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2012 24 de Dic 📍Calchin, Córdoba
El año anterior Juli viajó a España para probarse en el Real Madrid, le dijeron que si se podía quedar, pero tenia que esperar a cumplir 13 años para poder firmar y todo eso.
A los papás no les pareció buena idea quedarse dos años allá así que volvieron a Argentina.
Hoy es Navidad, mis papás viajaron a Capital a hacer unos trámites que no podían hacer acá, volvían hoy a la tarde. Mis papás me dejaron con los Álvarez, cosa que me encanta.
Ahora me estoy bañando para después cambiarme. Pero siento algo raro en mi pecho, como si algo malo hubiera pasado o estuviera por pasar. Dejo de pensar en eso y me terminó de bañar, salgo del baño y entro a la pieza de invitados. Me pongo un vestido blanco sueltito que me llega un poco más abajo de mis rodillas, me pongo las zapatillas y voy al living en donde estaban los demás.
Cuando llego veo a Mariana hablando por teléfono, estaba llorando. Me acerco un poco más y cuando ella me ve empieza a llorar mucho más.
-sisi, yo le aviso- dijo y corto. -Gustavo, vamos a hablar en la cocina- miró a Gustavo. -chicos, esperen acá- nos miró y pude notar como trato de sonreir.
-¿Que paso?- me senté al lado de Juli.
-no se, mamá atendió y no se que le dijeron para que empiece a llorar- me contó Agus y yo solo asentí.
Nos quedamos en silencio hasta que escuchamos que Mariana y Gustavo entraron de nuevo al living. La mamá de Juli se acercó a mi.
-Luana, te voy a decir algo pero tenés que ser fuerte- se agachó a mi altura.
-¿Que paso?- pregunté.
-tus.. tus papás- empezó a llorar de nuevo.
-¿Que paso con ellos?- me pare rápido. Mariana solo lloraba y el papá de Juli miraba para otro lado. ¿QUE PASO?- me alteré.
Mariana se paró. -tuvieron un accidente- empecé a sentir como el miedo se apoderaba de mí.
-¿Q.. QUE?, ¿Estan bien?- la mire y mis ojos se aguaron.
-los médicos hicieron los que pudieron pero.. ellos no soportaron- sus lágrimas volvieron a caer.
-no, no, no.. MIS PAPITOS NO- mis piernas me empezaron a fallar y caí de rodillas al suelo.
-lo siento mucho mi niña- me abrazó-
-no, no, no-. Negué con mi cabeza. No podía creer que las dos personas más importantes para mí ya no iban a estar.. no iba a poder escuchar sus risas, sus voces, sus caricias..
