Colapso [+18] (Bilogía Inefable #1)

21| Negarlo no cambiará las cosas.

Se retira dejándonos solos en la sala de espera del hospital.

—Maldito Antony, voy a matarlo.

Me levanto rápidamente, caminando hacía la salida.

—No sabes donde se encuentra, tienes que calmarte.

Corre detrás de mí y logra atraparme.

—Ella no merece eso, es una mujer maravillosa.

Mi voz se corta, Jorge pasa sus manos por mi espalda y me abraza.

—Vamos hacerlo pagar por toda la mierda que ha ocasionado, tranquilo.

—Cómo quieres que esté tranquilo sabiendo que mi madre esta en coma por su maldita culpa, estoy harto de todo esto.

—Hola, perdón por llegar tarde, Lucas me puso a trabajar demasiado.

Anne entra corriendo, al parar pone sus manos en sus rodillas jadeando.

Jorge se acerca a ella.

—No te preocupes.

Su mirada recae en mí, frunce el ceño y pregunta:

—¿Cómo está Rachel?,

—Entró en estado de coma.

Pone sus delicadas manos en su boca mirándome fijamente, da unos pasos hacía mí pero la detengo.

—No necesito tu lástima.

—Callum..

Jorge lanza una advertencia, pero decido ignorarla.

—Deberías irte Anneliese.

Sus manos se posan en su pecho, se pone delante de mí.

—Se que todo esto debe ser muy duro para ti, pero no tienes que tratarme así, sólo quiero estar a tu lado apoyándote, soy tu novia, quiero lo mejor para ti.

—No sabes una mierda Anneliese, no te quiero ver, lárgate.

—Estás siendo muy duro conmigo Callum, ¿Crees que lo merezco?

—Lárgate Anneliese.

Jorge intenta intervenir.

—Callum no ti...

Anneliese lo interrumpe diciendo.

—Está bien Jorge, lamentó estorbar con mi presencia —Vuelve a mirarme fijamente —. Espero recuerdes después lo injusto que estás siendo conmigo. Adiós.

Se gira tomando rumbo a la salida del hospital.

—Estás cometiendo el peor de los errores Callum.

El sonido de unos pasos me hace voltear.

—Señor Callum Smith, puede pasar a visitar a su madre, el tiempo límite es de  cinco minutos.

Mi mirada se desvía hacía Jorge, asiente dándome a entender que puedo ir yo primero.

—Voy primero yo.

El doctor asiente.

—Está bien, sígueme por aquí.

Pasamos por un largo pasillo, las paredes blancas me hacen sentir ahogado cada que nos acercamos a la habitación.

—Estaré aquí afuera, cinco minutos.

Gira el pomo de la puerta dejándome pasar y cerrándola segundos después.

Al entrar fijo mi mirada en el suelo con miedo, levanto la cabeza poco a poco.

—Mami...

Me acerco colocándome a su lado, la piel de su rostro vendada, sus delgados brazos con cicatrices, verla así hace que mi pecho arda de la irá.

—Mami, tienes que despertar, tenemos tanto por hacer.

Arrastro la pequeña banca de la esquina colocándola a su lado.

—El va a pagar por todo esto mamá, te lo aseguro.

Paso mi mano por su cabello.

—Merecemos ser felices, merecemos la tranquilidad.

Sin darme cuenta lloro por todo lo que está pasando en mi vida, por todo lo guardado.

—No me dejes mami, por favor.

Paso mi mano por mis ojos, limpiándo así mis lágrimas.

—Quédate conmigo por favor mami,

Desearía tanto poder volver a ver sus ojos color verde brillar, como esa vez que realicé mi primera pintura en un pequeño lienzo blanco, eramos ella y yo compartiendo un momento increíble.

—Tienes tanto talento, mi pequeño hijo va hacer un increíble pintor, confía en ti siempre mi niño.

El sonido de la puerta me saca de mi corto recuerdo.

—Se acabaron los minutos de visitas, puedes volver mañana, estará en observación por algunas semanas.

—Está bien.

Susurro, me levanto de la banca y salgo de la habitación.

—¿A dónde quieres ir?

Jorge pregunta mientras pasa sus manos por mi espalda.

—Al taller.

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Los personajes son personas comunes y corrientes que se equivocan, toman decisiones sin medir las consecuencias, se dejan llevar por las emociones del momento y eso los hace aún más reales.

No son perfectos y eso está bien.

Nos vemos en otro
capítulo.

Besos amore.