Capitulo 2

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 Su reencuentro fue inesperado y simplemente no entendió que sucedía hasta que su estomago gruño, estar dos días sin comer lo estaba afectando, sintiendo como su cuerpo parecía temblar y listo para caer con una la leve brisa, trato de resistirse y mantenerse firme, pero su comportamiento fue visto por las dos hermanas Katsura que se quedaron susurrando en silencio, mejor dicho, la niña estaba susurrando algo a su hermana que se encontraba desconcertada y sonrojada.

-oye Shirou, que te parece si vamos a comer, se nota que tienes mucha hambre- con una sonrisa juguetona Kokoro agarro su mano empezando lo a jalar, no estaba en condiciones para resistirse o negarse, siquiera quejarse por ser llamado por su nombre con solo horas de conocerse, pero sin energía se dejo guiar por la chica, la hermana mayor estaba al lado suyo nerviosa sin saber como entablar una conversación, no fue necesario cuando el tiempo pareció volar y ver el edifico donde estaba viviendo a solo unos pasos, sorprendente mente cuando entraron al elevador, la niña presiono un botón curiosamente un piso mayor a su departamento.

-bueno, aquí es donde vivimos por favor siéntate mientras preparamos el almuerzo-

dando un giro sobre sus pies, sonrió cariñosamente antes de ir corriendo a la cocina, su hermana mayor Kotonoha la siguió por detrás, cansado por el uso de su mana en su estado actual, usado para someter al vampiro se recostó sobre el sillón, con su cuerpo pesado miro el techo con sus ojos cerrándose poco a poco, sus ojos parpadearon cansados un par de veces antes de cerrarse y quedarse dormido.

Abriendo sus ojos volvió a esa fatídica noche, su madre lo había llevado al circulo mágico donde practicaba su hechicería familiar, cuando se encontró con los ojos caídos, apenas lograba escuchar las palabras de su madre que se acercaba arrastrando, en un acto egoísta se arranco la cresta mágica familiar de su pecho, el estaba entrenando y practicando para cuando sea apto para heredar la cresta familiar, pero ahora su madre estaba dándole la cresta para salvar su vida, ignorando el daño que se provoco ella misma.

El no supo que hacer o que responder, pero cuando su madre le extendió la cresta mágica, con sus manos sangrantes, hizo lo único que se le ocurrió, agarro la cresta ensangrentada y empezó a cantar el cántico para asimilar la cresta mágica, mientras mas hablaba podía sentir como el dolor se iba y su energía dejaba de desperdiciarse.

Fue que los vio con sus ojos llorosos, los cuerpos de sus padres fallecidos, el dolor que sentía en su corazón era tan grande que solo quería arrodillarse y gritar, pero sus años de entrenamiento hizo todo lo contrario y se concentro en dar todo de si en el ritual, no menospreciando el regalo de su madre.

A poco tiempo de terminar el cántico, su cuerpo comenzó a desmoronarse y caerse en pedazos, a penas logrando hablar, comenzando a perder el aire en sus pulmones trato de hablar y jalar su mano al cuerpo de su madre que estaba sonriendo, sin embargo la oscuridad lo cubrió, despertó alterado, su corazón estaba muy acelerado y podía sentir como su cuerpo estaba cubierto de sudor, calmando su agitado corazón se acomodo en el sillón que no reconoció, quedándose mirando el suelo por unos segundo, dejo que los recuerdos lo invadieran dejando soltar un gran suspiro.

Con su mente mas calmada dejo de mirar el piso y mirar a su alrededor, notando como desde la cocina la pequeña Kokoro esta mirándolo con lastima, dejando de verla volvió su mirada al techo notando por primera vez sus mejillas, tocándose las mejillas noto como de estas estaban húmedas por las lagrimas.

Limpiándose con una mano su rostro se levanto dispuesto a volver a su departamento y dormir solo un poco mas, fue en el momento que se levanto que una pequeña figura se paro desafiante frente a el -a donde vas, la comida esta casi lista-

-perdón por molestarlas, pero necesito descansar- rodeando a la pequeña niña trato de agarrar el pomo de la puerta antes que sintiera como su cabeza era golpeada por un cucharon -se que no debo preguntar, pero necesitas comer, solo mirate, estas temblando, ahora ve a tomar asiento en la mesa, luego puedes irte-

Ruta Sin DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora