CAPITULO DOS

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–¿Cuál quieres ver primero? ¿De qué humor estás?- Ino abrió la puerta del que resultó ser un armario lleno de DVDs.Deslizó el dedo por las fundas de plástico haciéndolas sonar alchocar las unas contra las otras y se detuvo en una de ellas.–¿Quieres algo más flojo o vamos directamente al grano?

 Para lo cual la mire con duda, era la primera vez que miraria algun tipo de pelicula por lo que cuando Ino, me pregunto si queria ver alguna pelicula no dude en aceptar su sugerencia por lo que sacó el DVD de la caja y lo deslizó en la ranura del aparato reproductor. Después, encendió la televisión en el canal indicado y tomó el mando a distancia antes de sentarse a mi lado en el sofá. Ino  utilizó el mando a distancia para subir el volumen. Hasta esemomento, lo único que había salido en la pantalla era el títulogoteando sangre y la imagen fugaz de un tren resoplando sobre unavía serpenteante a través de unas altas y abruptas montañas.

Una mujer con un traje pantalón, el pelo abultado y unas gafas de solenormes cubriendo su rostro hizo un gesto con una mano cargada deanillos al camarero que le estaba sirviendo una copa de vino. El trenvibró y el camarero derramó el vino.

 –¡Fíjate en lo que haces, maldito estúpido! –la mujer hablaba conun marcado acento ¿italiano, quizá? No estaba segura–. ¡Me hastirado el vino en mi blusa favorita!

Me eché a reír e Ino me dirigió una mirada fugaz.–La película mejora cuando se la lleva al coche cama y se acuestacon ella. 

Las dos nos reímos entonces y seguimos comiendo palomitas,bebiendo refrescos de cola y divirtiéndonos con la película. Por loque pude deducir, el tren se convirtió en un tren maldito en elinstante en el que entró en un túnel que estaba conectado con las puertas del infierno. No explicaban por qué, o por lo menos, yo no loentendí.

De todas formas, tampoco importaba. Era una película muy entretenida, con montones de sangre, tal y como Ino había prometido. También salían muchos hombres extraordinarios. Entre los que se encontraban un hombre de cabellos plateados, quien extrañamente llamo mi atención, el cual al parecer era un camarero del tren, ya que mientras terminaba quitándose la camisa de camarero para terminar luchando contra demonios de goma espuma y látex. Sin camisa y cubierto desangre, con el pelo grasiento y echado hacia atrás, continuaba estando arrebatador. 

–¡Que el infierno vuelva al infierno!- Era una frase clásica, de la película la cual se había mencionado varias veces duranta el trascurso de la misma,  con un marcado acento yacompañada por un disparo que hizo explotar a los demonios eninfinitas y goteantes piezas. Y fue seguida, con total incongruencia,por una larga y explícita escena de amor entre él camarero de cabellos platas que extrañamente había llamado mi atención y la mujer del trajepantalón acompañada de música de película porno. La películaterminaba con la mujer embarazada, llevando en sus entrañas al hijode un demonio que la desgarraba por dentro e intentaba atacar a supadre. 

–Entonces, ¿el camarero era el demonio?.- Pregunto mientras que Ino se echó a reír y buscó las sobras del cuenco de palomitas.

–¡Eso creo! O el hijo del demonio o algo parecido.- Comenzaron a salir los créditos de la película. Yo me terminé elrefresco.

 –No ha sido una película muy buena, la verdad

–Sí, es mala, pero la escena de sexo es de lo más caliente, ¿verdad?- Exclamo como siempre Ino, recordándome brevemente el porque había comenzado a llamarla cerdo, a pesar de que claramente tenia un cuerpo de infarto.  Sí, era una gran escena. Incluso con la música porno y esosestúpidos efectos especiales, e incluso con aquel cojín discretamentecolocado que impedía ver el miembro del camarero, pero dejaba unavista completa del vello púbico de la mujer. Pero sin duda lo que mas me había llamado la atención era ver como el camarero la había besadocomo si fuera una auténtica delicia

VIAJE EN EL TIEMPO CONOCIENDO A MI SENSEI.Where stories live. Discover now