me despedi del vivo y de mis acompañantes para dirigirme hacia el entrerriano y poder abrazarlo, este me lo devolvió con la misma efusividad.

- ¿por qué no fuiste hoy para que te entreviste? - pregunté un poco extrañada, él siempre iba para que le haga algunas preguntas

- quise dejarle un poco se atención a ellos, voy yo y todos los ojos están sobre nosotros ¿por que? ¿me extrañaste, rubia? - no pude evitar rodar los ojos ante su tono de voz egocéntrico

tenía razón con respecto a lo que decia, luego de que saliera alguna de nuestras entrevistas la atención estaba específicamente en nosotros. en si estábamos juntos, si eramos amigos o si todo era marketing por parte del club.

y obviamente que lo habia extrañado, me había acostumbrado que llegase aunque sea último, todo agitado y transpirado o ya cambiado para irse a su casa pero eso no lo iba a admitir. lo llegaba a hacer y nunca me dejaría en paz.

- deja de decir boludeces, vayamos a casa que tengo hambre - le dije esquivando sus preguntas y tomando su mano para dirigirnos hacia su auto, por suerte habíamos tomado la decisión de viajar con un solo auto

durante el viaje me limite a contestar los mensajes que no pude durante el partido y luego en las entrevistas. algunos eran de familiares, otros de amigos como los de leonela y otros eran de gaston, al cual había dejado colgado por el comienzo del partido.

paramos en un semáforo y lisandro me observó y frunció levemente el seño.

- ¿con quien hablas? - me preguntó lo más tranquilo

- con gaston, le clave el visto por el partido al pobre - le dije dándole una sonrisa de lado para luego volver mi vista a mi celular, yo ya comenzaba a cortarle un poco la conversación porque quería estar con lisandro

- ¿a esta hora te manda mensajes? ¿no sabe que acá ya es tarde?

comenzó otra vez el camino hacia mi casa, la diferencia horaria con argentina no era tanta pero acá ya era de noche, más específicamente las doce de la noche.

- no se debe haber dado cuenta

lisandro no dijo más nada, su mirada quedó fija en el camino y su mandíbula estaba levemente apretada. me quedé unos segundos mirándolo y tuve que disimular una sonrisa al darme cuenta de lo que estaba pasando.

- ¿estas celoso? - pregunté acomodandome mejor para tener el cuerpo a su dirección

- ¿tendría que estarlo? - me devolvió la pregunta con la voz seria, se notaba que no estaba nada feliz

su voz incluso había salido más grave, trague saliva ante las sensaciones que me estaba generando. seguramente mis mejillas ya estaban rojas.

- es un compañero de trabajo, no hay nada más entre nosotros

nos bajamos de su auto al llegar a mi casa y una vez dentro, luego de dejar las cosas en su lugar, me quedé parada observando como lisandro se servia un vaso de agua. seguía extraño conmigo.

- antes también decías que nosotros éramos compañeros de trabajo - me dijo sin mirarme a la cara su cuerpo estaba mirando hacia la pared

london boy | lisandro martinezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora