No he sentido lo mismo

Comincia dall'inizio
                                    

- Pues según veo tu amiguita- dije señalando a la chica que ya estaba acomodándose la blusa detrás de ÉL- no está pagando nada-.

- Claro que no, esto es un intercambio. De placer por placer- Juro que iba a vomitar y fue un milagro que no lo hiciera.

- Pues espero que disfruten del intercambio. Yo ya me voy, que aquí salgo sobrando- respondí dándome la vuelta para seguir caminando.

- Si quieres. Tu también puedes participar- Eso ya fue el colmo voltee me acerque a donde estaban ellos y lo mire a los ojos con una mirada asesina.

- Mira muñequito. Ya soñarías que yo te hiciera el favor de por lo menos dejar que te me acerques. Y estas loco si piensas que permitiría que te acuestes conmigo. Así que disfruta todo lo que quieras de estas- dije señalando a la chica que parecía avergonzada- ya que a mi no me vas a tocar en tu vida.

ÉL me miro con furia y soltó a la chica que en todo este tiempo ÉL estaba sujetando de la muñeca. Ella corrió despavorida y por un momento me dio lastima.

- Ya quisieras tu estar en su lugar-

Reí con ironía- pues si tanto quisiera ya lo estaría-

- Y quien te asegura que yo estaría dispuesto-

- Porque tu mejor que nadie sabes que me deseas. Y sin tan solo te diera una oportunidad ya la hubieras aceptado- vaya sonaba mas segura de lo que hubiera esperado.

- Y que tal si me la das y vemos si es cierto- cambio su cara de furia por picardía.

- Eso es imposible-

- ¿Por qué? Acaso no te gusto solo mírame- dijo alzando los brazos y dejando que le vea todo el cuerpo.

Le seguí el juego y decidí hacerlo sufrir.

- Pues tus brazos no están nada mal- dije pasándole los dedos suavemente sobre los músculos de sus brazos.

ÉL sonrió triunfante.

- Y tu abdomen es muy fuerte- repetí el proceso en su vientre. Que vaya si era fuerte. No no te desconcertares Mac.

-Y tus labios- dije acariciando la comisura de estos que eran muy carnosos.

- Que... Que son mis labios- dijo jadeante. Y sujetándome con sus manos la cintura.

Listo lo había excitado. Y ahora la última jugada.

Levante mi mano un poco y ¡Ban! Le di un cachetazo. Tal vez le estaba dando cachetazos muy seguido pero todos se los merecía.

-¿Pero qué?- preguntó confundido y frotándose la mejilla que estaba un poco roja.

- Que pensabas muñequito. Esta es como todas. Pues fíjate que no-.

ÉL sonrió, y eso me enfureció mas.

- Y ahora porque sonríes- le dije casi gritando.

- Me gusta verte enojada-

- Eres un tonto-

- Un tonto que te trae loca- dice con esa sonrisa picara.

- Que no has aprendido la lección-

- Si. Pero no soy alguien que se rinda tan fácilmente-

- Pues deberías porque vas a terminar muy mal-

- Yo creo que vale la pena-

No tienes idea de lo mal que acabaras. Te haré pagar todo lo que le hiciste a Amber. Pero por ahora no te soporto.

El arte de enamorar {editando}Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora