"te pasa algo y no me has dicho" kun musita y el mayor cierra su boca, dejando caer sus cejas. el ambiente se vuelve más silencioso y ya no hay pizcas de juego sobre sus palabras "¿ya no confías en mí acaso?"

"no, bobo, obvio que sí confío en vos, solo que– no tenía ganas de hablar con nadie, ya está, solo eso"

"sí, claro, yo me como el cuento" el genio de sergio no parece ser muy bueno. observa de nuevo a su alrededor antes de decir algo más, piensa mientras observa la transmisión francesa, la cocina desarreglada y el cabello desaliñado de su amigo. "pasó algo, ¿desde cuándo ves noticias? si ni entiendes"

leo suelta una risita, dejando caer una mano sobre la pantorrilla ajena, sólo para jalar suavemente de los pelos de la zona. "mh, algo..."

"¿neymar?"

el chico gimotea. sabía que no podía ocultarse por mucho tiempo del muchacho que lo conoce mejor que lo que se conoce a sí mismo. asiento y hace un puchero, siente sus ojos aguarse de nuevo y la expresión es suficiente para alertar a agüero.

"la que me parió..." agrega ese.

(...)

no sospechó en ningún momento que la mañana y parte de la tarde se le había esfumado sobre el sofá. gracias a sergio, es consciente de la hora nocturna, aún temprano para ir a trabajar. aun así, es arrastrado al restaurante horas antes de lo normal, de la mano ajena mientras lo escuchar susurrarle al móvil más de dos veces.

sus ojos se nublan de nuevo por las lágrimas cuando, en la entrada del local, es atacado a abrazos por nicolás y ángel. le murmuran groserías, chistes malos y aun así, está muy sensible, que las caricias sobre su cabeza lo hacen sentir como un perro abandonado que sólo lloriquea.

se auto-reservan el restaurante y lo sientan a lionel en el comedor lejos del mesón, porque el más cercano le recordaba al ahora innombrable. mientras ve videos de las mejores jugadas de mbappé en el monaco (para que no salga neymar), los hombres se encargan de cocinar algo misterioso, tanto que el olor raro es una nueva preocupación para el rosarino. no dice nada, pero los escucha quejarse.

"basta, gil, te dije que yo cocinaba esto"

"¡no toques eso que lo contaminas!"

"che, ¿y si confundí la sal con el azúcar sin querer?"

no le quedaba nada más que reírse con sus ocurrencias, por un rato olvidó que había estado tan mal por alguien más.

después de un buen rato, mientras chismean sobre la vida económica de actores europeos, terminan de cocinar. sergio coloca un gran plato frente a él: milanesas napolitanas con una buena cantidad de puré de papa. su sonrisa se ensancha y sus mejillas se calientan, se emociona genuinamente por el detalle que sus amigos le han entregado.

"no hacía falta, dios" musita, sin demorarse en agarrar un tenedor y un cuchillo.

"na', hermano, un detallito de vez en cuando no está mal" comenta tagliafico con dulzura. de los tres, siempre ha sido el más detallista. no falla en hacerlo sonreír y revuelve su cabello juguetonamente cuando se sienta frente a él. pronto es rodeado por los otros chicos.

prueba el plato ante la atenta y angustiada mirada de dimaria, se toma su tiempo para degustar y luego de largos segundos, alza su pulgar gustoso. "podrían comenzar a ayudarme en el negocio, eh"

"ni en pedo, lo que me costó hacer un simple puré" bufa ángel, haciéndolos reír nuevamente.

leo siente su pecho hincharse de amor. come con calma mientras continúan chismeando, esta vez de sus respectivas vidas estudiantiles, compartiendo sus mayores desgracias como jóvenes. el ambiente es totalmente divertido: ríen hasta que sus mejillas duelen, se molestan entre todos y terminan compartiendo la comida. lionel ama a sus amigos e internamente les agradece por su esfuerzo en hacerlo sentir mejor.

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