Oneshot #1

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Día 3: Love Language 


***


Kunigami Rensuke tenía una seria y terrible obsesión con el cuerpo de Chigiri Hyoma.

Esa era la conclusión a la que había llegado el propio Chigiri después de cada encuentro que tenía con el pelinaranja. Desde un tiempo atrás, su relación había avanzado a pasos agigantados a un nivel más... íntimo, si se podría decir de esa forma.

Básicamente, aprovechaban la mayoría del tiempo que tenían libre —el cual no era mucho— para tener sus bocas juntas y restregar sus cuerpos como si no hubiera un mañana. Claro, también hablaban bastante de diversos temas y entrenaban juntos, había llegado a conocer mejor a Kunigami en poco tiempo.

Era por ello que se había percatado de la pequeña inclinación que parecía tener Kunigami hacia su... cuerpo. No solo lo demostraba cuando se hallaban en privado, sino también con sus demás compañeros alrededor.

Como cuando se sentaban juntos a comer y hacía todo lo posible porque sus codos y brazos se rozaran. O cuando estaban entrenando y Kunigami se ofrecía para hacer estiramientos con él, aprovechando la ocasión para acariciar sus hombros y espalda.

O como en aquel preciso instante, en el cual Kunigami se había ofrecido a secarle el cabello después de la ducha. Chigiri estaba sentado en la cama, con las piernas cruzadas y postura relajada, dejándose llevar por las caricias que le brindaban las grandes manos de Kunigami a su largo cabello con la toalla y el secador.

—¿Tienes experiencia en esto o algo? —preguntó Chigiri después de unos minutos en silencio, donde el secador era el único ruido alrededor.

—Bueno, mi hermana mayor me obligaba a secarle el cabello antes. Y mi hermana menor siempre me pide que la peine después de cada baño, así que se podría decir que sí —respondió Kunigami, pasando sus dedos por los mechones que reposaban en la nuca de Chigiri. El pelirrojo no pudo evitar estremecerse ante el toque.

—Supongo que las extrañas —mencionó Chigiri, apoyando su espalda en el pecho de Kunigami, mirando hacia arriba y encontrándose con los ojos del pelinaranja—. Aunque puedes cepillarme el cabello las veces que quieras si eso te hace sentir mejor.

Una sonrisa se extendió en el rostro de Kunigami y alzó una mano para retirar un mechón de cabello de la frente de Chigiri, apagando el secador y dejándolo a un lado de la cama.

—Creo que te lo he dicho varias veces —dijo Kunigami, bajando la cabeza hacia Chigiri y recorriendo con la nariz la extensión de su cuello. Chigiri tembló levemente—, pero me encanta tu cabello.

Chigiri fue incapaz de ocultar la expresión feliz que decoró su rostro, así como el tenue sonrojo que pintó sus mofletes.

—¿Solo el cabello? —inquirió, jugando también un poco en ese tira y afloje que ambos conocían muy bien.

Kunigami no borró la sonrisa, sino que se dio la vuelta en la cama para estar frente a Chigiri. Se inclinó sobre el pelirrojo, con lentitud recostándolo en la cama y ubicando sus manos en zonas específicas que lograban hacer temblar a Chigiri. El aliento del pelirrojo se atascó en la garganta ante la intensa y potente mirada de Kunigami.

—Bueno, si me preguntas... Me encantan tus piernas, son largas y esbeltas. —Mientras iba describiendo, las manos de Kunigami iban apretando y rozando las partes que mencionaba—. También tu abdomen, sobre todo me gusta verlo estremecerse cuando paso mis labios sobre tu piel...

Sentimientos fluorescentes |KuniGiri Week 2023|Where stories live. Discover now