—Shhh.— les shusheó—Es una sorpresa para su padre.

Dicho esto, se fue a la cocina a esconderse y los chicos se fueron a sus piezas, ya que no tenían nada que hacer.

Leandro bajó emocionado con la cajita en su bolsillo, tenía una enorme sonrisa. Había escuchado la puerta y una voz femenina.

—¿Llegó ______?— preguntó, pero no vio a los niños.

Quedó extrañado, ¿Dónde se habian metido? Seguramente estaban en la cocina. Empezó a caminar y una vez que entró..





















[...]








______ ya estaba estacionando el auto al frente de la casa de Leandro. Estaba muy nerviosa. Tenía un vestido negro ajustado y unos tacones rojos.

¿Estará linda para Leandro?¿Será suficiente maquillaje? ¿O capaz se pasó?

No importaba, ahora los nervios la consumían al 1000.

Se paró en frente de la puerta y suspiró fuerte.

—Vos podes _____.— susurró temblorosa.

Tocó el timbre.

Nadie abría.

Esperó unos minutos y lo volvió a tocar. Esta vez se escucharon pasos de adentro.

Cuando se abrió la puerta, se dejó ver una Camila Galante con el pintalabios corrido

—¡_____ querida!— sonrió falsamente.

La joven chica no entendía nada, hasta que vio a Leandro con un rostro preocupado, pero con pintalabios por el rostro, y la camisa desabrochada.

—_____...‐ No pudo terminar

—Nada, Leandro.— su tono era seco y cortante.

Ella salió corriendo hacia su auto y lo encendió tan rápido como pudo, para salir del terreno de Leandro.

—Que chica complicada, ¿No?— preguntó sonriente Camila

—¡Todo tu culpa!— gritó este—¡Andate de mi casa, ya!— la empujó afuera y cerró la puerta con llave.

Corrió a la cocina a quitarse el maquillaje y escuchó el auto de Camila irse. Este se agarró la cabeza con ambas manos mientras suspiraba pesado. Sus ojos se dirigieron a la cajita  que _____ le había dado antes.

La abrió rápidamente y en ella encontró una pequeña carta, y un collar con forma de la mitad de un corazón. El que completaba el collar que tenía ella cuando la vio en la puerta.

—No.. No ¡LA PUTA MADRE!— gritó enojado, mientras ahora sollozaba

Los chicos estaban en la escalera mientras escuchaban a su padre llorar. Sentían pena.

Victoria bajó lo que restaba de las mismas y entró a la cocina a consolar a su padre.

—Pa...— susurró, causando que el ojiverde la mirase y le diera su atención— Fue mi culpa

—No, no Vick, no fue tu culpa— le acarició el pelo

—Pero si la fue papá— le quitó la mano de la cabeza—Yo le dije a mamá que venía _____.— agachó la cabeza— Pensé que nos venía a visitar normal y como estaba ______ creí que nos iba a visitar al día siguiente.

Leandro la miraba sorprendido, y ahora precenciaba como su hija se ponía a llorar

—Perdón papá la arruiné, arruiné tu plan— ahora si, estaba quebrada en llanto y su voz sonaba rota

𝟮𝟮:𝟯𝟬 | Leandro ParedesOù les histoires vivent. Découvrez maintenant