Veela Inheritance Problems.[Traducción]

Capitulo 21

Pausándose brevemente fuera de las puertas, Draco atrajo a Harry y lo besó-. Ve con tu familia, amor; creo que tienes mucho de qué hablar. Nos veremos en el almuerzo para hablar sobre la boda.

- Ah, está bien –aceptó Harry con un peso extraño en el pecho; no quería estar lejos de Draco. Les había llevado tanto estar juntos que parecía injusto estar separados ahora, pero por otro lado finalmente tendría familia propia, y no saber nada acerca de ellos lo estaba volviendo loco.

- No te preocupes –dijo el rubio, besándolo de nuevo-. Estaremos juntos pronto, lo prometo. –Harry sólo pudo asentir mientras la Sra. Weasley gentilmente lo dirigía hacia su habitación, cerca del dormitorio Gryffindor, mientras Draco se unía a sus padres y bajaba por el vestíbulo que dirigía a sus aposentos.

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Aposentos de Harry

Harry se sentó en el sofá con la Sra. Weasley y miró la habitación. Esas personas parecían simpáticas, pero años con los Dursley le hacían sentir un poco inquieto cerca de la 'familia', ¿Y si ellos sentían que él no era lo suficientemente bueno, como los Dursley? ¿Estaría atrapado por siempre entre mundos? No lo bastante mago, o como los Dursley habían dicho que no era lo bastante normal para vivir entre gente decente.

Desde donde estaba sentado podía ver a Sirius en forma de perro, escondido parcialmente detrás de unas cortinas, y se sintió mejor sabiendo que al menos su padrino y la Sra. Weasley estarían ahí para él.

- Bueno –dijo la Sra. Weasley después de un silencio incómodo-. Es un placer tenerlos a todos aquí. ¿No es así, cariño? –ofreció, acariciando gentilmente la mano de Harry.

- Sí –se apresuró a decir Harry, inseguro de cómo proceder en un encuentro con personas tan elegantemente vestidas-. Es... agradable.

- Es muy bueno conocerte finalmente, Harry –dijo Mme. Baudelle, la única mujer en el grupo. Por lo que Harry podía entender, ella era su abuela, del lado materno. ¿Desde cuándo los Evans eran magos?

- ¿Cómo estamos relacionados exactamente? –preguntó Harry un poco vacilantemente.

- Oh, querido. Esa es una historia bastante larga, ¿no es verdad? –dijo Mme. Baudelle. Retirando un mechón de los ojos a Harry, suspiró-. Tienes los ojos de Mihailov. Debo admitir que tenía una buena mirada.

- Hace muchos años, cuando nuestra hija Violette, tu bisabuela, tenía más o menos tu edad, decidió que tendría un poco de paz y quietud antes de la temporada de emparejamiento. Era bastante hermosa, verás, y algunos dominantes trataban de convencerla de emparejarse antes de que la temporada empezara, pero ninguno de ellos llamó su atención, sólo eran molestos; así que cuando pidió quedarse en casa en lugar de regresar a la escuela, aceptamos. Supongo que puedes decir que era un poco consentida, pero era nuestro bebé y no veíamos daño en concedérselo.

El resto de la habitación estaba silenciosa, esperando oír el resto de la historia. Incluso Harry, que no se consideraba una persona sabia al momento de leer otras personas, se percató por las miradas compartidas por la pareja mayor de que era un momento agridulce para ellos. Mme. Baudelle parecía perturbada por los recuerdos; su marido prosiguió con la historia.

- Se quedó en casa ese año, pero no queríamos que abandonara sus estudios, así que contratamos tutores. Así fue como Andréi Mihailov vino a vivir con nosotros. Llegó altamente recomendado, por supuesto; un maestro en su campo y todo eso. No era Veela así que no vimos peligro... -El hombre mayor respiró profundamente-. Se enamoraron y regresó para pedir su mano en matrimonio. Ahí estaba, ese don nadie sin un centavo a su nombre, sin una gota de sangre Veela en su cuerpo, parado frente a mí, diciéndome que se habían enamorado y deseaban casarse. Dije que no, no había forma de que mi pequeño angelito se hubiese enamorado de él, estaba loco, demente... Él tuvo razón y yo no. Le dije que se fuera y nunca regresara, le dije a Violette que habíamos arreglado su matrimonio con el hijo de un amigo de la familia. Se conocían desde el nacimiento, creí que el amor nacería con el tiempo... Al siguiente día se había ido. Dejandonos una nota y eso fue todo.