Cazando una esposa

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En este momento, Yu Manxi ya se había despertado porque le dolía demasiado la espalda para acostarse.  Estaba sentada en la cama con una gasa envuelta alrededor de su cabeza.  Sentado al lado de la cama, Song Fengwan le sirvió un vaso de agua e insertó una pajita para que bebiera un poco de agua.

Después de estar tanto tiempo cubierta con cinta, sus labios estaban secos y sangrando, e incluso hablar era un poco difícil.

Su garganta estaba aún más seca.

"¿Si... nian?"

“Él te está ayudando a manejar tu hospitalización.  Regresará pronto”, respondió Fu Chen.

Yu Manxi asintió.

Unos minutos más tarde, Fu Sinian abrió la puerta y entró.  Yu Manxi no tenía idea de que habían sucedido tantas cosas afuera.  En este momento, ella solo sabía que después de este incidente...

Estaba dispuesta a sacrificar su vida por este hombre.

Porque…

Nunca nadie se había preocupado tanto por ella.

“Hermana mayor Yu, ustedes dos conversen primero.  Saldré."  Song Fengwan fue muy discreto.

“Gracias, tío Qiao y señor Qiao.  Los hice venir a ustedes dos.  Cuando Yu Manxi se despertó, se sorprendió un poco al ver a la familia Qiao.

"Que descanses bien", dijo Qiao Wangbei y la siguió.  Fu Chen ya había recibido la noticia afuera.

Todos los reporteros se habían ido y todas las noticias en línea habían sido eliminadas.  Después de que Duan Linbai usó algunos trucos, Internet ya estaba muy limpio.

"Habla tú.  Saldré primero.

Todo llegó a su fin, y Fu Chen se fue...

Fu Sinian caminó hacia la cama.  Sus dedos estaban en su bolsillo, frotando la caja de terciopelo negro.  De repente se sintió inexplicablemente nervioso.

“No te quedes ahí.  Me duele el cuello de mirar hacia arriba.  Yu Manxi sostenía su brazo con una bolsa intravenosa adjunta y estaba de pie junto a su cama.

Fu Sinian asintió y se sentó a su lado.  "¿Cómo te sientes?"

"Duele.  Soy realmente desafortunado.  No esperaba encontrarme con un pervertido así.  Cuando Yu Manxi pensó en lo que acababa de suceder, todavía sentía un miedo persistente.

"Te recogeré del trabajo en el futuro".  Cuando comenzaron a salir, Fu Sinian la recogía todos los días.  Pero sus horarios eran diferentes, y el corazón de Yu Manxi dolía por él corriendo de un lado a otro así, por lo que lo rechazó más tarde.

Nadie había esperado un accidente.

En este momento, el teléfono de Fu Sinian vibró.  Era Dai Yunqing llamando.

“Es mi mamá.  Ella está preocupada por ti.  También puedes hablar con ella.  Fu Sinian respondió la llamada y encendió el altavoz.  Luego se dio la vuelta para servirle un poco de agua caliente.

“Hola, Sinian.  ¿Cómo está el pequeño Yu?  ¿Está bien?  Ya estoy en el aeropuerto y embarque en una hora.  Probablemente será medianoche cuando llegue a la capital…” El tono de Dai Yunqing fue un poco rápido.  Parecía muy ansiosa.

“Tía, es el pequeño Yu.  Estoy bien.  No tienes que venir aquí.

“Pequeño Yu… Está bien.  Ya he comprado el billete de avión.  Es bueno que estés bien…”