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SELEN'KA estaba muy feliz con la vida que estaba llevando, se sentía segura de sus decisiones y con quienes convivía.
A pesar de estar siempre en alerta con las posibles llegadas de los humanos al revelar su ubicación.
Ya llevaban cuatro años viviendo en su Marui, tenian todo acomodado a su gusto, decorado y cómodo para ellos. Tenían hermosos momentos ahí y todos memorables.
NETEYAM no podia expresar lo muy afortunado que se sentía de llevar aquella vida con Selen'ka y sus seres queridos. No puede imaginarse una vida sin ellos, sentía que esto era lo que debía pasar y todos los dias agradecía a Eywa de darle la oportunidad que le dió.
Estaba increíblemente feliz aunque hayan pasado malos momentos, pero no eran nada comparados con los que si valía la pena recordar.
Ambos estaban cenando en su Marui pescado con algas y unos frutos exóticos traídos por los Hazik hace una semana, donde ellos los habían visitado.
— Entonces Tuk hizo lo mejor que pudo haber hecho en todas sus clases... — Hablaba Selen'ka emocionada por los avances de su cuñada. — Ella tomó el arco de esta forma, y luego disparó la flecha al maniquí que estaba... ¡a quince metros, Tey! ¡Quince metros!
