Competencia De Alfas

14

—No digas estupideces, Kaelan —suspiró rodando los ojos—. No sientes un brazo, amor, no todo el cuerpo. Quizás nos lleve más tiempo, pero ambos podemos hacerla. Y nos va a quedar hermosa.

Llegaron hasta el jardín trasero de la casa de él, y el castaño observó a ese enorme tipo rubio que estaba hablando con su padre y hermanos. Sí, había algo de parecido con Brenda.

En lo rubio y ojos azules nomás.

—¡Padre! —sonrió la rubia.

—Hasta que llegan, creímos que ya no vendrían hoy.

—Lo lamento, eso fue culpa mía —se disculpó Kaelan.

—No estaría entendiendo porqué, siendo que tu brazo es el herido y no tus piernas.

—Kanelita está un poco desanimado, pero no quiere entender que esto no lo condiciona por completo —pronunció Brenda, tomándolo de la mano—. Pero bueno, es muy terco.

—Bienvenido a la familia, Kaelan —le dijo Byron, dándole la mano—. No tuvimos oportunidad de saludarnos antes.

—Gracias, señor Byron. Prometo cuidar, respetar y proteger a su hija con mi vida.

—Y sé que ya lo has hecho, Brenda me contó que le salvaste la vida en la competencia.

—Sí, mi Kanelita vino corriendo a socorrerme —sonrió volviéndolo a abrazar—. Mi chico guapo.

Él sonrió levemente y la abrazó también.

—¿En dónde se quedarán ahora? —les inquirió North.

—En las tierras que conseguí de los Woods, pasaremos la noche aquí, y partiremos mañana temprano —sonrió Brenda—. ¿BlackRocks trajo ya sus productos y suministros?

—Sí, y ya hemos dividido en tres ambas cosas —pronunció Blake—. Les prepararé la parte de Kaelan para cuando se vayan.

🌘🌘🌘

Estaban los tres solos afuera, sentándose alrededor de una fogata en medio de la madrugada, en el patio que dividía la casa de North con la de Yamir.

—Es... Increíble que después de esta noche, nuestras vidas se separen para siempre —pronunció Biel—. Aún no puedo creer que esas dos semanas, hayan sido las últimas que pasaríamos juntos.

Blake observó a sus hermanos, sintiendo una gran punzada en su pecho.

—Es algo que tarde o temprano pasaría, Biel. Todos en algún momento formaríamos nuestras propias familias.

—No, porque en los planes de Kaelan y míos, no estaba eso de unirnos a hembras y tener crías. Y ahora... Fue el primero en hacerlo.

Kaelan miró a Biel, sintiéndose culpable.

—Lo siento, yo tampoco lo buscaba —murmuró.

—Con un lo siento no solucionamos nada, Kaelan. Habíamos prometido que siempre estaríamos juntos, que viviríamos aquí con nuestro padre y hermanos, con nuestra familia, y ahora te irías al norte a vivir con tu mujer, con quiénes tendrás hijos. Ahora ya no serás parte de nuestra familia, porque tendrás la tuya.

—Eso no es verdad, nosotros siempre-

—¡No intentes engañarte, Kaelan! —gruñó molesto—. Pasará lo mismo que ocurrió con nuestros tíos, buscaron hembras, se unieron, y desaparecieron. Y tú harás lo mismo ahora. Te cagaste en nuestros planes por una calentura. Y esto, sin ofenderte Blake, lo esperaba de él, no de ti.