[AU (alternative universe/universo alternativo) donde Rubius y Vegetta son padres de Spreen.]
"Nunca juegues con magia"
Nunca lo haría, siempre era precavido de que tipo de hechizos hacía.
Siempre cuidaba lo que hacía.
Seguía al pie de la letra lo q...
Despertó con un fuerte dolor de cabeza, otra vez esas voces y esas imágenes borrosas en su mente, no lo entendía pero aún así lo seguía soñando cada cierto tiempo, nuevamente despierta y clava su mirada en el techo de su habitación sería la quinta semana que soñaba con aquello dándole miles de vueltas intentando que tuviera sentido pero no logrando distinguir de quiénes eran esas voces suspiró cansado de la misma rutina.
-Ruby!?.- Una voz algo aguda y fuera de tono le hizo girar su cabeza para mirar la hora "8:47 a.m", frotó sus ojos terminando de alejar el poco sueño que aún se alojaba en su cuerpo.
-Ya voy!.- Gritó desde su habitación, se levantó con pereza de su cama y caminó tomando las primeras prendas de vestir que tenía cerca, o lo único de ropa que tenía... Bajó a la planta baja y fue directo a la puerta, la cuál se abrió automáticamente al acercar su rostro al escaner y que este detectará sus pupilas.
-Ruby, mi amor, buenos días.- Un chico de cabellos castaños, unos lentes redondos, una cinta roja amarrada en su cabeza y una vestimenta un poco graciosa estába parado delante de él, luciendo un ramo de flores en su mano en su mano izquierda mientras su otra mano rascaba su nuca con nerviosismo.
-Buenos días Juan.- El recién mencionado le tendió las flores con una pequeña sonrisa tímida y un leve sonrojo.- Qué te trae por aquí?.- Recibió las flores con gusto, tomándolas con delicadeza y olfateando el dulce aroma que desprendían para luego mirar a su pretendiente con una sonrisa.
-Hay una reunión entré los pueblos, vine a buscarte.- Juan lo miraba aún con una sonrisa boba y ojos brillosos, juntó sus manos tras su espalda y balanceo un poco su cuerpo con nervios apartando su mirada del chico frente a él esperando que Ruby aceptará acompañarlo.
-Oh...- Fue todo lo que dijo "Ruby" y luego miró hacia otro lado, justo hoy no se le apetecía salir, suspiró cansado evitando mirar a Juan.- Pasa y te sientas mientras me termino de cambiar.- El dueño de la casa emprendió camino a paso rápido hacia la planta de arriba, dejando las flores sobre la mesa de la sala, Rubius decidió solamente tomar una ducha algo rápida.
Juan entró y se dirigió al sofá de la sala, tomando asiento y esperando pacientemente a que su amada "Ruby" estuviera lista, paseó sus ojos por la planta baja viendo el leve desorden que tenía el mayor. Sorprendentemente Ruby era mayor que él, no le molestaba para nada aquel hecho, solo qué quizá se le hacía extraño porqué su querida Ruby se veía más joven, "Quizá sea por su lado oso" pensó Juan mientras clavaba su mirada sobre el ramo de rosas que había dejado el dueño de la casa previamente antes de subir las escaleras.
-Vas a juzgar mi desastrosa casa?.- Juan se levantó del sofá rápidamente, girándose a ver al dueño del hogar apenas escuchó su voz.
-No, no, como crees? No sería capaz mi Ruby.- Juan caminó a pasos rápidos hasta llegar a las escaleras donde "Ruby" lo miraba, tomando su mano y besando el dorso de esta le pidió perdón silencioso.
-Nos vamos?.- Preguntó avergonzado el híbrido mientras un leve sonrojó se le subía a sus pálidas mejillas debido al comportamiento de Juan.
-Claro.- Juan empezó a caminar sin soltar la mano de su amado mientras este solo le seguía el paso tranquilo, el chico de vestimentas graciosas actuaba normal pero por dentro gritaba al ver como Ruby no lo apartaba y aceptaba sus muestras de cariño.
. . . . .
Una multitud de gente se acumulaba enfrente de una fuente en forma de sirena, todos hablaban en pequeños grupos mientras otros aprovechaban para caminar un poco cerca de la zona, otros simplemente no querían mezclarse con tanta gente y se mantenían lejos.
-Mago de mierda!.- Juan que recién llegaba junto a "Ruby" buscó entre la gente quién le había insultado.
-Hechizero supremo y guardián de las realidades, más respeto te pido.- Juan miró a un hombre un poco más bajo que él, con el pelo puntiagudo y una pequeña flama saliendo del lado derecho de esté.
-Para mí que eres un mago de cumpleaños nada más Juan.- El otro hombre se cruzó de brazos mientras le inspeccionaba, y luego río con burla. El mago estaba apunto de empezar a insultar a todo volumen por la ofenda hacia su persona.
-Auron, cuanto tiempo.- Rubius decidido a no escuchar los insultos de Juan tan temprano en la mañana interfiere y saluda al "enemigo" de su pretendiente.
-Rubius hombre!.- Auron, como se hacía llamar el hombre, le saluda con entusiasmo y se dan un leve abrazo.
-Juanito, Rubius, Auron, buenos días-. Otro hombre se añade a la conversación y saluda con respeto a los presentes.
-Joder Focus, que es esa formalidad tan repentina?.- Auron no desaprovecha la oportunidad para molestar a alguien, Juan añade otros comentarios estúpidos mientras Focus se queda callado ignorando todo lo que tengan que decir ese par de idiotas.
Después de un rato de bromear y hablar con diferentes personas, Rubius empezaba a aburrirse, quería irse a casa a dormir, pero aún no daban inicio a la reunión así que debía quedarse hasta que iniciará. Empezó a ver a la gente de la multitud, los únicos que sobre salían de entre tanta gente eran él y un hombre de máscara de cuervo y alas negras como la noche y junto a él un híbrido de búho, Rubius siguió paseado su mirada por el sitio, notando una cabellera familiar caminar al otro lado de la multitud.
Rubius no sabía de dónde lo recordaba, pero sintió una leve desesperación cuando se empezó a perder entre las personas, su instinto le gritaba que le siguiera y eso hizo, a paso rápido empezó a abrirse paso entre la gente, apartando con amabilidad y ignorando aquellos que le hablaban o trataban de llamar su atención, un segundo le tomó desviar su atención y la persona que seguía ahora estaba más lejos de él, fuera de la multitud.
Su ropa le resultaba tan familiar y una angustia se alojó en su cuerpo cuándo lo vio desaparecer de su vista. No dudo en salir corriendo en la misma dirección que aquella silueta había ido.
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¿Cuánto había corrido? No lo sabía pero ahora estaba en medio del bosque, miró a todas partes con desesperación, respiración agitada, el corazón a mil y unas inmensas ganas de llorar, le había perdido de vista, no sabía a donde había ido. A lo lejos nuevamente la silueta se hizo presente ante sus ojos, suspiró aliviado empezando a correr detrás de ella otra vez, lo único que quería era ver quién era y por qué estaba tan feliz de verle.
-Espera!.- Gritó lo más alto que pudo pero no le escuchaba, siguió corriendo tratando de alcanzarlo, a lo lejos empezó a ver una luz, un acantilado y el sonido de las olas furiosas chocar contra este, se desesperó aún más.
-v3₲€77@!.- Ese nombre se escapó de su boca, como si quemará al ser pronunciado su corazón dolió como el infierno y su garganta se secó, sus ojos lloraron como sí el amor de su vida hubiera muerto frente a sus ojos, Rubius había jurado que había gritado tan alto que sus cuerdas vocales se habían desgarrado pero sólo había salido un susurro al viento.
Había llegado al final del bosque, no había nada más que un inmenso mar, se quedó quieto mirando y recuperando el aire, cayó de rodillas debido al cansancio. Se sintió confundido, ¿A quién había perseguido por tanto tiempo? No lo entendía pero ahora estaba desconcertado.
Admiró el mar, lo admiro como si esté tuviera todas las respuestas de sus confusiones.