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—¿No qué? —pregunto con el ceño fruncido al igual que mis hijos.

—No... 

—¡¿No qué?! Me estás asustando.

—No... no me la creo ¡Me llamó papá, Heather! —su cara se ilumina con una gran sonrisa y eso me hace sonreír a mi también. No creía que iba a reaccionar de esa manera, intento no reír cuando se acerca a Juliette y la alza por el aire abrazándola, luego hace lo mismo con Hunter—. Pronto tu también me llamarás papá —Hunter lo mira sin decir nada, extrañado, y cuando al fin los deja en sus sillas siguen comiendo mientras Jayden también se sienta a comer sin borrar su sonrisa en ningún momento.

—Estás muy feliz —murmuro intentando hacerle conversación mientras lavamos los trastes que utilizamos.

—¿Cómo no podría estarlo? Me dijo papá, eso quiere decir que me están comenzando a aceptar.

Rio y niego divertida.

—Al parecer sí.

—Claro que sí. Castaña, aprovechando que es domingo ¿Quieres que vayamos a comer juntos, con ellos?

—Eh...

—Venga, no te puedes negar, estoy feliz y si me dices que no me pondré muy, pero muuuy triste.

Entorno los ojos.

—Vale, solo porque a mis hijos les gusta pasar tiempo contigo, al parecer.

—Nuestros —corrige—, y si, como no les podría gustar si soy increíble. 

—Ajá, ese ego señor Harris.

—Está muy alto.

—Eso parece.

—Hoy no hay nada que hacer hasta el almuerzo ¿Pasamos la mañana viendo películas con los casi copias? —pregunta Jayden sorprendiéndome.

—Eeeh... ¿Estás seguro?

—¡Si! La idea me hace ilusión.

—¿Bebés quieren ver películas conmigo y su papi? —pregunto mirándolos desde la cocina.

—¡Shiii! —gritan los dos alzando sus manitos logrando sacarme otra sonrisa a Jayden y a mi.

—Pues al parecer sí, si queremos.

Asiente entusiasmando, mentiría si dijera que jamás había visto esta faceta de él, ya qué durante todo el tiempo que estuvimos juntos en el pasado se comportaba así, siempre feliz por pasar tiempo conmigo o el romanticismo y amor...

—Pero primero tengo que ducharlos, cambiarles de ropa y todo eso así que supongo que los llevo a mi apartamento y luego vengo con ellos. 

—Pero puedes traer sus cosas y las tuyas para que hagan eso aquí y no tengas que ir y venir y...

—Jayden...

—De verdad, por favor. Así te ayudo también con ellos.

Me la pienso por unos minutos y comienzo a asentir lentamente.

—Está bien. 

Aviso que iré a mi apartamento a buscar las cosas y él se centra en sentarse junto a los rubiecitos, entro a mi casa y busco una mochila para comenzar a guardar ropa que necesitan para el día, su shampoo, jabón y cremas que usan. No tardo mucho en volver a donde están Jayden y nuestros hijos.

La escena, la jodida escena me sigue descolocando. Necesito hablar con mis amigos lo antes posible.

—Volví —dejo las cosas en los sillones y veo la hora, ya son casi las ocho de la mañana así que le pregunto a Jayden si tiene instalado el calentador en la ducha para duchar a los pequeños con agua caliente—. ¿Quién será el primero en la ducha? —pregunto mirándolos, ambos se miran como diciendo "A ver quien va primero a la batalla"— ¿Juliette, Hunter?

Quizás algún díaWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu