-. Quizá me estoy convirtiendo en uno. Alzó sus brazos y se estiró.

-. ¿Hablarías menos siendo árbol? Se volvió a acercar, un par de centímetros, aunque ahora Layla dio un paso atrás.

-. Si eso pasara, extrañarías mi voz. Layla sonrió y movió su bolsa, que luego de recordar que llevaba lo ocultó tras de ella.

-. Tienes razón, si lo haría. Eso sí que la sorprendió, sobre todo la seguridad con que lo dijo.

-. Warren, ¿Te puedo hacer una pregunta?

Él pensó en decirle esa ya es una pregunta y así, pero quería saber.

-. ¿Me consideras tu amiga? Una amistad de verdad como Magenta y yo, ¿Lo somos, cierto? Otra vez las palabras salieron corriendo de su boca sin dejar a Warren reaccionar demasiado.

Warren quería decirle que si casi a los gritos, que era más que su amiga, era su primer y mejor amiga, al menos eso pensaba el, y le dolió solo un poquito que ella lo dudara, porque quizá su amistad no ha durado tano como la de ella y Will, pero significaba mucho, pero jamás lo reconocería, aunque él quisiera.

-. Uhm, supongo. Una pésima respuesta que dejó satisfecha a Layla, pero no a él. -. Voy a buscar el trapeador, abre las persianas. Cerró sus ojos maldiciendo su persona.

-. Warren. Ella lo llamó con una gran sonrisa en su rostro. -. ¿Vas a ir hoy?

No solían hablar fuera del trabajo o la escuela, por eso Layla estuvo ansiosa el mayor tiempo del día.

-. Claro, un buen panorama, la compañía... Y se fue a el closet donde guardan los objetos de limpieza.

Layla comenzó a ordenar y a recibir gente rato más tarde, pero pensaba ¿La compañía qué? Soy buena compañía, la recomendación viene de cerca, pero es así, lo soy. Sabía perfectamente que así era como Warren era, una persona hecha de fuego y sarcasmo del más puro, pero dudó. 

Al terminar el día, ella desapareció en el baño por diez, veinte quizá hasta media hora. Se hizo una trenza hacia un lado y se puso el vestido, era uno con olanes hasta un poco más arriba de los tobillos de color madera oscuro, su mamá decía que le quedaba bonito por su cabello, se arregló el collar y se miró una última vez para confirmar.

Se casual, es solo Warren.

Salió y se sentó en la acera a esperar. Solo pasaron unos minutos y Warren apareció por la puerta. Su cabello estaba peinado en un pequeño bollito, llevaba una camisa negra con una camiseta roja debajo. Ella se levantó cuando lo vio.

Y en ese momento, Warren sintió como si le hubiesen pegado con una guitarra en la cabeza.

Se veía bonita, y ahora lo podía apreciar, sin mascaras ni actuaciones. El recuerdo del baile se vino a su mente como una fotografía instantánea. Él fue una pésima pareja falsa, ni siquiera la pasó a buscar o le compró un corsage, pero si apreció lo linda que se veía.

-. Te ves lindo. Layla dijo con toda seguridad, seguridad que le duró un minuto, porque sus mejillas comenzaron a arder rápidamente.

Warren decidió ignorar el cumplido ofreciéndole su mano para que se levantara.

-. ¿Cuánto vamos a apostar? Le dijo mientras comenzaban a caminar. Layla lo miró confundida.

-. ¿Apostar sobre qué?

-. Sobre cuánto tiempo va a pasar antes que te aburras, así que, ¿Cuánto?

-. Warren, aprecio el arte, no me voy a aburrir ni me voy a querer ir, ese eres tú, así que acepto, ¿diez dólares? Preguntó y estiró su mano para un apretón.

-. Diez dólares. Warren tomó su mano y la soltó rápidamente.

Fueron a la parada de autobuses en silencio, al llegar se sentaron, él podía sentir como Layla lo miraba, no se sintió incomodo, pero cuando comenzó a sonreír aclaró su garganta para poder distraerse.

Se subieron y Layla se sentó hacia la ventana, otra vez se le quedó mirando.

-. Tengo una idea. Dijo sonriente a lo que él apoyó su cabeza en el respaldo. -. ¿20 preguntas?

-. Ni lo sueñes. Warren sabía más o menos como era, iba a terminar respondiendo cada una de sus preguntas.

-. Cuándo seas superhéroe, ¿Qué nombre ocuparás? Ella se giró para mirarlo.

-. No voy a ser héroe, tú lo sabes. No se conocían mucho, pero ambos sabían que estaba siendo sincero.

-. Quizá fueguito no es muy superesco, pero te viene. Estaba jugando con él. -. ¿Flamas? No, ese no, suena como flemas. Puso cara de asco.

-. Estas divagando, si llegara a tener un nombre de héroe no sería así, quizá W algo. Su voz era calmada. -. Bueno, aún falta para llegar, así que aquí va mi pregunta, ¿Cuál es tu objetivo en la vida?

-. Creí que la ronda de preguntas profundas venía al final. Soltó una risa nerviosa. -. Tú sabes, te lo he dicho, salvar al mundo. Estaba nerviosa, evitaba hablar del tema, pero él siempre lo repetía.

-. ¿Cómo lo harás si eres asistente?

-. Es una pregunta por persona. La respuesta no era suficiente, pero no quería ahondar en ese tema. -. ¿Cuál esss tu color favorito? Fue una pésima pregunta, lo reconocía, pero quería que siguieran hablando.

-. ¿Enserio? Puedes preguntar cualquier cosa y me preguntas cual es mi color favorito. Se rió fuerte y negó. -. Creí que era obvio florecita, es el negro.

-. Wow. Ella también se reía. ¿No me vas a preguntar el mío?

-. Es el verde. Le respondió serio. -. Ya vamos a llegar.

-. ¿Puedo hacer la última pregunta? Por favor. Puso una cara tierna, el asintió. -. Bree, con quien estuviste en el baile, ¿Te gusta?

Warren no pudo ocultar su cara de sorpresa.

-. No, no así al menos. No quiso decir mucho porque quería saber de adonde venía esa curiosidad.

-. ¿Por qué bailaste con ella?

-. Porque mi cita me abandonó. Él le sonrió, pero no de felicidad, con una cara de creí que era obvio. -. Hay que bajar. Dijo y bajó primero.

Get your guns 

As they come (Sky High)Where stories live. Discover now