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Habían pasado semanas y ya estaban en fecha 27 de la primera B nacional.

_____ estaba concentrada con sus entrenamientos, estudios y demás. Pero eso no impedía que respondiera las cartas de Leandro. Y tenia que ser sincera, estaba convenciendola poco a poco de ser amigos.

—¿Lista?— preguntó Ponzio

—Si, si, perdón.— respondió— estaba full distraida.

—Todo bien

Salieron a la cancha, tomaron las fotos del equipo y salieron a jugar. El rival hoy era ferro carril oeste.

"Y va Cross, corre corre corre Cross al arco GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL DE RIVEEEEEEER"

Durante lo que quedaba del partido, hubieron muchas patadas y demas, pero ninguna grave, ninguna hasta después del segundo gol.

Un jugador del equipo contrario le había pisado la pierna a ____, haciéndola caer. Los demás pensaron que ella se iba a levantar como si nada, como siempre lo hacia, pero no pasó.

La chica se agarraba la pierna y mientras se caían sus lágrimas. Pezzella, Ponzio y ambos Funes Mori se acercaron a revisarla.

—Traigan a un médico..— dijo Ponzio—¡Traigan a un médico, ya!— le gritó al arbitro, el cual los llamo y a los segundos ya estaban ahí, revisando a _____.

—Debe ser una lesión en los tendones.— aclaró el medico— Vamos _____, te tengo que revisar.

El médico comenzó a llevarse a la chica

—¡No esperen! ¡Yo todavía puedo jugar!— respondió entre lágrimas. Ponzio negó con la cabeza, y le dijo que se vaya.

En su lugar, entró Barovero.

River finalmente ganaba el partido 3 - 0.

En el vestuario, la chica podía caminar normalmente, eso lo demostraba juntando sus cosas para irse a su casa.

—¿Qué te dijo el medico?— preguntó Pezzella

—Tengo que descansar una semana y media... — suspiró — no es una lesión grave, puedo seguir entrenando, pero un poco más leve, no como entreno todos los días .

—Mejorate piojo— le dijo Ponzio— Que te queremos para el próximo partido

Ella sonrió ante los saludos de todos y se fue a su casa.

Al parecer hoy Leandro no le había escrito una carta.

[...]

—¿Qué se siente ser un equipo chico en la B?— preguntó Bautista, un compañero de colegio de _____, el cual le hacía burla por ser de River.

—No sé, ¿Qué se siente que un equipo de la B te haya ganado un partido 3 a 1 y con doblete de una mujer?— respondió ella, sabía que el era machista.

—¿Qué se siente que hayan quemado tu cancha por descender?— Siguió— River es un equipo chico, nena. Encima tienen a una mujer. Les compran los partidos porque si pierden uno, les dicen machistas seguro.

—En 1972 Boca quemó su cancha, y en el 86 lo mismo, porque River les dio la vuelta olímpica— Siguió ella— Me chupa un huevo que seas de Boca, lo que me molesta es que seas así, ¡Y más conmigo! Porque soy mujer y juego en el equipo. Al menos yo si cumpli mi sueño de ser futbolista profesional, y jugar en el equipo que más amo— ella respondió — Y vos, ni aunque les pagues 1 millón de pesos te meten a Boca, porque sos malísimo jugando y te las das del mejor, que hasta un nene de 8 te pasa el trapo jugando en un partido de barrio. Y mira que irónico, a mi me metieron a River, si, un equipo descendido, pero que te ganó, y es más ¡Una mujer hizo más que vos y le ganó a tu equipo!— se rió ella — Hinchas como vos no valen la pena. Ojalá algun equipo te fiche, y por pena, ni siquiera porque seas bueno.

—El arte de la doma clásica — comentó un compañero que estaba ahí, riéndose.

[...]

Fecha 28 de la primera B nacional, River vs Atlanta.

River hizo lo que pudo pero al final Atlanta les ganó 1 a 0.

En el vestuario, un señor parte de la zona técnica estaba enojado, y especialmente con la joven.

—¡Y VOS!— le gritó—¡SOS DEBIL, TE LESIONAS POR NADA! ¡PODRIAS HABER JUGADO HOY TRANQUILAMENTE Y PODRIAMOS HABER GANADO!—Ella lo miraba serio, sin ninguna expresión, y una lágrima comenzó a recorrer su cara—¡NO QUIERO QUE TE LESIONES MAS! ¿ESTAMOS?— Ella asintió lentamente.

—EY CALMATE—  le gritó Matias — Es normal lesionarse. A mi jugadora vos no le gritas más, ¿Me escuchaste?

A la salida, ella se escondió en un lugar apartado donde nadie la veia, y empezo a llorar, sintiéndose presionada y decepcionada de ella misma.

En eso llegó Ponzio, a animarla.

—Ey, Ey ¿Qué pasa?— la abrazó

—Me quiero ir... No quiero jugar más acá..— sollozó.

—Ay piojo...— besó su cabeza y le hizo unos mimos— El es un boludo, no le hagas caso en eso

—Pero no es solo por él— respondió ella— Hay un monton de gente que me critica — limpiaba sus lagrimas, mientras miles más salían.

—No les des bola piojo, vos sos buenísima, sin vos no hubiésemos ganado los partidos anteriores— le reclamó

—No me siento suficiente..

— No es así.. — le dijo el— Sos suficiente y me quedo corto. No digas que te queres ir, te necesitamos aca, tenes que hacer historia..— le sonrió— y nos tenes que sacar de la B, como le prometiste a la nena de la otra vez. No vas a querer romperle los sentimientos e ilusiones.

Ella se aferró más a el y lo abrazo con más fuerza.

—Gracias Leo.— le dijo

—De nada piojo.— sonrió— Vení, vamos a mi auto que te llevo a tu casa.

Ella accedió y unos minutos después estaban en su casa. Ella bajó y su papá había salido de la casa para ver quien era el del auto, casi se desmaya al ver quien.

Lo saludó, lo halagó, lo admiró y eso es poco.

—Dale pa, dejalo ir a Leo.— resopló la joven, a lo que su padre asintió, y se despidió.

𝟮𝟮:𝟯𝟬 | Leandro ParedesWhere stories live. Discover now