Aidar accedió a contarle lo que pasó hace unas horas.

- Z-zack... No me quiero quedar solo. Confesó Aidar con voz temblorosa.

- No estás solo....Yo estoy aquí para ti.

Aidar brillo de la emoción, parecía como si tuviera demasiadas estrellas a su alrededor.

- Woah... ¿Qué le pasó a tus ojos?

- No es nada... Solo es una forma física de mostrar mis emociones.

- Eres el alienígena más genial que he conocido.

- Soy al único que conoces. Burló Aidar. - Es un poco estúpido.

- A mi me parece... Adorable.

- ¡...! Aidar no pudo evitar sonrojarse, y se dió cuenta de lo mucho que se estaban desviando del tema. - C-como sea... Creo que eso no tenía nada que ver.

- E-es verdad... Continúa. Miró hacia otro lado para evitar que viera su sonrojado rostro.

- Supongo que el suponía que era un oscuro desde el combate con esa chica.

- Tu planeta suena como un lugar aterrador...De lo poco que he oído de el, solo hay gente ambiciosa y prepotente que haría cualquier cosa para ser mejores que otros.

Aidar jamás lo vio de esa forma, pero era cierto.

- Tal vez si lo sea...Tal vez nosotros. Aidar no despegaba su mirada del suelo.

- Ey, ya no eres uno de ellos. Y Zack lo obligó a verlo directamente.

- ¿Cómo?

- Si... Ahora eres un humano con un gran corazón y con sentimientos muy lindos. Sonrió. - Yo estaré aquí para ti.

- Apenas y te conoz- Aidar fue interrumpido.

- Yo se el secreto que le tratas de esconder a otros...Eres el alienígena más lindo que conozco ¿Lo captas?

- H-hasta mañana. Y Aidar se detuvo en la puerta del cuarto. - Ah, una cosa más.

- ¿Qué pasa?

- Perdón por molestarte tan tarde... Y Aidar hizo un gesto con la mano para despedirse.

- Pff, hasta mañana, idiota. Y Zack hizo lo mismo.

Aidar estaba tan absorto en sus pensamientos que había olvidado sus hechos del pasado.

- Ho-hola, Aidar. Habló una chica con lentes.

- ¿Te conozco?

- No. Aseguró. - Pero ¿Qué diablos hiciste el día de la competencia?

A eso es lo que se refería con olvidar cosas importantes, huyó para ir al salón que al que le tocaba la clase de esa hora.

- Vamos, es para el periódico escolar. Insistió.

- No responderé esas preguntas.

Aidar se sintió muy cansado de repente.

- ¡Te está pasando otra vez! Y la chica señaló sus brazos.

- Ni se te ocurra decir algo. Hasta la chica del periódico era más alta que él.

Cuando entró al salón, Aidar fue recibido con aplausos, debido a la competencia, se sentía bien, pero era incómodo tener tantas miradas en el.

Desde ayer, estaba planeada una videollamada con Claire, así que la tenían conectada a través de un proyector.

Y ahí estaba, la chica se veía acabada pero mostraba una sonrisa en su rostro.

- Diablos, se ve terrible. Una voz masculina declaró.

- Si pero a pesar de eso, yo diría que Claire era la indicada para la competencia, que lastima por ella.

Todos aquí eran unos hipócritas, hablaban mal de todo el mundo a sus espaldas.

- Aidar es un asco en la gimnasia. Aclamó otro.

Era suficiente.

- Algunos dicen, que el fue quien detuvo las naves ese día, ya que misteriosamente se desapareció. Susurró una chica.

¿Quién habría dicho semejante estupidez? Ahora estaba en serios problemas.

- Nah, Aidar no está capacitado para hacerse el héroe.

Y justo cuando hiba a atacar, Claire interrumpió

- Hola, chicos, aquí estoy...Solo que no estoy presente, solo quiero decirles lo mucho que los extraño.

Aidar rodó los ojos, estaba aburrido de lo que decía

- Y a ti, Aidar. El chico se sobresaltó cuándo mencionó su nombre.- Solo me queda felicitarte, de verdad eres muy bueno para esto...Los quiero a todos ¡nos vemos el próximo mes!

Todos lloraron con sus palabras y otra vez Aidar era el centro de atención nuevamente y todos llegaron a abrazarlo.

Los humanos son los seres más repugnantes que conocía, demasiada hipocresía salía de sus bocas.

De repente todo se volvió borroso y no despertó después de un buen rato.

- ¡Increíble! ¿Puedes creerlo? Gritaba emocionada una de las chicas.

- ¿Aidar y Zack? ¿Juntos? Preguntó otra

Aidar por fin reaccionó, Zack lo tenía abrazado de su cintura y el acostado en su hombro... Además, el más alto escribía algo en una nota amarilla.

"¿Te sientes bien? ... Traté de buscarle una solución, así que até tus cordones a la silla, pero no funcionó y no me quedo otra opción"

- ¿Quieres algo de la máquina expendedora? Señaló Zack.

- ¿Porque no? Sonrió el castaño, hasta que casi se cae de golpe por lo de la silla.

Muchas voces y susurros estaban hablando de ellos, pero no le dio importancia, simplemente ¿Porque no podían meterse en sus asuntos?

- ¿Qué quieres? Preguntó, Zack.

- ¡Macarrones! Miró emocionado a la máquina.

- Creí que los aliens, tendrían gustos raros. Y le entrego la caja con macarrones.

- Ey.

- Es qué casi siempre te veo tomando agua en el almuerzo.

- Oh, es que este es mi almuerzo. Y le mostró una pastilla de color verde.

- ¿Cómo? La examinó detalladamente y cualquiera diría que sería simplemente medicina.

- Si, esa es ensalada de Hoodlie. Y le mostró otra amarilla.- Esta es sopa de Twibbles.

- ¿Y realmente sabe bien? Preguntó realmente extrañado.

- Por supuesto.... Pero no tanto como los macarrones.

- Debes darme una.

- ¿Porque haría eso? Miró confundido

- No sé...Solo me comió la curiosidad... ¿Entiendes? Y Zack se hechó a reír

- ¿...? A Aidar no le pareció muy gracioso. - Tu chiste es malísimo, Zack.

- Jajaja, Dios, es tan malo que es bueno.

Los dos rieron a carcajadas por algo que era muy estúpido, pero Aidar se dió cuenta que ambos tenían el mismo pobre sentido del humor.

Zack recargó su brazo en el hombro de Aidar y se fueron caminando por el pasillo.

- Y ¿Qué es eso? Señaló lo que estaba comiendo Zack

- Oh, esto es un mini something.

- ...El nombre es tan malo como tus chistes.

El chico del espacio Where stories live. Discover now