También anoté hablar con Blancher sobre sus avances en los estudios.

Thomas cambió de pantalla, pero esta vez era un video viejo. Se notaba por la calidad de la grabación. Era el exterior de la anterior Torre, que ahora estaba siendo usada a modo de prisión. Un breve vistazo a un brazo con tatuajes hizo que tocara la pantalla. El chico me apartó la mano con suavidad, argumentando entre susurros que iba a ensuciar su herramienta principal de trabajo.

Lo ignoré.

―Haz zoom en esa figura.

Lo hizo y por un breve segundo vi el rostro del H.A.V. que Tessa tanto odiaba.

Celebron.

No podría olvidar su nombre, aunque quisiera. Ella a veces lo decía en sueños, se ponía dura como una roca y se despertaba sudando, su mano buscando inconscientemente su cuchillo debajo de la almohada. Me tomaba alrededor de veinte minutos calmarla y hacer que volviera a dormirse.

Tuve que tragarme las ganas de asesinar porque no quería asustar al pobre Thomas y le pedí verificar su autenticidad.

―Tiene como fecha el dieciséis de noviembre de dos mil veintidós.

El día que Elton Blandenwell había sido ejecutado.

Yo no había pulsado el gatillo, deseos no me habían faltado, pero estaba con Kara, lejos de la posición, y le había encargado a Andrew la tarea. Además, lo había puesto bajo mi lupa, necesitando saber dónde estaba su lealtad. Cuando escuché el balazo, supe que había estado de nuestro lado todo ese tiempo, sin embargo, no apareció nunca más.

―¿Cuál es el estado del archivo?

―Estaba en una carpeta de guardado privado. Quien sea que la haya puesto allí olvidó autodestruirlo.

―¿Autodestruirlo?

―Las carpetas de guardado privado suelen tener contraseñas, no demasiado complicadas, y sus motivos son ocultar algo o eliminarlo de la nube para que no pueda recuperarse ―Lo miré fijamente, esperando a que continuara―. Esta carpeta tenía una contraseña fácil, un uno, dos, tres y un cuatro. Es como si quisieran que lo descubriéramos, pero en cierta cantidad de tiempo.

―¿Hay alguna manera de averiguar quién creó la carpeta?

―Solo la computadora fuente. Según esto, es el número quinientos setenta y cuatro, que es... ―se tomó un momento para buscarlo en la web de contactos interna―... la mía.

Me erguí en toda mi altura, cruzando los brazos delante del pecho y observándolo con expresión decidida. No tenía ningún problema en agarrarlo del cuello y zamarrearlo delante de todos sus compañeros. A juzgar por el miedo resplandeciendo en sus ojos, no habría necesidad de llegar a tal extremo.

―Puedo asegurarle por mi abuela que está en el cielo que yo no creé esta carpeta ―titubeó, alzando los brazos sobre su cabeza, como si estuviera queriendo evitar el impacto de un golpe que no llegaba―. Los equipos fueron trasladados de la torre anterior, y no tenían la misma seguridad que tiene ahora, así que cualquiera podría haber entrado al servidor y haber guardado estos videos.

¿Había más?

―Deja de temblar y muéstramelos ―ordené. Sentí un poco de pena por cómo las gotas de sudor le bajaban por la cara. Era nuevo en el área, apenas tenía un par de meses trabajando como operador de la torre, lo que lo hacía manipulable y perfecto para el trabajo.

En el video principal, se veía a Celebron cargando el cuerpo inerte de Elton sobre su hombro. Desde la posición en la que estaba, no veía manchas de sangre en su tronco superior ni en su cabeza. Poco después, lo siguió otro hombre igual de fornido, cargando a Andrew de la misma manera que Elton. Tampoco parecía estar herido de muerte.

La bilis me subió por la garganta, dejando un regusto amargo en mi boca.

―Gracias por tu trabajo, Thomas. Volveré dentro de unos días.

―Por supuesto, señor.

Guardó el archivo en la misma carpeta, me compartió una nueva contraseña para que solo yo pudiera acceder, y me lo envió por correo.

Cuando estuve fuera, me permití descansar mis manos en mis rodillas. El corazón me iba a mil por hora y mi mente trabajaba sin descanso, la grabación reproduciéndose en loop en mi cabeza.

Dejé salir un grito rabioso y mi pie conectó con la llanta delantera de la camioneta.

―¡Maldita sea!

Tenía que hablar con Kara y Carter con urgencia, antes de que Tessa se enterara, porque algo me decía que no había ninguna coincidencia ni malentendido.

            Tenía que hablar con Kara y Carter con urgencia, antes de que Tessa se enterara, porque algo me decía que no había ninguna coincidencia ni malentendido

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⏰ Last updated: Apr 16, 2023 ⏰

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2. La olvidada ©Where stories live. Discover now