Capítulo 1

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Fyodor caminaba tranquilamente por el vecindario, mientras buscaba con la mirada el número de casa que le habían dado.

Hace unos dias, contacto a unos padres de familia que buscaban a alguien que cuide a su hijo.

La paga era demasiado buena y el necesitaba dinero.

Era un vecindario de ricos, grandes casas de empresarios o mafiosos, el buscaba una en particular.

Era la casa número 24, una mansión literalmente.

Por fin la encontró, era una casa gigante
dos pisos, grande jardín, 3 autos, color blanco y negro.

Quedó maravillado con la casa.

Los señores saldrían d viaje el día de mañana, se tomaron la molestia de quedarse un día más para enseñarle la casa y que se presentará con el niño.

Tocó el timbre tímidamente, estaba nervioso, necesitaba realmente el dinero.

Depronto las grandes rejas se abrieron, un señor mayor estaba adentro, parecía ser el mayordomo por su vestimenta.

Me indico que pasará y entrara ala casa, que los señores me estaban esperando.

Entre con un poco de desconfianza, no quitaba el hecho de que sea una casa desconocida.

El mayordomo me guio hasta la Sala de estar, donde estaban los dueños de la casa.

Cuando entre pude percibír un aroma extraño, era una mezcla de pólvora y canela.

Ugh...realmente olía mal.

Olía a completa Territorialidad.

Fyodor al ser un omega era muy sensible a los olores fuertes.

"Estúpido olfato omega" pensó.

Había dos alfas en la habitación, una pareja de alfas, muy extraño y poco común.

Un hombre y una mujer, el hombre era un hombre grande, cabello castaño y ojos negros, la mujer era pelinegra con ojos avellanas, me sonrió dulcemente.

—Dostoyevski-kun, pasa, siéntete comodo. —Dijo con amabilidad la señorita

Asenti levemente, era extraño..

Mi omega interior se sentía raro.

Me explicaron que cuidaria del niño los fines de semana, que podría quedarme en la noche si lo deseaba, realmente no me dijieron que harían o a donde, no investige, no me competía.

Tampoco me preguntaron mucho, ni mi edad, ni mi genero secundario, solo mi nombre y un número de teléfono.

Realmente agradecí ese hecho, no sabía si me darían el trabajo si supieran que todavía no soy mayor de edad.

En fin, luego de explicarme subimos al piso de arriba, la casa era jodidamente grande.

Empeze a sentír un aroma raro, que hizo que todo mi cuerpo se estremezca.

Los señores ni se inmutaron, caminaron directo a una habitación con la puerta cerrada.

Tocaron pero no hubo respuesta.

Abrieron la puerta, nadie había dicho nada, solo había silencio.

—Cariño, ven a saludar. —Pidió amablemente la alfa mientras entraba ala habitación, rápidamente les segui el paso, note que solo la señora entró, el señor no había entrado pero se hizo a un lado para que yo pasase.

Ahí lo vi.

Un pequeño niño de pelo castaño, con vendas en el cuello y en sus brazos, tenía una cara neutro, ni siquiera nos había dirigido la mirada, estaba sentado en la orilla de la cama con la mirada pérdida.

𝗖𝗼𝗻𝗳𝘂𝘀𝗶𝗼𝗻. [𝗗𝗮𝗙𝘆𝗼]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora