Su padre es uno de los empresarios más importantes de el país, castaña. Lamentablemente tiene que asistir con su familia.

No.

¿Qué? pregunto desencajado.

Que no, ella no va, ya lo dije.

Heather, esa no es una decisión que...

¿Qué yo pueda tomar?

Si, castaña escucha...

Te lo pondré fácil Jayden Harris, si va ella, no voy yo. Si voy yo, no va ella. Así de fácil.

Castaña...

Te estoy dejando las cosas claras, no es por inseguridad, simplemente no voy a permitir que una persona que le hizo tanto daño a nuestra familia, que te hizo daño a ti, de alguna manera a mi y a los casi copias esté presente en un evento tan importante para tu familia, simple ¿Queda claro? 

Me mira con los labios apretados, pasa saliva con fuerza y asiente lentamente.

Si, castaña.

Genial.

Eres muy mandona.

No sabía que eras tan sumiso me burlo.

Tu sabes muy bien que no soy para nada sumiso, pero me das miedo cuando abres tus ojos así "imita" mi acción—, y hablas tan rápido.

Me gusta que me hagas caso.

Entorna los ojos y estaciona el auto cuando llegamos a la escuela de nuestros hijos. Ambos bajamos y esperamos que la maestra vaya a ver a los rubiecitos quienes ella dice siguen jugando en el salón de clases.

Mira le indico a Jayden con diversión.

Hayley viene caminando super feliz con su lonchera en la mano izquierda, una flor en la mano derecha y otra flor decorando sus trenzas de hoy.

¿Quién le ha dado esas flores? pregunta Jayden separando los labios y frunciendo el ceño.

Suelto una risita y me encojo de hombros.

—Hola mami saluda Hunter abrazándome y besando mi mejilla.

—Hola papi  saluda Hayley a su padre abrazándolo.

¿Quién te ha dado esas flores pequeña rubiecita?

—Mi amio.

¿Tu qué? pregunta, sabiendo que claramente ya escuchó.

Su amigo, dice sonrío disimuladamente y el me mira con los ojos entrecerrados.

—Su nombe es Achel indica Hunter.

¿Achel? pregunta mi rubio.

¡Axel, cuidado cariño! una mujer alta ayuda al pequeño niño a levantarse del piso, ya que se cayó.

—Él termina por decir Hunter.

Pues que torpe.

Jayden, no digas eso niego. No me gustaría que hablen así de mis hijos y por eso no tenemos que hacerlo de los demás.

Bien, bien. Lo lamento.

Bueno. Vámonos pequeños, tenemos que llegar a casa a almorzar.

—¿Pizza? pregunta Hayley.

Claro que no.

Hace un puchero pero subimos al auto y no tardamos en llegar a casa de nuevo.


En la noche, cuando ya los pequeños están durmiendo, Jayden y yo estamos acostados sin decir nada, mirándonos a través de la oscuridad.

Castaña...

¿Qué pasa rubio?

¿Mañana crees que puedas decirle a Agus y Andrew que cuiden en la noche a los rubiecitos? Quiero que vayamos a cenar solo los dos, quiero hablar sobre algo super importante contigo.

¿Es muy importante? pregunto intentando sacarle más información.

Muy importante.

¿Y por qué no me lo dices ahora?

Suspira divertido.

Es sumamente importante pero no te lo puedo decir aquí y así.

Asiento aunque no creo que me vea.

Mañana a primera hora hablaré con ellos.

Genial.

¿Qué me tengo que poner? 

Lo que quieras, con cualquier cosa te ves perfecta.

¿Un vestido rojo está bien?

Joder, no me hagas imaginarte con un vestido rojo ahora, por favor.

Suelto una carcajada y termino negando divertida dejando un beso en sus labios y acostándome a su lado rodeando su abdomen.

Hasta mañana rubio.

Hasta mañana castaña.


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