Carta 1

18 0 0
                                    

Realmente cuando te conocí no sabía que pensar, mucho antes de que te conociera me impresiono tu simple nombre por un gran estereotipo que me dejo Joana Marcus: Ese nombre de un protagonista cuyo amor hacia la chica era tan inmenso que mejoro su vida para estar al lado de ella, sobra decir que ahora entiendo que no todos los chicos quieren a la protagonista ni dan su vida por ellas como fue tu caso pese a que debo de admitir que me estoy adelantando a los hechos.

Cierto día de la primera semana me acerque a esa amiga que nos conectó y te hable, fue muy espontaneo tanto que si me dices que día fue o con que palabras te conocí no sabría describirlas, lo único que podría describir serian mis emociones a lo largo de nuestra corta (aunque no la sentí nada corta) amistad.

Al principio me dieron ganas de hablarte porque me llamabas la atención, me llamaba la atención tu forma de ser que era como la de un Golden retriever y llegue a pensar que todo se quedaría en unas simples miradas, simples conversaciones y solo serias un conocido más pero el destino y el universo siempre sabe cómo sacarnos de quicio.

Pasaron los primeros meses de clases y solo cruzábamos una que otra pregunta de trivia entre nosotros, pero de la nada pasamos de conocidos a amigos y yo me emocioné como no tienes idea, me encantaba la idea de irte conociendo más y tenerte como amigo era tan hermoso tal como ver un atardecer apagarse, siempre nos apoyábamos mutuamente y gracias a ti conocí a muchas más personas que después formarían parte de mi familia encontrada.

Hasta la fecha puedo decir que fuiste un gran apoyo por esos meses, me sacabas carcajadas hasta que me dolían las costillas de tanto reír, me escuchabas de todos mis problemas, incluso de todas las cosas que me gustaban y te emocionabas igual que yo a pesar de que no supieras nada del tema, siempre me incluías en todas tus ideas y podíamos hablar por horas. Pero como siempre mi corazón, me traiciono, y confundí la gran e increíble amistad que teníamos con algo más, con una un sentimiento del cual yo no tenía ni la más mínima experiencia: el amor.

Y fue tan estúpido de mi parte porque tu corazón le pertenecía a alguien más y eso yo lo sabía, pero no QUERIA ver los carteles de advertencia y cada vez me gustabas más, cada acción tuya me ilusionaba y solo crecía mi esperanza de que algún día me voltearas a ver de otra manera (¿Alguna vez lo hiciste? ¿O solo aparentaste hacerlo?), esos abrazos (aunque fueran al final de nuestra amistad), tus sonrisas, tus juegos, TUS MIRADAS.

Y poco a poco nuestra amistad se hacía más grande, pero desde mi punto de vista lo confundí todo. No me echo la culpa de lo que paso, solo digo que mis sentimientos fueron un gran obstáculo de este lazo que teníamos. Cada vez que me mirabas mi cerebro me ilusionaba, me hacia sentir que me veías con brillo en los ojos, solo que en realidad era una mirada normal como una persona ve una abeja sobre un árbol a lo lejos.

Y a pesar de que todos mis amigos me decían que no era nada bueno el que me gustaras (porque vaya que me gustaste) no les hacia caso y al contrario me acerque más. El día del festejo de Navidad realmente lloré, por ti, sin embargo, en especial por ser tan tonta y no controlar mis emociones, no ver el que solo querías mi amistad y por mi bien ese día decidí no alejarme de ti, pero si controlar mis emociones. Así que me limpie las lagrimas y continue ese día, con una sonrisa ¿falsa?

Pasaron vacaciones y cuando regrese me sentí muy en calma porque LO HABIA LOGRADO, había logrado verte de manera normal y sentirte como solo un amigo increíble, ese momento fue muy lindo, al fin no tendría más obstáculos nuestra amistad.

¿Se suponía que todo seria normal no? Que nuestra amistad seguiría avanzando, pero no, el universo decidió dar otro giro.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 11, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Cartas que nunca pude entregarWhere stories live. Discover now