- Ahora voy, adelántate. -le sonreí de forma falsa y ella se puso de puntillas para besarme la mejilla, sonreírme y irse.
Suspiré, cansado y caminé hacia mi equipo.
Todos reían y la risita de Maddy sonaba más que la de los demás.
- ¡Hermanito! -Gavi fue el primero en verme y me abrazó, dándome unas palmadas en la espalda.
- ¿Dónde has dejado a tu lapa? -preguntó Ferran con una risa.
- Se ha ido a saludar a no sé quien. -hablé, sin importancia.
La risita de Maddy sonó de nuevo.
Y nuestros ojos conectaron.
- Me alegro de verte de nuevo, Pedri. -Hugo habló a su lado, tapándola con su cuerpo.
Cabrón.
- No sé si puedo decir lo mismo. -le apreté con fuerza la mano.
- Pedri. -sentenció Maddy llamando mi atención de nuevo.
- ¿Sí, amor? -la miré de lo más inocente y vi como sus mejillas se tornaban del mismo color que su vestido.
- ¿Amor? -preguntó Hugo confundido.
- Te acostumbrarás, colega. -Pablo le dio un golpe en el hombro a Hugo.
Maddy dio un paso al frente.
- Me gustaría hablar un segundo contigo a solas. -me miró Maddy, con las cejas fruncidas.
- Será un placer, amor. -le sonreí de nuevo y vi como Hugo apretaba la mandíbula.
Pedri 1, Hugo 0.
Ella me dio la mano y me sacó de ahí serpenteando entre la gente.
Yo la seguía.
La seguiría al fin del mundo.
Nos metió en una habitación y cerró la puerta con llave.
Era el despacho de alguien.
Solo había un escritorio y tres sillas.
- Algo va mal, Pedri, muy mal. -todos los pensamientos que estaban pasando por mi cabeza se esfumaron al escucharle.
- ¿Qué pasa? -la miré, inspeccionando su cuerpo en busca de sangre, heridas o cualquier cosa.
- Lara viene hacia aquí, y no vendrá sola. -murmuró y su voz sonó llena de miedo.
Mi cuerpo se tensó.
Lara.
Ese nombre.
Lo había escuchado en las noticias.
Era su ex mejor amiga.
La que había grabado el video.
- ¿Cómo que viene hacia aquí? -preguntó.
- Hugo no sabe quien difundió el video, ella no sale y sigue siendo una de las mejores modelos, mi antigua agencia se ha puesto en contacto con él y quieren colaborar, quieren que Lara y yo trabajemos juntas porque saben que nos ganaremos las portadas después de mi desaparición repentina de Nueva York. -intentaba estar calmada, pero su cuerpo temblaba.
- No te hará nada, no harás esas fotos y mucho menos vas a trabajar con alguien así. -hablé.
La ira me estaba invadiendo.
Esas personas la habían roto y ahora iban a entrar en su vida como si nada hubiese pasado.
No pensaba permitirlo.
- Si no lo hago, perderé mi trabajo y no creo que vuelva a tener otro golpe de suerte. -las lágrimas iban acumulándose en sus ojos.
Joder.
Entonces estaré ahí, como tu chófer, tu guardaespaldas o tu maldito perro faldero, pero no pienso dejarte sola mientras ellos estén aquí. -aseguré y ella levantó la mirada, totalmente helada, hacia la mía.
- ¿Y tu contrato con Julia? -preguntó, el labio le temblaba.
- Sigue siendo solo un contrato, tu eres muchísimo más que eso. -me acerqué un poco más a ella.
- Te dije que en mi vida no había finales felices, siempre tiene que ir todo mal. -y eso fue el colmo, las lágrimas empezaron a caer por su cara a toda velocidad, rompiéndome a mi.
- Y yo te aseguré que no necesitaba ningún final. -murmuré rompiendo la poca distancia.
Maddy se había quitado la coraza que llevaba, la había dejado a un lado y era más vulnerable que nunca aunque yo sabía que era capaz de hacer cualquier cosa que quisiera, pero si necesitaba a alguien a su lado, para protegerla, ayudarla o simplemente caminar a su lado, ahí pensaba estar yo.
Me miraba mientras las lágrimas mojaban sus mejillas.
Tan pequeña y frágil a mi lado.
Con el corazón tan grande y fuerte.
Cogí sus mejillas, resbaladizas y mojadas y agaché mi cabeza, encontrando sus labios.
Fue un beso suave.
Bonito.
Nuestro.
Alguien tocó la puerta.
No me separé de ella.
Volvieron a tocar.
Me la iban a quitar.
Ella no era mía, yo lo sabía.
Mi hermano tenía razón.
- ¿Maddy? ¿estás ahí dentro? -Hugo habló al otro lado.
Era ahora o nunca.
Tenía que decírselo.
Separé mis labios de los suyos con cuidado, pegando mi frente a la suya.
Los dos estábamos en una pequeña burbuja, nuestra, solo nuestra.
Levanté el meñique hacia ella y no dudó en entrelazar el suyo con el mío, con una sonrisita tímida.
- Maddy, tengo que decirte algo. -murmuré llamando su atención.
- ¿El qué? -preguntó ella.
Escuchaba su corazón, o capaz era el mío, a toda velocidad.
- No sé en que momento ha pasado, tampoco quería que pasase, solo ha sido algo, nuevo para mi, distinto, me haces sentir tan bien y a la vez tengo ganas de gritar y romper esta habitación entera, y creo que yo me he enam.. -no terminé.
- ¡Maddy! ¡sal de ahí! ¡Lara, su hermano y él están aquí! -esa era la voz de Frenkie.
Estaba asustado.
Maddy tembló.
No.
No.
No.
Ella abrió mucho los ojos y palideció tanto que creí que iba a desmayarse.
- Sácame de aquí, por favor, sacadme de aquí. -pidió totalmente rota.
Joder.
Abrí la puerta con su mano entrelazada con la mía y los vi a todos.
Frenkie, Gavi, Pablo, Ferran, Sira, Mikky.
Estaban ahí para ella.
Para hacer una barrera para poder sacarla de ahí sin que nadie la viese.
No la iban a tocar.
Porque no iba a ser el único en encargarme de ello.
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VAIS A MI ÚLTIMO TIKTOK A COMENTARME ALGO CON EMOJIS AZULITOS? OS LEEEO
no estaaais listas para lo q se viene
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Strangers +18 - Pedri González
FanfictionMaddy, la hermana de Mikky y cuñada de Frenkie se muda a Barcelona después del desastroso final en su última pasarela en Nueva York. Personas nuevas, mundo nuevo. Un extraño que no sabe servir una cerveza, de ojos marrones y con acento canario puede...
Tengo que decirte algo
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