—Te ves bien en ropa interior —no sé porqué pero siento la necesidad de taparme al recordar todos los cambios de mi cuerpo, intento pasar mi brazo por mi abdomen con el ceño fruncido y él detiene mi brazo de inmediato.

—No, Heather, no. Amo tu cuerpo, te ves preciosa, debes de entenderlo. Eres absolutamente perfecta.

—No lo creo —murmuro—, ahora sí me puedes dar tu camisa.

Lo veo quitarse los pantalones y posteriormente deshacerse de su camisa, pero no me la da, la tira a una esquina de la habitación y me mira con atención.

—Así está mejor. Ven aquí, abrázame y descansemos.

Suspiro y me acerco a él, recuesto mi cabeza en su pecho y siento sus labios dejar un beso en mi cabeza.

—Descansa castaña, te amo.

—Tu igual descansa rubio tonto.

—¿No me dirás que me amas?

Rio bajito.

—Te amo.

—Así está mejor.

Después de todo, me siento absolutamente completa.


—¡Hola! —Jayden y yo entramos a mi apartamento viendo a los casi copias juguetear en el salón, cuando nos ven inmediatamente corren hacía nosotros. Hunter me rodea las piernas abrazándome y Juliette alza sus manos pidiéndole a Jayden que la cargue, quien de inmediato lo hace besando sus mejillas mientras la rubiecita ríe por las cosquillas que le genera la barba que le está creciendo a Jayden.

—¡Papá! —grita Hunter estirándose para que su padre también lo cargue, no sé como pero Jayden logra tener a ambos en sus brazos. Hago un puchero muy ridículo.

—¿Por qué no me abrazan a mi? —pregunto mirándolos reír.

—Porque soy su preferido —canturrea Jayden mientras yo entorno los ojos.

—Entonces yo sola me comeré el rico pastel de chocolate que compré —me encojo de hombros yendo a la cocina, de un momento a otro siento a los rubiecitos y al rubio mayor a mi alrededor.

—¡Yo quiero pastel! —grita Jayden como un niño.

—Yo tamen —dice Juliette abrazándome.

—Y yo —Hunter se acerca sonriéndome.

Abro mi boca con indignación al darme cuenta que todos se me acercaron cuando hablé del pastel, niego divertida besando las mejillas de mis pequeños e intentando dirigirme a el refrigerador para sacar los pedazos de pastel que compré, pero no logro mi objetivo ya que siento la mano de Jayden rodear mi muñeca.

—¿A mi no  me darás ningún beso? —pregunta con un puchero. Nuestros hijos nos miran con curiosidad.

—No.

—Tienes que darle un beso a tu hermoso hombre.

—Jayden...

—Por favooor... 

Suspiro y le doy un pico en los labios que no dura ni un segundo, me alejo y escucho a los casi copias hacer un sonido de asco.

—Iughh —Juliette hace una mueca de desagrado.

—¿Ya somo una familia? —pregunta Hunter.

—Siempre lo hemos sido —las palabras de Jayden me sorprenden—. ¿Verdad castaña? 

—Sí... así es.

—Rubiecitos —los llama, ellos lo miran con atención— ¿A ustedes les gustaría que vivamos juntos? —casi me rompo el cuello, giro tan rápido mi cabeza que me duele y me mareo pero mi mirada se fija en mis hijos que lo miran con una gran sonrisa y asienten con gran alegría.

—¡Siiii! —gritan ambos, saltando a nuestro alrededor.

¿Qué demonios...?

—Me alegra mucho que ustedes quieran, pues ahora tenemos que convencer a su madre. Que es un poco cascarrabias y si le decía esto antes me rompía la cabeza —lo dice en voz baja como si fuera un secreto.

—¡¿Me has dicho cascarrabias?! —me quejo enfurecida.  

—Lo lamento —dice con una sonrisita inocente.

—No soy cascarrabias —respiro hondo.

—Si... si... no lo eres, claro que no.

—Muy bien —respiro hondo.

Me encanta ver como mis hijos se ríen de la situación, me encanta verlos sonreír.

—Mami —me llama Juliette.

—Dime mi vida.

—¿Podemos vivi con papi? —pregunta mirándome con sus ojitos iluminados.

—Luego hablaremos de eso ¿Sí? Aun es muy pronto.

—Eta bien —asiente complacida por la respuesta .

—Heather, hija —mi madre se acerca a la cocina saludándonos.

—Hola mami —la abrazo. 

—Buenos días Jayden. 

—Buenos días.

—¿Cómo les fue?

—Bien —asiento— Gracias por cuidar de los casi copias.

—No hay de que mi vida, quería pasar mi ultimo día de vacaciones con ellos. Hoy en la noche sale mi vuelo de regreso.

—Te iremos a dejar al aeropuerto —le sonrío.

—Está bien mi pequeña niña, iré a terminar de guardar mis cosas —se pierde en la habitación y Jayden me mira con los labios apretados.

—Creo que no le caigo bien.

—Eso parece —rio mientras dejo que mis pequeños y Jayden coman el pastel que les serví.



Quizás algún díaNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ