IF I WIN

only part

nt: me encanta el fútbol y se la mayoría de sus reglas, pero si en algo no está bien, por favor recuerden que solo es ficción y no todo tiene que ser como en realidad es:)

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Harry todavía se pregunta si fue una buena idea aceptar la propuesta de su entrenador y el entrenador del equipo contrario para jugar un último partido y finalmente decidir quién es el campeón sin absolutamente ningún premio, solo el saber que son los ganadores.

Al principio, le resultó divertido enfrentarse al equipo de the kings por séptima vez en el año, porque carajo, quería demostrar que su equipo podía ganar la última coca cola en el desierto y que eran los mejores en lo que hacían, porque a pesar de que se había enfrentado un total de seis veces, los resultados aún no estaban disparejos, tres victorias y tres derrotas en cada equipo no era bueno y había un equilibrio; Harry no necesitaba un equilibrio perfecto, necesitaba ese desnivel que lo definía todo, el último baile para el decisivo. Pero ahora que está ahí afuera, observando el motín del equipo de la universidad de St. Thomas con ojos de juez y tratando de evitar que intimiden a su equipo, piensa que no fue una buena idea aceptarlo, de todos modos son los mejores, punto. Lo sabe él y lo sabe Dios, eso es más que suficiente.

Harry es paciente y pacífico, por lo que no puede evitar sentirse enojado por el capitán de the kings; Louis Tomlinson. Dios mío, Harry se pregunta si siempre es el mismo idiota que es ahora, dejando que sus jugadores hagan lo que quieran y riéndose a carcajadas de lo que sale de sus estúpidas bocas. El hombre rizado no se queja para nada de la universidad, es todo colorido y hermoso, pero su equipo de fútbol no les está haciendo una buena publicidad, por lo que Harry está deduciendo que su disgusto es porque no soporta al castaño a unas cuantas yardas de distancia.

O tal vez simplemente no podía soportar su extraño, aburrido y horrible enamoramiento por Louis.

La primera vez que se encontraron y jugaron en contra, Harry se flechó inesperadamente del apuesto castaño del equipo contrario y cuando Harry pensó en hacer algo al respecto, Louis se volvió un idiota solo porque habían perdido esa vez y los siguientes días le lanzó dagas con los ojos y maldecía cada vez que Louis decía algo estúpido. Harry decidió en ese momento que salir con Louis no sería una opción y que la belleza de Louis carecía de neuronas. Quiero decir, demasiadas. Pero por más que lo intentó, la flecha permaneció incrustada en su pecho sin querer moverse de allí por mucho tiempo.

Y a Harry se le revuelve la boca del estómago de solo pensar en eso, porque no quiere tener nada que ver con Louis. No quiere estar enamorado de un idiota que se la vive diciendo malas palabras, burlándose de otros y levantando el dedo medio a cualquier cosa que se mueve. Aunque de todos modos Harry está seguro que lo que realmente le atrae de Louis no es su patética y vergonzosa forma de ser, sino de la sonrisa tan hermosa que tiene y los ojos tan azules que lo hipnotizan cada vez que tiene oportunidad de verlos de cerca o tal vez el aroma tan varonil que lo caracteriza, pero aún así, el rizado quisiera no estar enamorado, porque sabe que algo con Louis jamás dará frutos en su corazón. 

Porque Louis lo odia, tanto como Harry lo odia a él. Y porque ambos son alfas.

Eso es lo que se supone que es, aunque no hay una buena razón para su rivalidad infantil, más que los juegos de fútbol, porque fuera de eso y la universidad, Harry y Louis mantienen contacto cero, incluso estando en el campo la interacción es nula, pero eso no quiere decir que Harry no esté pensando en su odioso rival cada media hora.

—las personas están llegando, Harry. Estoy empezando a entrar en pánico—, dice el amigo de Harry, Karim, mientras se acerca con pasos lentos y perezosos.