma de vestir, su forma de hablar, su forma de respirar.

Era exhaustivo, agobiante, estresante.

¡No podía seguir así! Pero, tristemente, debía de mantener aquel insano matrimonio por el bien de su corona, después de todo, siempre debía ir primero su pueblo, lo último en lo que podía pensar era en sí mismo.

Las cosas en el Olimpo no eran así, pero aquella vida la había dejado atrás hace mucho tiempo al ser desterrado...

Estaba divagando, consumido en sus pensamientos hasta que una voz conocida llegó melodiosa hasta sus oídos, ocasionando que su mirar fuera a parar directamente a los ojos violetas en los que tanto estaba pensando.

⎯ Buenas noches mi rey, que tenga una excelente noche de bodas.⎯ Comentó el azabache con una sonrisa, dispuesto a seguir su camino, después de todo, la gran fiesta brindada para los dos reyes había finalizado y su deber era volver a su puesto lo antes posible.

Pero aquello no sucedió, fue tomado bruscamente del antebrazo para ser acorralado contra una fría y dura pared en una acción veloz, no logró prevenir ese movimiento por parte de su rey, ni mucho menos que su imponente figura estuviera mucho más cerca de su cuerpo, mucho más de lo que moralmente pudiera aceptarse.

Antes de poder decir alguna palabra, el de orbes verdes bajó la mirada, clavando sus ojos en los ajenos.

Podía notar una creciente molestia en el esmeralda, combinado con un sentimiento que no lograba descifrar.

⎯ Why did you dance with him? [¿Por qué bailaste con él?]⎯ Preguntó el rey, con un tono de voz ronco, brusco, agresivo, casi violento, su mandíbula yacía apretada y su brazo derecho se apoyaba contra la pared, evitando que el guerrero escapara de aquella situación.

Las cejas de Vegetta se fruncieron en confusión, ¿Por qué le preguntaba aquello? ¿Con qué derecho?

⎯ Porque-... Because I have the right to dance with whoever I like, your majesty. I am a free man, although I don't know for how much longer [Porque yo tengo derecho a bailar con quien yo quiera, majestad. Soy un hombre libre, aunque no sé por cuánto tiempo más.] ⎯ Con la amabilidad que le caracterizaba sonrió, aunque borró aquella sonrisa inmediatamente al escuchar el estruendo de un puñetazo contra la pared.

Foolish había golpeado la muralla a pocos centímetros de la cabeza del azabache.

⎯ You? Free man? You promised me your heart, you are no longer a free man, you belong to me. [¿Tú? ¿Un hombre libre? Me prometiste tu corazón, ya no eres un hombre libre, me perteneces.] ⎯ La voz del egipcio poco a poco fue bajando su tono, casi a un susurro que solo los oídos del héroe podía percibir, el contrario tragó grueso, intentando imponer una distancia entre ellos que hace mucho tiempo ya estaba extinta.

El rey se acercó a los labios del guerrero, sintiendo la respiración ajena chocar contra su mentón, el menor, paciente, ladeo con levedad su cabeza.

⎯ You're mine, Vegetta, voy a hacer que te quede claro...⎯ Las palabras dichas parecieron ser susurradas para un frágil cristal debido a su suavidad, sin embargo, el mensaje oculto detrás de ellas era para que aquel vidrio se rompiera y dejara a relucir las peligrosas armas que se encuentran en un mensaje como ese, buscando enterrarse en su piel, en su alma, en su corazón.

Pero el corazón ajeno no era suyo.

Antes de que sus labios entraran en contacto, el mayor ejerció un rápido movimiento para brindarse a sí mismo una escapatoria ante aquella situación tan... Complicada.

Pero sobre todo, excitante.

⎯ You're married, my king, I will kindly ask you not to repeat this situation again. [Está casado, mi rey, le pido amablemente que no se vuelva a repetir esta situación.]⎯ Con un agudo dolor en el pecho, Vegetta dió media vuelta y se fue, dejando al rey solo en aquel pasillo.

Sabía que si se quedaba más tiempo, cedería a sus emociones, a esas incorrectas emociones que él no debería sentir.

La última vez que hizo algo incorrecto, fue desterrado del Olimpo.

¿Valió la pena? Definitivamente, sin embargo, ahora tenía la posibilidad de volver al reino de los cielos.

Y no la va a desperdiciar, ni siquiera por la persona que ha llegado a amar.

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⏰ Última actualización: Apr 27, 2023 ⏰

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