1- Impacto

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|Impacto|


Emma:

Mi aliento bailaba en el gélido aire del otoño circundante, mientras mis manos intentaban sostener con fuerza la correa del bolso para que no cayera, efecto de los temblores que provocaba el frio en mi cuerpo. Ese día en particular fue uno de los más crudos de octubre. Se podía ver como los árboles se vestían de amarillo y naranja, dejando caer sus hojas para cubrir por completo los caminos.

En otoño, Willbrooke, olía a castaña. Este pequeño pueblo era el más grande distribuidor de los alrededores. Utilizaban la castaña, en mayor medida, para negocios gastronómicos, como platos principales en algunos restaurantes de gran renombre o siendo parte de deliciosos postres cubiertos de chocolate, pero por sobre todo, sobresalía como ingrediente principal en la destilación de whisky, y en esta época del año especialmente, es cuando las industrias generaban más ingresos debido a que el tiempo de maduración de la castaña, la cual va desde finales de septiembre hasta principios de octubre, por lo que no es de extrañar que ese aroma se adueñara de cada rincón.

Mis pasos eran cortos y firmes, evitándome la vergüenza de caer por culpa de algún charco de roció y hojas resbalosas. Esta vez no tomé la bici, y había decidido que se me daba mejor ir caminando a clases, aunque rápidamente alerté un atisbo de arrepentimiento cuando dejé de sentir parte de mi rostro por el frio, sin embargo, me limité a envolver la bufanda por encima de los labios y escondí las manos en los bolsillos de mi saco color avellana. El camino hacia la universidad se me hacía eterno, sin embargo, hoy fue la excepción ya que los exámenes atormentaban mis pensamientos, evitando el paso a cualquier otra preocupación que quisiera colarse por allí. Por lo que, cuando pude darme cuenta, ya me encontraba en el salón sentada, repasando mis libros de apuntes.

-Al fin viniste ¿cómo te preparaste? Yo creo que no llego ni al seis. - Dijo Nuria con los ojos absorbidos por las ojeras. Se notaba que dormir no había estado en sus planes para pasar el examen.

Nuria era una compañera en mis clases de Anatomía. El primer día del semestre se sentó a mi lado, y debido a que no había llevado consigo un bolígrafo me pidió prestado el mío, a partir de ese entonces la consideraba mi única amiga de la universidad, compartíamos los almuerzos y estudiábamos juntas. Si no fuese por ella, claramente estaría sola. No es que me molestara la soledad, pero tampoco me molestaba que ella esté a mi lado. Lo hacía todo más ameno.

-Creo que te va a ir bien, los apuntes que te di son muy buenos, no hay forma de que falles si estudiaste de ellos. Además, ya te expliqué cómo funcionan las relaciones. Recuerda eso y te irá bien. -Nuria me miró alegre para luego tirarme una sonrisa inocente, como si dijese "confío en ti".

Estudiar para los exámenes no era mayor problema, sin embargo, a Nuria le costaba un poco más. Era una persona sumamente distraída y sin dudas vivía en un mundo aparte del nuestro, pero entendía los conceptos más rápido que cualquiera, aunque concentrarse no fuera su fuerte. Su familia poseía una panadería de la cual ella debía hacerse cargo la mayor parte del tiempo, además de tener que ayudar a su hermana mayor a criar a su sobrino mientras su esposo se encontraba en el extranjero cerrando negocios importantes, que según lo que ella me contaba, algún día mejorarían la vida de su hermana. Su vida tampoco ha sido fácil, aunque no lo parezca, sin embargo, siempre recibía a todos con una sonrisa.

No me intentes convencerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora